M. EL CHICO MISTERIOSO

CAPITULO 12 "POR LAS BUENAS O POR LAS MALAS"

CAPITULO 12

Levanto la mirada solo para ver al profesor hablar y hablar sobre algo de lo que no me entero. Regreso mi atención al libro abierto que está en mi escritorio y hago garabatos en las partes de las orillas que no tienen texto.

 ¿En qué pienso? En un chico alto, con cabello oscuro y unos increíbles ojos oscuros ¿Por qué pienso en él? Porque simplemente me encanta todo de él.

Estoy consciente de que debería estar poniendo atención a la clase y tomando apuntes de lo más importante, pero simplemente es imposible concentrarme.

Miro el reloj y por fin es hora de que la clase concluya. El profesor mira el reloj también y cierra su libro fuertemente haciéndome saltar.

–Es todo por hoy, nos veremos el viernes. –Dice al tiempo que retira sus lentes y los guarda en un pequeño estuche negro.

Cuando me doy cuenta, todos mis compañeros ya han salido del salón y el profesor está caminando a la salida con su portafolios en la mano. Rápidamente meto mi libro en mi bolso y cuido que no me falte nada, me levanto de mi lugar y salgo a toda prisa del salón.

Camino distraída por el pasillo central del edificio, voy rumbo a la cafetería para encontrarme con Karla y Mario que también han salido de clases.

Cuando doblo en la esquina del pasillo veo que Max viene caminando hacia mí con una sonrisa ladeada. Antes de que pueda dar vuelta y huir, ya lo tengo frente a mí.

–¿Lista para irnos? –Pregunta sin dejar de sonreír.

–¿Irnos a dónde?

–Al cine, ayer me invitaste al cine, ¿no lo recuerdas?

–¿Qué? yo no te invité, y nunca dije que si iría. –Ruedo los ojos.

–Claro que irás, ¿no cumplirás tu palabra?

–Nunca dije que aceptaba.

–Entonces tendrás que regresar en autobús, le dije a tu amigo Mario que yo te llevaría y ya se fue junto con la otra chica. –Lo miro molesta pero él no borra esa tonta sonrisa de su rostro y solo logra que me enoje más. ¿Quién se cree que es para hacer eso?

Me doy la vuelta y camino hacia la salida del edificio, tendré que regresar en autobús por culpa de ese idiota. Atravieso el patio delantero y salgo a la calle sin mirar atrás, ignorando los gritos de Max llamándome.

La parada de autobús está a unos metros de la entrada del campus así que no tardo mucho en llegar.

Miro a la derecha y veo el auto de Max acercarse a donde estoy. Lo ignoro y volteo hacia otro lado, no me considero una persona que se enoje fácilmente, pero él sacó lo peor de mí.

El claxon  de su auto me sobresalta aunque estoy consciente de que está ahí. Me niego a mirarlo y vuelve a sonar el claxon.

–¿Qué quieres? –Volteo enojada y él sonríe divertido.

–Sube al auto, yo te llevaré. –Dice sin dejar de sonreír, ver su sonrisa burlona solo empeora la situación.

–Regresaré en autobús, gracias.

–Puedes subir al auto por las buenas o por las malas.

–¿Es una amenaza?

–Yo le llamaría advertencia.

–Es lo mismo. –Ruedo los ojos.

–Por favor sube, lamento haberte echo enojar.

–Gracias, pero regresaré en autobús. –Repito. Él suelta una risita que no sé cómo interpretar y baja del auto. Camina hacia mí  sin dejar de sonreír y lo ignoro, a él no le molesta, solo lo divierte más.