La cascada

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Carajo era obvio que debía llevar vestido de baño si iba a una cascada, claramente no tengo vestidos de baño en la finca, ni siquiera en mi casa y no me acuerdo la última vez que use uno. Mientras maldigo y pienso en una solución escucho una risa a mis espaldas, cuando me giro y lo veo de pie, recostado contra el marco de la puerta.

—¿Se puede saber por qué maldices?—solo alcance a tragar saliva, desde donde me encontraba podía ver su cuerpo, quizás detalle de más su torso y el solo soltó un risa corta.—Si me sigues mirando así me voy a desgastar—desgastar a mi jefe no podía ser un delito, no cuando estaba tan bueno y el no estaba incómodo con ello.

—No tengo vestido de baño, pero siempre los puedo acompañar...

—Puedes usar ropa interior o llevar una camisa de más y mojarla, no te compliques solo ven con nosotros—me quedé pensando en las opciones.—Prometo no incomodarte sea cual sea la decisión que elijas.

—Ropa interior estará bien—lo observe mientras lo decía y cerró sus párpados con fuerza, cuando volvió a abrirlos se quedó en silencio viéndome.

—Puedo quedarme a verte mientras te alistas, digo que tal tengas otra duda tan crucial como que ropa interior usar—solo pude sonreír, ese tipo de coqueteo suave me encantaba, me hacía sentir joven.

Solo pude sonreírle sin decir algo torpe o balbucear, el me dijo que llevar tenis, una muda de cambio, chaqueta y vestido de baño ellos llevarían el resto. 

—¿A qué horas volvemos? ya se está haciendo tarde.

—Mañana tipo cinco de la tarde, mmm lleva pijama y desodorante, yo llevo shampoo, bloqueador—Cesar estaba loco en donde iba a dormir en el carro...—No te afanes Julia vamos a dormir los tres en una carpa grande, Bianca puede dormir en la mitad y...

—¿Llevo toalla?—asintió con la cabeza.

—Lleva pijama y medias calientes, no vayas a llevar esos shorcitos pequeños como los que te pones acá, no quiero que mueras de frío por muy lindas que sean tu piernas— solté un bufido.

—Si me diera frío mi jefe tendría la obligación de calentarme— dije mientras seguía echando cosas en la maleta, de repente sentí su cuerpo detrás del mío sin tocarme.

—Mmmmm claro que lo haría la cosa es que vamos con mi sobrina y no quiero estar empalmado toda la noche, aunque teniéndote cerca ya lo estoy—sentí sus dedos pasar por la silueta de mi blusa y apenas un roce en el pantalón.—Estoy pensando en cómo te verías en la ropita interior que empacaste en frente mío, en cómo sería quitartela suavecito mientras te como a besos—estaba extasiada quería que me tocara, me removí hacia atrás buscando su contacto y apenas lo sentí gemí bajito, entumecida por las sensaciones y el deseo que tenía.—No quiero que lo hagamos acá de afán con la posibilidad de que venga la niña a interrumpirnos y definitivamente no quiero besarte por primera vez y detenerme. 

—Pero...Yo quiero— no podía ser coherente no mientras pasaba sus labios en mi cuello y seguía tocando mi cuerpo.

—Puedo acariciarte, darte un poco de placer mientras tanto—quería voltearme besarlo duro y restregarme enterita contra el.—Shhhh... voy a complacerte es lo mínimo que mereces. 

Me sentó sobre su cuerpo en el borde de la cama, comenzó a besarme el cuello y avanzando hasta los hombros, bajo las manos y colocó las mías dentro de la blusa en mis senos incentivandome a tocarlos, sus piernas separaron las mías, sus manos me acariciaban superficialmente. Pero yo estaba ardiendo, el iba lento con cuidado y yo ya estaba húmeda, chorreaba anhelado su contacto y mientras el me tocaba toda yo necesitaba moverme sobre él, sentirlo duro en mi culo hacerlo querer más, obligarlo a que soltara esos sonidos gemidos roncos, que me parecieron deliciosos. 

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2022 ⏰

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