Capítulo 3

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"¿Sabes usarla?"

La voz de Conway sorprendió a Volkov, que estaba pensando en cómo disimular el hecho de que no tenía idea de cómo cargar esa arma en particular. Sí sabía un poco sobre armas en general, ese no era el problema, lo que sucedía era que en su apuro por parecer decidido en frente de su amigo, había escogido un arma que lucía genial, pero no conocía.

Decidió ahorrarse la vergüenza de fingir que sí sabía usarla y quedar en ridículo, así que negó con la cabeza. A lo que Jack se acercó tranquilamente, tomando el arma que llevaba el menor y rozando sus manos en el proceso. Esto hizo que el corazón de Viktor diese un salto, pudo sentir cómo se sonrojaba y rezó para que el moreno no se diera cuenta.

"Asegúrate de tener el seguro puesto, o te volarás la cabeza" Dijo.

"Lo sé" Contestó el ruso.

Con movimientos rápidos y sencillos, Jack le mostró a Viktor cómo cargar el arma, sin tener idea de lo que había causado en su amigo. Estando tan cerca el uno del otro, el ruso no pudo evitar pensar en que, pese a ser alto, Conway seguía siendo más bajo que él. Soltó una pequeña risa de la que su amigo se percató, acto seguido cuestionándolo con la mirada.

"Eres más bajo que yo" Sonrió.

Jack se sonrojó indignado. "¡No es mi culpa que seas un puto poste, anormal!" Luego miró el arma en sus manos. "¿Entendiste cómo se hacía, Volkov?".

El chico asintió.

"Bien, no le dispares a ningún animal, podrías manchar mi auto con sangre cuando volvamos"

Viktor asintió nuevamente.

Se adentraron en el bosque, y una vez estuvieron lo suficientemente alejados comenzaron a marcar blancos ayudándose del cuchillo de la cortapluma que Jack siempre llevaba consigo. Así estuvieron un buen rato, compitiendo para ver quién tenía mejor puntería, y quien hacía los tiros más complicados.

Jack era objetivamente mejor que Viktor al disparar, pero sólo porque tenía más experiencia. Volkov logró hacerle buena competencia, y hasta lo superó en una ocasión, lo que hizo rabiar al mayor, aunque ambos terminaron riendo.

Comenzaba a oscurecerse, así que decidieron volver. Ya se había disipado un poco ese sentimiento de complicidad maliciosa y nerviosismo que venía junto con la ilegalidad de lo que hacían, y caminaban en un silencio agradable a través de los árboles. Llegaron a un riachuelo que tenía una pequeña cascada de un par de metros de alto, el follaje era muy denso alrededor del lugar, y tendrían que dar un rodeo muy largo si querían evitarlo, así que optaron por bajar por ahí, intentando no mojarse.

Fue en esa bajada, donde Viktor resbaló en una piedra mojada, cayendo pesadamente en el riachuelo y soltando el arma, que rebotó en una piedra, disparando al aire y sumergiéndose en el agua. Jack bajó rápidamente sin mirar que su amigo estuviera bien, dirigiéndose en vez directo al arma caída. La sacó del agua y la revisó frenéticamente sin decir nada.

Viktor se hallaba congelado, sentado en la misma posición en la que cayó. La había cagado, había una parte del arma que estaba claramente desencajada y abollada, no había ninguna posibilidad de que ellos la arreglaran por su cuenta. Pero lo que más le aterraba, era la reacción de su amigo. Este se volteó a mirarlo lentamente, su rostro no mostraba emoción alguna.

Para el horror de Viktor, Jack levantó lentamente su arma, apuntando directamente a la frente del ruso.

No había nada en sus ojos, no podía siquiera intentar adivinar que pasaba por la mente del chico que tenía enfrente. ¿Era así como moriría? ¿Qué pasaría con su madre y su hermana cuando lo encontraran enterrado en algún lugar del bosque con la cabeza reventada?

Creek BluesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora