Estaba completamente relajado en su sillón, hubiera estado en completa tranquilidad si es que no se escucharán los pequeños ruidos que provenían desde la cocina. Odiaba por completo las visitas, pero esa persona era la excepción. La aceptaba solo porque sus comidas alegraban su día y también le gustaba verla sonreír, claramente era una de las mejores cosas que le pasó en su vida.
Ahora podía sentirse un poco más tranquilo al ver su computador andar mejor que otros días, su novia se había ofrecido la semana pasada para recibir a los técnicos de telefonía por las fallas y caídas seguidas de internet, sabía que le iba a costar un mundo el poder recibir a desconocidos en su hogar. Pero allí estaba su novia para salvar el día; por lo que simplemente se fue a entrenar y ella se había encargado de todo, inclusive de la limpieza.
Cuando apareció el virus mortal al mundo, claramente Sakusa había entrado en pánico a más no poder. Si ya le daba asco la gente, con mayor razón lo estaría con un virus que podía ser mortal. El chico agradecía que su equipo decidiera tomar una pequeña cuarentena para así poder cuidar a todos los que rodeaban su círculo.
No había podido pasar la primera cuarentena con su novia, quien se encontraba varada en Corea por las promociones con su grupo. Había sido completamente complicado para ambos, pero lo importante era que ninguno sin dudas había perdido la comunicación —aunque tampoco llevaban tanto tiempo juntos— lo que hizo que su relación se fortaleciera un poco más y el saber que ella volvió a su país, lo primero que hizo fue hacer cuarentena en un hotel sanitario. No quería que su novio la desinfectara y la echara a patadas por llegar sin previo aviso, se preocupaba por su salud.
Era la quinta vez en sus casi siete meses de relación que ella iba a su casa, él siempre estaba en la casa de la chica ya que a pesar de salir con Sakusa, había aprendido sin dudas sus manías, lo que le molestaba, lo que amaba y por sobre todo sus rutinas "básicas" de limpieza. Pero sin duda alguna, Sakusa también agradecía por sobre todo lo que hacía su novia por él.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido del timbre en su departamento, cosa que no solo le llamo la atención a él. Si no que también a aquella chica de cabello morado que lo miraba extrañaba por la isla de la cocina.
—¿invitaste a los chicos?— fue lo que salió de sus labios, mientras secaba sus manos en el paño de cocina.
Sakusa solo frunció el ceño, odiaba las visitas no planeadas con anticipación.
—claro que no, ibas a estar aquí— volvió a sonar el timbre por lo que chasqueó su lengua. — tampoco me gustaría que alguno de ellos te contagiara la idiotez.
Akira solo rió, sacándose aquel delantal negro para dirigirse al living y observar desde el sillón, en caso de que su novio necesitara algún tipo de ayuda incluso con un desinfectante en mano.
Con un pequeño suspiro, el pelinegro se puso su cubre bocas y abrió la puerta para observar a una chica con el uniforme de la empresa telefónica, cosa que no solo le llamo la atención a él; soltó un pequeño chasquido con su lengua al ver que aquella chica parecía bastante nerviosa al tener a uno de los jugadores más importantes de volleyball frente a ella.
—hola, ¿usted es Sakusa Kiyoomi?— pregunta bastante tonta, pensó la chica, pero lamentablemente era una pregunta obligatoria.
—si, lo soy ¿pasó algo?
La chica tragó saliva un poco intimidada por aquella mirada, a pesar de tener su mascarilla puesta sentía como sus orejas quemaban.
—según el registro usted fue visto por un técnico para poder arreglar el internet el día martes de la semana pasada, resulta que Kano-san fue diagnosticado con el virus.
Sakusa se atragantó con su propia saliva, sin poder creer lo que acaba de escuchar. Volvió su vista a la chica, esperando a que siguiera hablando.
—la gente que estuvo acá o estuvo en contacto con usted tendrán que hacer cuarentena durante catorce días.— tartamudeó inconscientemente ante la mirada que le daba el pelinegro, sin duda alguna si las miradas mataran ella estaría más de diez metros bajo tierra.
Sakusa sintió un ligero roce en sus manos, pero por primera vez no se alejó, solo tomó las manos de la chica quien lo veía preocupado por su reacción.
—¿Omi estas bien con esto de la cuarentena?
La joven se atragantó con su saliva para ver a Kobayashi Akira al otro lado de la puerta con una cara de preocupación al ver al chico quien simplemente se adentró y fue directo a su dormitorio para darse una larga ducha.
No podía creer que Kobayashi Akira, una famosa idol que debutó en un grupo coreano se encontrara frente a ella.
—muchas gracias por el aviso linda, haremos la cuarentena. —intentó sonar tranquila, para mantener el ambiente sereno.
—¿puedes firmar mi carcasa?
Rápidamente sacó el plumón de su bolsillo junto a su teléfono, Akira rió suavemente por aquello al ver que tenía una de sus photocards en su carcasa.
—muchas gracias y por favor cuídense.
—tú también cariño, protégete bien.
Akira se sacó su cubre bocas y fue hasta la habitación del chico, escuchando el agua caer. Por lo que simplemente tomó su teléfono para avisarle a sus cercanos quienes habían tenido un contacto con ellos.
Se apoyó en la puerta de la habitación por unos segundos y soltó un suspiro ahogado, sin dudas iba a ser una cuarentena bastante larga para ambos.
INTENTÉ HACER A SAKUSA LO MÁS CANON POSIBLE.Espero que disfruten tanto este fanfic como yo lo hago. 🥺🤝
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𝐋𝐞𝐯𝐞𝐥 𝐨𝐟 𝐜𝐨𝐧𝐜𝐞𝐫𝐧 ➳Sakusa Kiyoomi
FanfictionEn donde Sakusa está encerrado por 14 días con su novia.