Laila Scamander Y La Maldición de Morgana

18: Halloween

Me pase una semana escribiendo esto asi que espero que les guste y comenten que creo que este capitulo tiene todo JAJAJAJA

Lavander y Parvati no iban a la fiesta por que se habian quedado atrasadas en los deberes y ahora estaban desesperadamente tratando de terminarlos, sin embargo no parecían tener fin. Yo estaba viendo mi vestido blanco que estaba en la cama, lo había comprado el verano pasado, lo estaba mejorando con mi varita, volviéndolo mas corto y mas escotado.

—Ese no es el vestido de un ángel—Fay apuntó riendo, ella iba a ir como una pirata, ya tenia el parche y el atuendo en su cama mientras yo arreglaba el mío para lo de esta noche. 

—Es el vestido de un angel muy sucio—reí mientras le abría mas el escote y le cortaba un poco mas la falda, tome el vestido y me lo puse encima, me llegaba a tapar  el trasero y eso era suficiente para mi. Suspiré luego pasando a las alas blancas que por medio del encantamiento que les había puesto hacian un movimiento por si solas. Además la aureola que también había encantado para que se mantuviera flotando sobre mi cabeza.

—Te ha quedado genial, la pasaremos muy bien—Fay vio mi trabajo.

—¿Ginny ira cierto?

—Claro que si, ella ira como la capitana de las Hollyhead Harpies—ella sonrió orgullosa.

—Pues ningún disfraz se compara al mío. Mira bien. Estaba indecisa sobre que usar, pase por todos los disfraces y quería ser un diablo pero también ser un ángel era tentador así que he hecho estos encantamientos para que cada cierto lapso de tiempo se cambie el atuendo. Y eso debe suceder.......ahora.

El vestido blanco se había teñido de rojo y se le habían creado mangas de encaje negro, las alas se encogieron hasta transformarse en la cola de un diablo y la aureola también se transformo en dos cuernos rojos y puntiagudos. Fay silbó impresionada ante la magia con la que había hechizado el disfraz.

—Que lindo, lo de demonio quedaría bien con el collar que Harry te regalo—ella opino antes de darse la vuelta para ordenar sus cosas. Me toque el cuello, ahora que no tráia esa preciosa gargantilla roja como siempre, sentía el cuello desnudo así que siempre estaba usando bufandas, del alguna forma sentía el cuello desprotegido por el habito que tuve de hasta dormir con eso.

—No puedo creer que hagas todos estos conjuros mientras te duermes en las clases de Flitwick.—Hermione dijo mientras cerraba la puerta detrás de ella, entrando a la habitación.

—Mmm..me gusta creer que mi mente absorbe inconscientemente toda la información que dice—me encogí de hombros, sin querer restregarle en la cara que era mejor que ella en Transformaciones por mas que me tentara, me tire en la cama, con cuidado de no arruinar mi disfraz—. ¿Y tu de que iras Hermione?

—Bueno...he estado pensando que puedo ir como la ex ministra Margaret Thatcher—Hermione se puso una mano en la barbilla pensando profundamente, Fay y yo nos miramos la una a la otra con una ceja alzada.