Tengo tanto tiempo para pensar lo que quiera, sin embargo en lo único que pienso es en ti, pienso tanto que he llegado a odiar el simple hecho
de pensar o tan siquiera recordar, y como solo puedo pensar en ti no puedo dejar de amarte ya
que la cabeza no manda en el corazón, y, debo confesar que mi cabeza tampoco quiere dejar
de amarte, pues cuando alguien es feliz no puede dejar escapar esa felicidad y si se escapa no
puede dejar de intentar recuperarla.