¿El peligró terminó junto con el Anuk-ite? Imposible, es Beacon Hills.
Veinte años después, las alarmas se vuelven a encender, cuando los descendientes de la manada McCall, eligen jugar en un lugar prohibido...
Luego de mucho tiempo, lo habían decidido. Al principio, ninguno se animaba a dejar a sus hijos soportar lo que sea que le diría por lo que ellos eran. A pesar de que la homosexualidad ya no era un tabú, ellos no solo eran gays, también estaban en una relación poliamorosa.
Pero luego de una charla, decidieron que no iban a privarse de lo que ellos deseaban, porque se amaban y querían tener una familia los tres juntos.
Después de averiguar distintas formas para que pudieran tener un hijo, la gestación subrogada era la que más les interesaba. Y no fue un problema decidir quién sería biológicamente padre de su hijo, porque Whittemore señaló tajantemente que no sería él, por su parte kanima, y Aaron dijo que su hermana lo mataría si tenía un hijo biológico suyo primero que ella -aunque luego insistía en que ella no quería ser madre- por lo que Ethan fue el primero.
Así nació Apolo, una noche de octubre los tres se encontraban en los pasillos del hospital de Londres, completamente nerviosos. No los habían dejado entrar al parto, el enfermero les había dicho que no dejaría que los tres entraran, así que decidieron esperar en el pasillo. Hasta que al fin tuvieron al pequeño bebé entre sus brazos. Fue muy emocionante para ellos cargar por primera vez a su hijo.
Los meses siguientes no fueron tan mágicos como ese momento, aunque igual podías verlos a los tres frente a la cuna del pequeño y frágil Apolo, cuidando que nada ni nadie le hiciera daño, porque estarían dispuestos a matar a cualquiera que lo intentara dañar.
Y pasó el tiempo, hasta que un año después, el 15 de agosto del 2021, llegó Ares, el segundo bebe e hijo biológico de Jackson, quien no pudo resistirse al pedido de sus hombres.
Y al final, llegó Circe, la tercer y última hija del explosivo trío.
Entonces, se dieron cuenta de lo feliz que podrían ser a pesar de las opiniones del resto. Porque se amaban.
