XIII

1.9K 160 97
                                    


Bajó el pantalón del pijama junto con la ropa interior delicadamente para dejar al aire libre ambas estilizadas y largas piernas junto a su miembro ya despierto por las caricias del rubio, de un momento a otro sintió como su dilatada entrada era profanada por un gran y grueso dedo abriéndose camino entre sus paredes y no pudo evitar soltar un jadeo. Y es que a pesar de que producía lubricante natural al rubio le gustaba estar seguro de no llegar a lastimarlo, por lo que se tomaba su tiempo para prepararlo adecuadamente. Dejó salir un gemido más fuerte a los anteriores cuando sintió un segundo dedo acompañado de un tercero.

— A-amor, date prisa — soltó extasiado por las maravillas qué hacía el rubio solamente con sus dedos. Lo ponía aún más ansioso.

— No quiero lastimarte, mi amor, ya casi estas listo solo espera un poco más — dijo dándole un beso en la frente mientras que con sus dedos simulaba duras embestidas, estaba encantado con la imagen de su lindo esposo jadeando y sollozando por tenerlo dentro.

— K- kats, cariño hazlo por favor — suplicó sabiendo que al rubio le encantaba hacerlo sufrir — por favor, te lo suplico, quiero que entres en mí.

Ante tales suplicas ¿Quién podría resistirse?, bajó a su vientre dejando allí un tierno beso y un "cuidado con la cabeza" muy burlón, lo que hizo que ambos empezaran a reír pues, vaya manera de arruinar el ambiente. El alfa tomó de la cintura al bicolor para darle vuelta y colocó una almohada debajo de su omega haciendo que esté levantara más su trasero, el cual masajeo un poco antes de abrir ambas mejillas y mostrar su entrada; admirándola por unos momentos, ¿Cómo es que aquella rosada y estrecha entrada se devoraba completamente su miembro haciéndole sentir la gloria? mientras el bicolor tomó una almohada para cubrir su rostro enrojecido. 

— ¿Qué tanto miras?

El alfa solo le sonrió y lentamente comenzó a introducirse en él hasta tener la mitad, realmente le costaba mantener la calma con tremendo dios jadeando y gimiendo así, le dio un poco de tiempo a que se acostumbrara, él bicolor empezó a empujar su cuerpo hacia atrás devorando aquel miembro que tanto deseaba, soltando un fuerte jadeo. El omega volteó a ver a su alfa, el cual se mantenía con la mirada baja mordiéndose los labios; realmente amaba que el bicolor hiciera eso por cuenta propia.

Comenzó a masajear aquellas pálidas nalgas redondas y subió la mirada observando los dilatados ojos lujuriosos que su bicolor tenía, con ambos cristalizados y la respiración agitada, éste al notar su mirada simplemente sonrío de lado recostando más su cuerpo simulando apretar las sabanas y el rubio solo pudo tragar duro ante tal acción.

Besó su espalda dejando algunas marcar mientras lo embestía con algo de rudeza, realmente quería hacerlo lo más fuerte posible, pero tenía en mente que ahora se encontraba en cinta y necesitaba cuidarlo bien.

— Ah~ alfa, dame más — aquellas palabras lo hicieron aumentar la fuerza de las embestidas — ah, sí así, no pares amor. Te quiero tan dentro como se pueda.

— Maldición, omega. Estás tan estrecho, me vas a volver loco — jadeó el alfa — realmente me está costando trabajo no ser tan brusco, bonito, así que no me provoques —siguió dando embestidas hasta que ambos se corrieron, él bicolor sobre las sabanas y el rubio dentro.

Salió de su interior y se recostó sobre la cama, pero en cuanto lo hizo el bicolor se colocó sobre él y de un sentón su miembro quedo nuevamente dentro de su estrecha entrada.

— S- sé que te estas conteniendo, p-pero yo quiero hacerlo solo u-una vez m- más — se levantó dejando salir él miembro del rubio por completo, chillando al clavarlo en él mismo una vez mas mientras pedía caprichoso; — solo una vez más, alfa.

Mi lindo esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora