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"Aferrándose al borde del escritorio, Zayn cerró los ojos con fuerza intentando que la habitación dejara de moverse a su alrededor. Había estado sintiéndose mal por unos días y comenzaba a pensar que tal vez estaba enfermando, su estomago se revelaba en su contra llevándolo a aferrarse del inodoro cada mañana y había tenido mareos y dolores de cabeza que lo preocupaban bastante.

Acercándose a la cama, se sentó en el borde de la misma y se dejó caer contra las almohadas, cerrando los ojos cuando un suspiro salió de sus labios. Había recurrido al té y las galletas dulces sin mucho sabor para el desayuno y su estomago había estado comportándose, no podía decir lo mismo del resto de su cuerpo. Era fin de semana por lo que bien podía acurrucarse en su cama y dormir, aunque él realmente prefería poder acurrucarse bajo las sabanas azules pertenecientes a la cama de su novio, rodeado del cálido cuerpo de este.

Dios, él estaba extrañando a Liam y lo había visto la noche anterior. Comenzaba a verse patético a su parecer.

Su teléfono sonó en el bolsillo de su jean y una sonrisa tonta tiró de sus labios. Ellos parecían estar mimetizados luego de un año entero de noviazgo o lo que sea que fueran, nunca lo habían oficializado realmente. Se habían conocido cuando su hermana había invitado a su nuevo amigo a casa para la fiesta cumpleaños numero dieciséis de Zayn, ellos habían tropezado en el pasillo del baño y se habían enamorado a simple vista. O eso era lo que a Zayn le gustaba creer.

Alcanzando el teléfono, aun con la tonta sonrisa en sus labios, aceptó la llamada, escuchando la suave voz que había estado esperando. -Zayn necesito hablar contigo.

Frunció el ceño, esperando el mi amor o bebé que por lo general acompañaban ese tipo de frases, pero nada paso. Sentándose en la cama, miró a través de su ventana distraídamente... -¿Qué sucede, Li?

-Yo... -Hubo una pausa bastante larga. -Me gustaría verte cara a cara, pero no creo tener la fuerza para hacer esto si te veo.

-¿Li, qué esta pasando? -esto comenzaba a asustarlo.

-Terminamos -soltó, la simple palabra hizo que el corazón de Zayn se salteara un latido-. Volveré a la universidad este fin de semana, no me busques, lo que sea que hubiese entre nosotros, ya no existe.

Zayn se aferró al plástico en su mano, intentando comprender las palabras cuando la llamada ya había sido terminada. No, eso no podía estar sucediendo, no podía. Ellos habían compartido absolutamente todo, le había dado su inocencia a Liam y él había prometido que lo cuidaría, que se amarían por siempre. No podía entender nada, ni siquiera logró llorar por la ruptura porque no pudo procesar la misma hasta días después cuando intentó llegar a Liam y este se negó a abrirle la puerta de su departamento.

¿Cuan humillante era eso? Dios, él se había quedado sentado en la puerta por horas en espera de alguna señal, pero Liam no dio señales de vida.

El sábado en la mañana, Liam se había ido de la ciudad y Zayn se había quedado solo, con el corazón roto y un montón de sueños que Liam había creado para él, destrozados a sus pies".

Despertando de golpe, Zayn se sentó en la cama y pasó sus manos por su rostro, intentando alejar las imágenes de su mente. No había pensado en la ruptura con Liam desde hacia bastante tiempo, no podía creer que ahora estaba soñando con eso. Su mente estaba haciéndose trizas por estar en el mismo edificio que el imbécil, debía alejarse.

Sentándose en borde de la cama, arrojó su cabello húmedo por el sudor lejos de su rostro y miró hacia la cuna donde Eros dormía tranquilamente. Otro recuerdo lo golpeó.

Sobreviviendo a Eros |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora