02. yeah, a halloween party

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CAPÍTULO DOS:
SÍ, UNA FIESTA DE HALLOWEEN

— Me he dado cuenta que todavía no hemos comenzado con la preparación de la fiesta de Halloween — mencionó Sirius mirando hacia el techo de su habitación mientras que con la pelota pequeña que tenía en mano, la lanzaba y atrapaba en el aire.

— Falta mucho... — murmuró Peter, pasando los dulces y abriendo uno para sí.

— Estamos veintidós — comentó Remus apartando la vista de su libro y dirigiéndola hacia sus amigos, dándose cuenta que, el tiempo que poseían, era escaso.

— Se supone que esta debe ser una gran fiesta. Remus, Alana, ideas — pidió James levantándose de su lugar para poder sentarse y apoyar sus brazos sobre sus piernas, quedando en posición pensativa.

— Muévete un rato — murmuró Alana a Sirius, el cual se encontraba echado en el regazo de la joven mientras recibía cariños en la cabeza por parte de esta.

El azabache hizo caso a la petición y se recostó hacia otro lado. A decir verdad, se encontraba demasiado cómodo en esa posición, por lo que moverse no fue para nada de su agrado.

— Bien, toma — dijo Alana lanzándole a Remus "la libreta de innovaciones" para que vaya anotando ideas, mientras que ella las dibujaba en "la libreta de ilustraciones", (aunque de esta no se podían ver obras maestras, solo garabatos casi entendibles).

Sirius esperó un momento para ver que su amiga se acomodase, y cuando ella lo hiciese, volvería a su posición inicial. La presencia de ella cerca de él le traía paz.

— Tiene que ser la fiesta más genial — comenzó Peter.

— ¿Puede ser de disfraces?, ¿Cómo lo hacen los muggles? — propuso Alana recibiendo nuevamente a Sirius en su regazo y acomodando la libreta en el pecho de este.

— ¿Cómo la de hace dos años en tu casa? — preguntó Sirius con una sonrisa, el recuerdo que tenía de esta era increíble.

— Si, algo así. Solo que sin mis padres queriéndonos tomar fotos cada que respiramos — comentó con gracia.

— Bien, anótalo — pidió James chasqueando los dedos. Ya tenían la base de la pirámide y eso era bueno.

— La comida y bebidas es importante — mencionó Peter con una sonrisa muy notable, ya que, él y la comida eran una pareja de por vida.

— Orden masiva para los elfos..., anotado — informó Remus.

— Ahora tendré que regalarles más cosas... — susurró Alana para sí, dado que, cada que le pedían algo a los elfos, ella les regalaba algo. Y claro como estos eran tercos en no querer aceptarlos, Alana se ponía firme e insistente hasta que ellos se lo quedasen.

Accidentally in Love | s. blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora