CAPITULO 5 "PRIMER BESO"

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CAPITULO 5

-¿Te molestó algo que dije? –Mateo me mira intensamente a los ojos, está recargado en la barra y yo estoy de pie frente a él. Su mano encuentra la mía, él no aparta la mirada esperando que responda.

-No, ¿Por qué piensas eso? –Estoy mintiendo, pero no puedo decirle lo que me está molestando. Sonaría bastante mal.

-Estás un poco seria.

-Lo siento, solo estaba pensando en otras cosas. –Le doy una fingida sonrisa tranquilizadora.

Su rostro se relaja un poco y aprieta mi mano ligeramente. Aunque estoy enojada con él, no puedo evitar sentir un millón de mariposas en el estómago con su toque.

-Me agradas. –Una pequeña sonrisa se forma en sus labios.

-También me agradas. –Mis palabras son totalmente sinceras, él me agrada.

Pongo mi atención en la canción que está sonando con demasiado volumen porque no se me ocurre un comentario inteligente. Me mira intensamente como si pudiera ver lo que estoy pensando. –Me gusta esa canción. –Le digo para acabar con el silencio incomodo, él desvía la mirada y parece poner su atención en la música.

Sugar, yes please. Won't you come and put it on on me. –Mateo canta imitando la voz de Adam Levine. Me saca una sonrisa genuina a pesar de lo mala que es su imitación.

 (Dulzura, por favor. ¿No te gustaría venir y estar conmigo?)

Sonríe satisfecho y está a punto de decirme algo pero alguien interrumpe.

-Mateo ¿Qué haces aquí? –Los dos nos giramos hacia la entrada de la cocina donde está Andrea fulminándome con la mirada. Intento apartar mi mano de la de él pero me lo impide.

-¿Necesitas algo? –Responde Mateo sin darle mucha importancia.

-Sí, necesito una explicación. –Cruza los brazos sobre su pecho, su voz suena peor cuando está enojada.

-No entiendo porque debería dártela.

-Mateo, creo que deberían hablar. –Jalo mi mano con un poco más de fuerza y logro liberarla de su agarre.

-No, quédate.

-No es de mi incumbencia. –Insisto.

-Tienes razón. No lo es. –Suelta ella.

Antes de que diga algo más, salgo de la cocina. Me dirijo hacia un pequeño sillón desocupado en un rincón, no sé dónde está Karla así que me espera una noche aburrida y solitaria, al menos hasta que la encuentre.

Mi vista se posa sobre los cuerpos bailando en el centro, solo uno llama mi atención. Max está bailando con la chica de la cafetería, la que carece de altura. Ella está de espaldas a él, las manos de Max se aferran a las caderas de la chica acercándola a él con cada movimiento. Seguramente son pareja.

Max voltea hacia mí y me dedica una sonrisa de lado, no puede ser, es la segunda vez que me descubre mirándolos. Aparto la mirada inmediatamente, esta vez miro hacia la cocina, Mateo sigue conversando con Andrea. Ella debe estar muy enojada por la forma en que mueve las manos y lo mira.

-¿Qué haces aquí sola? –Me sobresalto y volteo rápidamente. Karla me está mirando con una ceja alzada esperando mi respuesta.

-Solo… descanso un poco.

-Claro. Creo que necesitas un novio. –Ríe.

-No necesito un novio, solo descansaba. –Karla toma asiento a mi lado y veo que rueda los ojos.

M. EL CHICO MISTERIOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora