La mirada del menor se encontraba, como siempre, hacia abajo, Bokuto sin darse cuenta había bajado las comisuras de sus labios, prestando mucha atención al rostro del contrario, ¿por qué aquel chico no lo miraba a los ojos?, salió de su trance tras escuchar a uno de los profesores apurar al chico de ojos color azul.
— por cierto, ¿podrías abotonar tu camisa correctamente hasta arriba?, no quiero ponerle una falta por ese pequeño inconveniente.— hizo una pequeña reverencia, bajando aún más su cabeza, y se retiró rápidamente, tras el profesor que acudía a su persona.
Kotaro miró su camisa, y rápidamente Abotonó aquellos dos últimos botones, que por costumbre había dejado sueltos. No entendía por qué su voz no salía cuando estaba en frente de Keiji, después de todo era una persona como las otras. Amaba ir con la camisa así, pero desde ese día probablemente comenzaría a abotonar cada uno de sus botones.
Llevó una de sus manos hacía su nuca, rascando ésta, acomodó su bolso, y continuó caminando, ahora más rápido, buscando el salón asignado, la clase dos.
Era su segunda vez estando en el salón de segundo grado. Entró rápidamente buscando con la mirada a el chico con el que se había topado al ingreso del establecimiento. No estaba.
Sus pies se apresuraron a llegar al banco que estaba desocupado, al parecer se sentaría sólo, todos sus demás compañeros estaban sentados, o platicando y poniéndose al día, después de tan largas vacaciones. Sonrió después de ver a Hinata Shoyo, el pequeño de cabellera anaranjada luego de colgar su bolso en el banco, que compartía con Nishinoya Yuu.
El energético chico alzó sus brazos, Bokuto imitó su acción, al ya estar cerca del mayor, chocó sus manos con las del peligrísaceo.— BOKUTO SENPAI.— exclamó hinata, sonriendo ampliamente.
Quizás el día no tenía que empezar tan mal, su ánimo se llenó, su modo avión se había ido. Después de todo el pequeño enérgico que se encontraba en frente lo admiraba, no quería que lo viese en ese estado.
