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-¡Aléjate de mi cocina!

Riendo suavemente, Liam elevó las manos cuando Zayn blandió una cuchara de madera, sucia de salsa, en su dirección. Él solo había intentado ayudar al menor y esto era lo que recibía, lo admitía, no debería haber intentado besar a Zayn mientras este cocinaba, además de que conocía muy bien la tolerancia cero del chico a tener a alguien más cerca de él cuando estaba preparando la comida, pero no había podido resistirse a acercarse al ver al chico actuando tan casero. Extrañaba ver esa imagen.

Colocando su mejor expresión de inocencia, esperó hasta que el menor bajo su arma improvisada y se movió hacia él, robando un beso con rapidez antes de salir huyendo. Escuchó los gritos de Zayn, pero no se detuvo hasta llegar al sofá y sentarse a un lado de su hijo. Eros quitó su mirada de la televisión y lo miró, chupando distraídamente uno de sus juguetes.

Zayn apareció en la puerta, dándole una mirada, que pretendía ser enojada pero solo causo que Liam se riera, y señaló a su hijo-. Eros, es hora de ir a la cama, apaga el televisor.

-No, papi -Eros hizo pucheros en su dirección.

El pelinegro suspiró con cansancio-. ¿Tenemos que pasar por esto todas las noches?

Teniendo piedad del joven, Liam se inclinó y tomó a su hijo del suelo-. Aún no he visto tu habitación, cariño, ¿me la enseñas?

Eros lo miró con alegría y apunto hacia el pasillo. Liam le lanzó un beso sobre el hombro a Zayn, logrando que este le enseñara la lengua como un niño pequeño. Riendo, siguió las direcciones de su hijo, pero no le fue difícil encontrar la habitación ya que esta tenia un gran cartel que decía "Eros" y había varios patitos de hule dibujados alrededor.

La habitación era espaciosa, según lo que había visto, era la más grande de la casa. Una de las paredes estaba cubierta con estanterías que contenían libros y todo tipo de juguetes, Un armario espacioso que tenia varias puertas abiertas enfrentaba la puerta, Liam sonrió al ver que Zayn le había dicho la verdad y gran parte de las cosas dentro eran disfraces. Juguetes esparcidos por todo el lugar, una alfombra colorida y paredes blancas, menos en la que se encontraba la cama, la cual tenia una pintura realizada a mano de una especie de parque con su laguna, arboles y animales.

-A dormir, cariño -lo dejó sobre la cama, pero Eros rápidamente se levantó, dedicándole un gran ceño fruncido.

-Jamie -saltó y corrió fuera, volviendo un momento después con el pato de peluche bajo el brazo. Miró a su papá y con una sonrisa se acercó a el armario, jalando una prenda que estaba colgada-. P'ama.

Acercándose, Liam sacó la prenda, sonriendo al ver que era un pijama entero, celeste con la cara de Stich al frente-. Ya tienes puesto un pijama -señalo a la camisa de ositos que Zayn le había puesto.

Eros miró hacia abajo con el ceño fruncido antes de volver a verlo-. Papá no oner -señaló al otro-. Papá.

La sonrisa no pudo ser evitada al darse cuenta de lo que sucedía. Su hijo quería el proceso completo y estaba seguro de que no se conformaría con menos. Sacando la prenda del armario, le quitó el pijama de ositos con cuidado y le colocó el de Stich, recibiendo una gran sonrisa como recompensa. Doblando la prenda que había sido quitada, la guardo cuidadosamente antes de voltearse a esperar que era lo siguiente.

-Ibro. -Eros saltó en la punta de sus pies, señalando la estantería con los libros.

Liam se acercó y revisó los títulos, no le sorprendió que la mayoría se trataran de patos, su hijo tenia una gran obsesión con esos animales. Sacó varios, enseñándoselos a Eros, pero ninguno parecía ser el que él quería. Levantándolo del suelo, le indicó que buscara el que deseaba. Para su sorpresa, el pequeño ignoró los libros de cuentos apilados y sacó uno que tenia las tapas pintadas artesanalmente.

Sobreviviendo a Eros |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora