25. No te importo

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[Capítulo 25]

Evité responder cualquier mensaje de él, pero no mentiría que miraba una y otra vez el celular anhelando una respuesta, pero no me sorprendió que no le importará, siempre era yo quien le escribía demasiado por Dios. Me quedé mirando el celular por horas y ningún mensaje llegó, me crujía el corazón al sentir nuevamente como era esa sensación, las veces que lo miraba en la biblioteca podía ver en su rostro cómo leía un libro sin ninguna expresión, en las clases de Matemáticas mirando un punto fijo hacia el profesor, sus exposiciones con esa voz de desinterés y una niña viéndolo, pero él nunca la observaba. ¿Ni puta idea de quien pueda ser esa niña?

Vamos no la recuerdas ¿?

Yo la recuerdo muy bien, su nombre es de una famosísima chica qué aparece en la televisión, su apellido es de un gran alquimista y matemático, que por cierto llegué a quererlo demasiado y de alguna u otra forma, me siento muy privilegiada con este apellido. La niña se encontraba chorreando de baba, pero ni siquiera él lo notaba.

Si, no suele notarme

Recordar todo esto hacía que sintiera nuevamente el crujido y dolor en el corazón, me dolía muchísimo, aumentaba cada vez que pensaba en él.

No lo hagas, recuerda que puedes ponerle fin a todo esto.

En la vida todo lo he tenido, mis padres todo me lo han dado, mi madre es una esposa ejemplar, mi padre él mejor y mi hermana fastidiosa pero demasiado cariñosa y protectora. Nos mudamos del Sur cuando tenia solo 8 años, mi padre alcanzó un cargo elevado en la empresa y decide tener la suya junto con su mejor amigo Mason, si, la verdadera amistad viene de familia. Pero a pesar que nuestra vida monetariamente cambio, fue una etapa maravillosa, lujos, deseos, regalos que anhelaba, libros deseados y salidas de vacaciones geniales. Aunque eso exigía el mayor esfuerzo de mi padre en su empresa, cumplía con cenar juntos en el hogar, los fines de semana en el cine y nuestras vacaciones de verano en la casa de abuela Inés, todo cambio, pero mamá nos enseñó a ser iguales, a nunca creernos más que otros, tanto así que nos quedamos en la misma escuela por un tiempo, luego nos cambiamos al instituto Wilson, la institución deseada por todos en el pueblo, aunque la verdad me emocionaba la idea de encontrar nuevos amigos y disfrutar mi estadía ahí, una parte de mí quería seguir en el instituto que me acogió y me encantaba estar en él. Al principio todo era perfecto, disfruté con Daniel como no tienen idea, nos sentíamos como unos putos dioses, por mucho tiempo no dejamos de sentir esa sensación, hasta que el niño de ojos lindos y comportamiento terrible hizo que dejará de pensar que ese lugar era él que quería pasar por el resto de mi etapa estudiantil. Tanto para Daniel como para mí, ver que ese niño era el respetado y amado por los profesores nos enfurecía, no intentamos quitarle el lugar en ninguna oportunidad. Solo fingíamos qué nunca estaba, pero su presencia sé hizo notar cuando su punto de diversión se fijó en mí. Daniel estaba dispuesto a todo por mí, pero siempre salía lastimado con problemas en su hogar, aunque le dijéramos quien fue el culpable, el padre de Daniel evitaba hablar de tema y salir huyendo a su empresa, la señora Mason se enojaba y es ahí donde adopta la costumbre de beber.

Por mucho tiempo nos hastiaba su presencia y lo que este causaba en nosotros, no era para nada bueno. Daniel no era de disimular y lo hacía evidente cada vez más, y cuando cumplí 9 años conozco a Liam, el supuesto hermano de la misma edad de Scoot, y mi manera de ver la institución cambió. Si, al tener un nuevo compañero de salón, de cabello rubio, rostro angelical pero familiar, tenía muchos parecidos a su hermano "Scoot", y cada vez que lo llamaban por su apellido original ambos replicaban que era Foster. Su voz, quedó plasmada en mí cuando leyó aquella historia, cuando sonreía y jugábamos en él patio, cuando cruzábamos miradas. Era poco de hablar, pero su sonrisa lo decía todo, cuando Daniel y yo nos vestimos de conejos para la semana de la pascua, Liam me envía una nota en el cual decía que tenía el mejor atuendo y muy original. Pero volvamos a la historia, desde que la leyó me imaginé que eso pasó en la vida real, al venir a L.A con su familia adoptiva, los Foster se sentía de esa manera y había vivido esa tragedia que le ha causado no sentir amor alguno, algo de cierta verdad oculta implícitamente la historia.

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