CAPITULO 14 "ESPERO NO ARREPENTIRME"

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CAPITULO 14

Miro a la chica que está a solo unos metros de mí y sé que es ella, la reconozco de la foto. Está sentada completamente sola observando al infinito. Me siento tentado a acercarme a ella pero algo me lo impide, lo cual es muy extraño porque no suelo ponerme nervioso ante las chicas. Su cabello castaño está sujetado en una coleta y tiene puestos unos lentes que le dan un aspecto intelectual. En sus piernas está un libro abierto que no está recibiendo la atención de ella, no puedo evitar preguntarme en qué pensará.

Me siento patético en este momento, escondido en un rincón para poder observarla sin que lo note. Podría estar todo el día viéndola, pero no debo. Miro la hora en mi teléfono, ya debo ir a mi siguiente clase. Me pongo en marcha y antes de que desaparezca de mi vista la veo, la veo con él ¿será su novio? Siento una punzada de decepción al pensar en la posibilidad.

*-*-*-*-*

Justo en diez minutos como decía el mensaje, alguien toca a mi puerta. No dejo de preguntarme que puede ser tan urgente. Camino apresuradamente hasta la puerta y la abro, lo primero que veo es a Max parado despreocupadamente. Él me sonríe como si nada pasara y sin ser invitado, entra en mi departamento.

–¿Qué es eso tan urgente? –Pregunto con curiosidad, por su actitud despreocupada no parece que tenga algo urgente que decirme.

–¿Estás saliendo con Mateo? –Ignora por completo mi pregunta anterior. Lo miro con una ceja levantada, él está sentado cómodamente en mi sillón y me mira esperando una respuesta.

–Sí, es mi novio –Respondo encogiéndome de hombros.

Me mira fijamente tratando de descifrarme y noto como ladea un poco su cabeza y se achican sus ojos.  Su mirada intensa hace que me ponga un poco nerviosa sin saber por qué.

–¿No dirás nada? ¿Te quedarás ahí mirándome toda la noche?

Él sonríe de lado con evidente burla y eso me molesta.

–Necesito un favor, un pequeño favor –Cambia de tema y yo se lo agradezco en verdad, el anterior estaba resultando incómodo.

–¿De qué se trata?

–Mi departamento está… inhabitable –Dice la última palabra con duda, como si estuviera buscando una palabra que describiera mejor la situación.

–¿Qué pasa con tu departamento?

–No puedo dormir ahí, y se me ocurrió que podría quedarme aquí –Sonríe ligeramente y cruza ambos brazos detrás de su cabeza como si lo que acabara de decir no tuviera importancia.

–¿Qué? lo siento pero no es posible.

Debe estar loco al pensar que puede quedarse en mi departamento. Lo conozco hace días, algo en él me produce cierta desconfianza y además su actitud me molesta mucho. Imposible.

–¿Dejarás que me quede a dormir en mi auto estacionado en alguna calle solitaria?

–¿No tienes amigos?

–No pueden ayudarme –Exclama con indiferencia.

Observo como su mirada se fija en dirección del techo como si estuviese meditando algo. Instantes después su sonrisa regresa y voltea a verme.

–No puedo dejar que te quedes.

–¿Por qué?

–No te conozco, eres un chico y no te ofendas, pero estoy segura que no podría pasar contigo ni media día.

Se pone de pie y camina lentamente hasta la cocina, yo me quedo parada en el mismo sitio solo observando. Abre la alacena y saca unas galletas, las deja en la barra y escanea el pequeño lugar buscando un vaso. Cuando lo encuentra abre el refrigerador y saca la caja de leche.

–¿Galletas y leche? –Pregunta levantando en alto las galletas y la caja de leche.

–No gracias.

Se encoge de hombros y regresa al sillón con un vaso de leche y un paquete de galletas con chispas de chocolate.

–Tendríamos una noche entera para conocernos mejor, soy un chico pero soy inofensivo y si lo que te preocupa es que tu novio se entere, te prometo que yo no diré nada –Da un mordisco a la galleta y no puedo quitarle los ojos de encima –Por cierto, me siento ofendido ¿tan insoportable soy?

Sonrío sin poder evitarlo, se ve gracioso con las mejillas abultadas a causa de las galletas.  Toma otra galleta y se la mete a la boca, pareciera como si solo las succionara, él es como una aspiradora de galletas. Cuando dejo de reír sola, descubro que me está mirando. Tiene una ceja ligeramente levantada con indignación

–No puedo dejar que te quedes, es incorrecto –Murmuro con culpa.

–Lo sé, no sé en qué estaba pensando cuando vine –Dice con voz incómodamente seria.

Se levanta del sillón y estoy segura que se irá pero en vez de eso, camina en dirección a la cocina nuevamente. En la mano derecha lleva el vaso ahora vacío y en la otra sostiene la envoltura de las galletas.

Cuando regresa me mira con una ligera sonrisa pero no parece sincera. Detecto nostalgia en su mirada y me ataca la culpa por segunda vez. ¿En verdad no tendrá dónde dormir?  ¿Por qué no se queda con alguno de sus amigos? ¿Por qué no se queda con su novia?

–Es hora de irme, lamento causarte molestias.

–Lamento no poder ayudarte –Respondo con sinceridad.

El asiente con la cabeza y vuelve a sonreír, camina hacia la salida y se marcha. Me quedo unos segundos parada al lado de la puerta después de que él sale. Me siento culpable por no ayudarlo. Abro la puerta y estoy consciente de que tal vez me arrepienta mañana de lo que estoy a punto de hacer. Primero me asomo al pasillo buscándolo, no está. Suspiro con frustración por mi situación y salgo de mi departamento.

Cuando llego a las escaleras lo localizo, está terminando de bajar. Lleva ambas manos en los bolsillos y camina lentamente.

–¡Max! –Grito desde arriba. Max voltea al instante y me mira esperando que le diga algo –Puedes quedarte.

Su sonrisa reaparece y algo en mi interior se calma, debe ser mi conciencia. Ruedo los ojos y camino de regreso a mi departamento. Cuando llego a la puerta Max está a un metro de mí.

–¿Qué te hizo cambiar de opinión? –Pregunta mirándome con la cabeza ligeramente ladeada.

–Aun no lo sé, espero no arrepentirme –Sonrío.

–Me aseguraré de que no lo hagas.

¡LAMENTO LA TARDANZA! ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO AUNQUE HAYA SIDO CORTO. ACTUALIZARÉ LO MÁS PRONTO POSIBLE. :)

M. EL CHICO MISTERIOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora