IV

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Los rayos del sol comenzaban a filtrarse por los espacios que había entre las cortinas que cubrían a la ventana. Se sentía cansado, no había podido descansar bien ¿El motivo? Pues... Cierto pelirrojo y pelirrubio habían llegado a invadir su casa por la noche con su pequeño en brazos para pedirle a él y a su esposo que fueran los padrinos de su hijo, claro está que no habían rechazado la propuesta, pues esa misma pareja eran los padrinos de Katsu.

Se estuvieron despiertos hasta la madrugada, que fue cuando la pareja de idiotas había decidido abandonar su apartamento para irse al de ellos, ya que prácticamente eran vecinos.

— Buenos días — la voz adormecida de su tierno omega lo sacó de sus pensamientos.

— Buenos días, bastardo, tenemos que ir a preparar el desayuno Katsu. No tarda en levantarse.

El omega se quejó. — No quiero, tú tampoco te has levantado, sigues acostado conmigo.

— Con mucho más razón entonces, hay que levantarnos los dos — dejó una palmada en el muslo de su omega.

El rubio cenizo se levantó, quedando de pie junto a la esquina de la cama. Tiró de la sábana, dejándola en el suelo, haló las piernas del bicolor y las separó con un rápido movimiento, provocando que el culo del omega choqué fuertemente con su pelvis, haciendo sonrojar al Omega.

—¡Kats! ¿Qué haces?

— ¿Yo? Nada, solo estoy tratando de que te levantes.

El omega fijó su vista lujuriosa en los ojos de su alfa.

— ... Bastardo pervertido.

— ¿A quién le llamas pervertido? — el omega fingió indignarse.

— ¡A ti! — acusó el alfa. — Solo porque casualmente quedamos así piensas que ya te voy a coger.

— ¡No lo digas así que me da más vergüenza! — se pasó ambas manos por el rostro. — Y eso de "casualmente" que te lo crea tu mamá, porqué yo; no — dijo, haciendo un puchero muy tierno.

El alfa soltó una risa: — De acuerdo,  me has atrapado — confesó. — Ahora sí hay que levantarnos, los idiotas no tardan en venir.

— ¿Eijiro y Denki? — Katsuki asintió.

— Esos idiotas, ¿No recuerdas que acordamos ir a escoger trajes para su cachorro?

— ... ¡Ah, sí! ¿Cómo se me pudo haber olvidado?

El rubio cenizo soltó un suspiro.

— Se me haría más raro que te acordaras.

— ¡Oye! — reclamó haciendo un puchero.

— Bueno,  ¡ya es hora de levantarse! — tomó de la cintura al bicolor y lo cargó como costal de papas, directo al baño para así poder bañarse juntos.


***


La pareja Bakugou se encontraba almorzando algo ligero junto a su pequeño mientras esperaban a la otra pareja llegar.

— ¿No crees que se están tardando? — el omega preguntó.

— Ten paciencia, bastardo, conociendo a ese par de idiotas lo más lógico es que se hubieran quedado dormidos y por eso se estén tardando —.

— Si sabías que se quedarían dormidos ¿Por qué tuvimos que levantarnos tan temprano?

— Por qué tardas en alistarte, y más en alistar a Katsu.

— ... No puedo argumentar nada contra eso.

El pequeño solo se limitaba a disfrutar de su almuerzo mientras veía a sus padres conversar y de vez en cuando estos volteaban a verlo por si se había ensuciado, para así limpiarle el rostro con toallitas húmedas.

— Quién diría que ya pasó un año del accidente de Kisirishima.

— Ni me lo recuerdes, maldito pelos de mierda me tuvo muy preocup... — interrumpió sus palabras al ver un pelirrojo y un pelirrubio con un bebé en brazos parados en la sala, escuchándolo.

— ¡Bakubro! — gritó el pelirrojo, abalanzándose al rubio cenizo.

— ¡Suéltame, pelos de mierda! ¡Les he dicho que no entren por su cuenta! — gritó el rubio cenizo, sonrojado hasta las orejas.

Ambos omegas simplemente se limitaron a ver cómo el alfa rubio trataba de soltarse del agarre del alfa pelirrojo.























Hola!
Perdón por mis faltas de ortografía:'(
No publique en un tiempo pero tengo una buena justificación.
Atropellaron a mi perrita:') y tristemente murió por lo que estuve deprimida por todo este tiempo ya que mi familia me culpaba a mi:'(
Mi pareja me dijo que si quería me tomara otra semana para volver a escribir cuando me sienta mejor...
Pero necesito distraerme así que...
Perdón por la falta de creatividad.
Nos vemos luego!

Mi lindo esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora