capítulo II solo trae problemas...

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Nisiquiera pasó una hora para ver como amanecía y mi alarma sonaba a todo volumen.
Con desesperación, tiré el despertador al suelo.
Un chirrio llamó mi atención para encontrar por la puerta asomado a mi perro.
Le miré unos instantes, no se movía, esperaba mi permiso.
-buenos días Nelo-nota de sarcasmos.
Al escucharme, entró corriendo, alvoroteado subió a mi cama, poniendo patas arriba todas las cosas. Después de tanto desfase, se paró en seco para mirarme.
-si, ya, ahora me visto y vamos-le decía mientras acariciaba su pelaje canela, su tamaño, sentado sobre mi cama, es igual que yo sentada a su lado. Me crie con el la mayor parte de mi infancia.
Al escuchar mi contestación, salió pitando de mi cuarto, dejandome sola y con el cansancio.
-estupido Leni...-rechisté por lo bajo.
-gracias, opino lo mismo que tu-una voz masculina iterrumpió mis pensamientos, asustandome.
Me giré para encontrarme al estúpido de Leni, apoyado en la cornisa de mi ventana.
-¿pero qué...-fui interrumpida por sus manos.
Me tapó la boca con sus manos, inpidiendome hablar. Le dí un mordisco y quitó sus manos enseguida.
-seras pu...
-si, mucho, que quieres. ¿no has tenido suficiente con haberme despertado, sin dejarme dormir durante toda la noche, para que ahora me toque soportarte?
-no mientas, te gusta que esté contigo y lo sabes-enseguida una pequeña risilla se escapó. Con su cara de ligón, con la ceja derecha arqueada, sacando los morros y mirando un punto fijo. Enseguida dejó de posar para romper a carcajadas.
-esperame, me visto, luego me acompañas a pasear a Nelo y nos vamos.
-sii, que ganassss-chillaba sarcástico.
Agarré la ropa que me había quitado hace unas horas para dirijirme al baño y volver a ponermela.
-por cierto, me encanta tu pijama-sus palabras me hicieron pensar y fijarme en mi vestimenta.
O dios, solo llevaba una camiseta blanca muy grande, tapandome lo necesario pero dejando a la vista mis  nalgas. Me norí de la verguenza.
Me metí corriendo en el baño.
Mientras me colocaba los pantalones, no pude evitar pensar, cuando estuve enamorada de él, solo tenía 14 años y en esos tiempos Leni solo era un muchacho de la misma edad pero más infantil. Contarselo sería mision suicida. Solo dejé que el tiempo hiciese efecto y eso hizo, encontrando a mi mejor amigos desde los 7 años.
Salí del baño vestida y arreglada.
Bajé las escaleras para encontrarme a mi madre hablando con Leni.
-cuantas veces te he dicho que entres por la puerta-decía mi madre sirviendole un baso de leche.
-desde que vió la película de misión imposible, se cree como el protagonista.
-¡ehh! no es del todo cierto, lo hago por no molestar-mentiroso, pensé.
-anda calla-hice un jesto con los dedos en muestra de que se limpiara el vigote de leche.

Cogí la corréa y se la puse, el paseo tardó 10min. Ya que tenía que salir pitando o llegaría tarde.

-te dejaste la Bmx-señalo al lado del árbol de la entrada de las puertas del instituto.
-que suerte, sigue ahí-la agarré y con las dos manos agarrando el manillar, la conducí dentro del instituto para atarla al cacharro de las bicicletas.
-¿me vas a contar que hiciste anoche?-negó con la cabeza.

En la primera planta nos tocó dividirnos, el por un lado y yo por el otro, nada más entrar en clase, unas risas, flases y chillidos, no me dejaron comprender lo que pasaba.
Cuando los flases dejaron de alumbrarme pude ver con mis propios ojos el graffiti impresionante.
En mitad de la pizarra había un graffiti, nuestro profesor de matemáticas, con los pantalones bajados y un monton de papeles en su... y un bocadillo diciendo "mira por donde me paso tus estudios"
Dios, esto es muy gordo. Es mi culpa, yo le dije que era un capullo, ya que no hacía caso a los alumnos y nos suspendía a todos. Enseguida, el profesor apareció y su expresión. Pues como que no le hacía mucha gracia.
-¡¡QUIÉN HA ECHO ESO!!-chillaba desesperado.
Las risas ahogaron las demás palabras.

Una hora después:

Nos encontrábamos todos los cursos en el gimnasio, sentados en las gradas.
La directora apareció de la nada colocandose en medio del gimnasio con un megáfono.
-silencio, silencio - la gente dejó de murmurar para prestarle atención.
-exigimos saber quíen es el delincuente de ese acto de bandalismo-nadie contestó.
Con la mirada intenté avistar a Leni y lo encontré en una esquina, riendose por lo bajo.
-si no se presenta ahora mismo, habriremos una investigación y que se prepare si es mayor de 16.

¿real o fantasía?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora