El corazón del fornido, y extrovertido chico de cabellera platinada latía fuertemente. Tras estar ansioso la noche anterior, no había podido pegar el ojo, bueno, ansioso era una palabra diminuta para expresar lo impaciente que se encontraba. Había corrido 5 cuadras para ver qué había llegado tarde a la ceremonia de bienvenida.
Rayos.—murmuró para sí mismo, apurando su paso, dando así zancadas cada vez más grandes, para acortar el tiempo que le llevaba llegar a la entrada, su miraba estaba fija hacia el suelo, tenía miedo, después de todo sería el único que tenía que repetir el año, de su grado, al menos.
no estar al lado de su mejor amigo, alias su hermano de otra madre, Tetsuro kuroo, le hacía pensar si era realmente necesario que asistiese a la preparatoria fukurodani.
negó rápidamente, ¿cómo lo haría?, estudiar online, para más colmo sólo, no sonaba tan bien. tal vez, sólo tal vez, su única razón para estar apurado era porque quería terminar sentado al lado de aquel chico de cabello azabache, y rostro serio.A su pensar bokuto creía, que aquel chico tenía una presencia realmente cómoda, su rostro le hacía sonreír, sonreír de verdad, y aunque nunca había cruzado una palabra con aquel, en sus adentros, anhelaba, poder terminar sentado al lado de ese chico, aunque primero quería averiguar si habían quedado en el mismo salón.
sintió su cuerpo chocar con otro, levantó su mirada rápidamente, y exclamó un, —¡Lo siento!—. se percató que a la persona se le habían caído unos papeles, le ayudó a recogerlos, y se fijó quien era.—oh.—. Su cabeza se ladeo, y sus ojos seguían pegados en aquel chico, extendió sus brazos, y le entregó los papeles a, akaashi keiji
justo a quién no quería toparse, ¿qué pensaría luego de verlo llegar tarde?
por supuesto akaashi había llegado antes, después de todo era uno de los encargados para revisar el uniforme, e ingreso de los estudiantes.— no se preocupe.—el pelinegro sabía que bokuto era mayor, aunque no supiese su nombre, tomó los papeles, y asintió.