EL ALIENTO DE VIDA.

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―Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente.‖ Génesis 2:7.
―Como no sabes cuál es el camino del viento, o cómo se forma los huesos en el vientre de la mujer encinta,  tampoco conoces la obra de Dios que hace todas las cosas.‖ Eclesiastés 11:5.
―Y sucedió que después de estas cosas, se enfermó el hijo de la mujer dueña de la casa; y su enfermedad fue tan grave que no quedó aliento en él.‖ 1 Reyes 17:17.
―Entonces subió y se acostó sobre el niño, y puso la boca sobre su boca, los ojos sobre sus ojos y las manos sobre sus manos, y se tendió sobre él; y la carne del niño entró en calor.‖ 2 Reyes 4:34.
―Pero después de los tres días y medio, el aliento de vida de parte de Dios vino a ellos y se pusieron en pie, y gran temor cayó sobre quienes los contemplaban.‖ Apocalipsis 11:11.
¿El Profeta Elías realmente le devolvió la vida al hijo muerto de la viuda? Esta historia, como todas las de la Biblia, es un drama psicológico que tiene lugar en la consciencia del hombre. La viuda simboliza a todos los hombres y mujeres del mundo; el niño muerto representa los deseos y ambiciones frustrados del ser humano; mientras que el profeta Elías simboliza el poder de Dios dentro del hombre, o su .consciencia de ser.
La historia a nos cuenta que el profeta tomó al niño muerto del seno de su madre y lo llevó a una habitación alta. Cuando entró en esa habitación, cerró la puerta detrás de ellos. Colocando al niño sobre una cama, le insufló el aliento de vida. Luego regresó a donde estaba la madre, le entregó a su hijo y le dijo: «Mujer, tu hijo vive» (1 Reyes 17:23, y 2 Reyes 4:36).
Los deseos del ser humano pueden simbolizarse en el niño muerto.
El mero hecho de desear algo es una prueba positiva de que la cosa deseada todavía no es una realidad viviente en su mundo. Intenta de todas las formas imaginables convertir su deseo en realidad, darle vida, pero al final descubre que todos los intentos son vanos.
La mayoría de las personas no es consciente de la existencia del poder infinito que está en su interior. Siguen teniendo indefinidamente al niño muerto en sus brazos, sin darse cuenta de que el deseo es la indicación positiva de las capacidades ilimitadas de su realización.
Si la persona reconoce una vez que su consciencia es un profeta que insufla vida a todo lo que ella es consciente de ser, cerrará la puerta de sus sentidos a su problema y fijará su atención únicamente en aquello que desea, sabiendo que al hacerlo sus deseos se harán realidad. Descubrirá que el reconocimiento es el aliento de vida, pues percibirá (porque ahora declara conscientemente que está expresando o poseyendo todo lo que desea ser o tener) que estará insuflando el aliento de vida a su deseo. La cualidad reclamada para el deseo (en cierto modo, desconocida para ella) empezará a moverse y a convertirse en una realidad viva en su mundo.
Sí, el Profeta Elías vive eternamente como la consciencia ilimitada de ser, la viuda como su consciencia limitada de ser y el niño como aquello que desea ser.

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