XIV

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— Shoto, despierta amor, ya te prepare el desayuno — habló el rubio mientras entraba a la habitación e intento no reírse al ver su a su omega sentado llorando mientras sobaba su vientre. — pero mi amor ¿Ahora por qué lloras? 

— E-es que Kats, estoy gordo — rompió en llanto desconsoladamente. El rubio simplemente suspiró y una sonrisa se dibujo en su rostro ¿Realmente se había olvidado qué estaba en cinta?, bueno no será la primera vez que pasaba algo así, con Katsu pasó algo similar. 

— Ya, ya, tranquilo bonito, yo te veo igual de hermoso que siempre — exclamó mientras se sentaba frente al bicolor y con una mano limpiaba sus mejillas — la panza que tienes ahora es simplemente cosa de tu embarazo, una vez que nazca volverá a la normalidad tu cuerpo, deja de llorar, hay que desayunar. 

— P-pero kats ¿Y si no vuelve a la normalidad y me quedo gordito?— el rubio se acercó y le dio un beso en la mejilla. 

— Aunque quedases "gordito" para siempre eso no quitaría todo el amor que siento por ti, siempre serás mi omega – soltó mientras colocaba una de sus manos en aquel abultado vientre — Shoto yo te amo con o sin pancita, con tus cambios emocionales o con tu forma de ser relajada, siendo tranquilo o siendo un pervertido... Cada cambio por muy diferente que sea siempre me va a encantar por el simple hecho de  que seas tú. 

El bicolor sonrío, detestaba ser tan emocional cuando esta en cinta... pero al mismo tiempo disfrutaba ver como su arrogante alfa pasaba a ser ésta masita, amoroso, cuidadoso y detallista -aunque de por sí lo era-, al igual que el rubio amaba cada faceta suya él también amaba cada faceta de su esposo y estaba agradecido de la vida que llevaba, los problemas que tuvieron hicieron que se conocieran más, las críticas por parte de la gente solo hicieron que se unieran más.

— Te amo, Bakugou Katsuki, realmente estoy feliz de que seas mi alfa — exclamo admirando aquellos orbes rubíes que parecieron cristalizarse un poco. 

— Yo también te amo Shoto...



...



Ambos se encontraban en la sala, el bicolor sobre el rubio profundamente dormido mientras este se limitaba a darle pequeñas caricias en su pancita. El teléfono del rubio sonó y contestó tratando de no despertar a su bicolor. 

— Katsubro ¿Cómo esta shotobro? — la voz de Eijiro resonó por el parlante — hace tiempo que no los vemos con eso de que shoto anda muy sensible y no quería que Denki se te acercará, y cuando yo te abrace comenzó a llorar diciendo que te iba a robar.

— Si, nunca se me olvidara que tú también comenzaste a llorar tratando de explicarle que no era así mientras el te culpaba — Katsuki se carcajeó bajito.

— Denki solo se reía mientras tu tratabas de calmar entre risas a Shoto, pero dime ¿crees que podamos ir a visitarlos? 

— Probablemente si. Mientras no se me acerquen y no traigan a sus hijos — sopesó — tuve que pedirle a Fuyumi-neesan que cuidara de Katsu ya que Shoto lloraba diciendo que le había robado todo mi cariño. 

 — Vaya que es una locura cuidar de un omega en cinta, lo mismo me pasaba con Denki, él y shoto terminaban peleados por simples tonterías como por ejemplo quien quería mas a su esposo o quien era más bonito y eso — el rubio comenzó a reír bajito al recordar esas escenas.

— Si lo recuerdo, shoto te agarró a escobazos cuando dijiste que era feo y no lograste hablar con él por una semana. 

— Moh... tu no me ayudabas a hablar con él. 

Mi lindo esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora