¿El peligró terminó junto con el Anuk-ite? Imposible, es Beacon Hills.
Veinte años después, las alarmas se vuelven a encender, cuando los descendientes de la manada McCall, eligen jugar en un lugar prohibido...
Cuando Cherry se dio cuenta que su periodo se había atrasado no supo qué hacer, no se sentía preparada para ser madre, ¿qué diría Isaac?
Caminó por la habitación con el pulso a mil, sintiendo unas terribles náuseas, corrió al baño, pero no pudo vomitar, persistiendo la incomodidad. Volvió a la habitación y miró el reloj, ya era hora de ir a la escuela, donde enseñaba historia. Para verse menos pálida, se maquilló un poco más de lo normal y condujo hasta su trabajo, y la primera clase la dio sin complicaciones, pero mientras estaba enseñando de la guerra civil en el segundo periodo, todo se volvió negro.
Isaac recibió la llamada de Melissa y corrió hasta el hospital, preocupado por la salud de su reciente esposa. Al entrar a la sala de espera, su cuñado ya se encontraba allí, muy nervioso.
- ¡Dean! -le llamó--. ¿Qué le pasó? -exigió saber.
-No lo sé -suspiró jalando su cabello-. No me han dicho nada.
El hombre lobo se acercó a la mesa de recepción, y preguntó por Melissa Argent, quien no tardó en aparecer y llevarlo con Cherry.
-Amor -se inclinó hacia ella y acarició su cabello-. ¿Qué pasó, hermosa?
-Es complicado -dijo en un susurro, sus ojos reflejando preocupación, pero sabía que su esposo debía saber-. Estoy embarazada, Isaac.
El rizado miró detenidamente a la rubia, pero su corazón era claro, no hubo ninguna variación, su Cherry estaba embarazada.
-Isaac, ¿no dirás nada? -preguntó temerosa.
- ¿Tendremos un bebé? -murmuró impactado, Cherry asintió y los ojos del beta se humedecieron, tendría una familia, por fin...
***
Los primeros seis meses fueron un poco complicados, porque Cherry necesitaba regularmente una fuente de agua en la que transformarse, para calmar los malestares propios de su estado, pero nadie preparó a Isaac para la separación que estaban por vivir, y es que lo más recomendado, era que la rubia pasara los últimos meses bajo el océano, es por esto que se encontraban despidiéndose antes de que la futura madre ingresara al mar con su hermano.
-Cuando volvamos a encontrarnos, tendré una bebé -susurró Cherry abrazando como pudo a su esposo, ya que la abultada barriga los separaba.
-Las estaré esperando -besó su frente y luego sus labios, con último adiós, la vio desaparecer en la inmensidad del océano.
Fueron tres largos meses, en que fue fundamental el apoyo de su manada, solo recibía información cuando Dean salía a la superficie a ver a Lydia, su novia y le entregaba los mensajes que su esposa enviaba.
Hasta esa tarde de septiembre, cuando pudo tomar en brazos por primera vez a la pequeña Agatha, era tan chiquita comparada con sus brazos, cabía perfectamente en una de sus manos, y era suya, suya y de su amada Cherry.
No tuvieron una infancia fácil, Isaac debió soportar los abusos de su padre, y Cherry sobrevivir a quienes deseaban cazarla, pero ahora juntos estaban decididos a proteger a su hija de cualquier daño, y encargarse de hacerla feliz, sin importar qué.
