Capítulo 21: Welkom

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17 de abril de 2021, Hasselt, Bélgica

«Te voy a colgar, Verstappen». Era lo que pensaba en cuanto llegamos a su casa, porque me trajo engañada, digo, yo no soy precisamente una blanca palomita, pero me pudo decir que aquí estaba su mamá y su hermana, servía que me ponía algo más decente.

Tocó la puerta de la casa y abrió una señora de cabello negro, una sonrisa la acompañaba, así como cierta calidez en su persona.

—Hijos - nos saludó la belga - Un gusto en conocerte, Sam - me saludó la señora - Y hasta que te dignas en traerla, Max Emilian—.

—No es mi culpa - se excusó el holandés—.

—Mucho gusto, señora Kumpen - dije con una sonrisa—.

—Pasen, allá adentro está tu hermana con Luka - le comentó a Max—.

—Okay - asintió - Vamos—.

La señora Sophie se hizo a un lado y entramos en la casa, él me llevó hasta la sala y me senté ahí, pero me sentía rara en tener la pierna estirada, ya que el yeso no me permitía doblarlo, me sentí como muñeca de porcelana que con un mal movimiento de rompe.

Hallo, jij moet Sam zijn, toch Leuk je eindelijk te ontmoeten - me saludó Victoria que venía cargando a su pequeño—.

—No entendí muy bien - dije riéndome - Pero me llamo Sam y es un gusto en conocerte a ti a este pequeño—.

—Se pone nerviosa cuando conoce a alguien y se le traban las palabras - dijo Max - Pero dijo que está emocionada de conocerte—.

—Si - apoyó la rubia—.

—¿Quieren comer ahora o que quieren hacer? - preguntó la señora Kumpen—.

—¿Quieres conocer un poco la casa? - me pregunto el chico—.

—Si, sólo necesito ponerme esa cosa - señalando la muleta mano libre—.

—¿Cómo te lastimaste? - cuestionó la mayor—.

—Tuve un accidente en Barcelona - respondí algo adolorida - Y todavía tengo que usar eso, porque el yeso no permite que camine bien - haciendo mueca—.

—¿Y no deberías de estar descansando en lugar de estar dando tantas vueltas? - me preguntó Victoria—.

—Si, pero detesto estar en cama - levantándome del sofá - El que me haya lastimado la pierna, no significa que deba de rendirme—.

—Hijo, tu novia me cae muy bien - dijo la señora Sophie abrazando a su hijo—.

—Gracias, señora - sonreí—.

—No me digas señora, sólo Sophie - abrazándome - Ya eres parte de la familia—.

—Bueno, pues vamos a que conozcas la casa, regresamos en unos minutos - le dijo a su mamá - Ven aquí, campeón - cargando a Luka—.

Victoria me ayudó a colocarme la muleta y me dio un abrazo, lo que necesitaba era sentirme parte de algo, sentir que por una vez en la vida puedo tener una familia y que mejor que está.

—Cuentas con nosotros para lo que quieras - me susurró la rubia - Ya eres como una hermana para mi—.

—Gracias - dije en un hilo de voz - Aprecio mucho tus palabras—.

Me separé de ella y seguí al holandés junto con el pequeño, subimos unas escaleras y llegamos hasta el pasillo donde habían cuatro puertas y en las paredes habían fotos de Max, Victoria, Jos y Sophie, el castaño en la mayoría siempre estaba vestido con su traje de carreras, mientras que Victoria aparecía con vestidos jugando o abrazando a su hermano y una foto en una carrera de karts con un traje semejante al que portaba su hermano, Jos en sus carreras de la Fórmula 1 o cuando consiguió podios, al final estaban todos juntos y Sophie aparecía con el mismo traje igual que los otros tres.

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