Capítulo 10: Un Amargo Adiós

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Luego de la despedida, la pelirroja salió de la habitación a paso lento, mientras el pelirrojo terminaba de empacar sus pertenencias y cerrar puertas, cajones, y pequeños huecos que él había hecho para almacenar secretos que morirían con él.

Poco antes de terminar, vislumbró un pequeño cofre de madera con festones de oro, el cual abrió con sumo cuidado y sostuvo múltiples cartas, algunas de su madre, otras de sus hermanos y otras de I, una joven noble con la que mantuvo correspondencia durante alrededor de 5 años y que lastimablemente, ambos contribuyeron al fracaso de la amistad. Hans se encontraba tan ensimismado en sus pensamientos, que no notó los golpes en la puerta provocados por la primera de sus hermanas, Sophie, y mucho menos cuando esta se abrió.

—¿Hans?— pronunció la joven, mientras se acercaba con cautela

—¿Si?— respondió el susodicho, mientras volvía a la realidad y se ponía de pie

—Ya sabes para que vengo ¿cierto?

—Si.

—Espero que te vaya bien y que puedas aprender mucho allí, de todas formas, debes recordar que no estás solo.

—También lo sé, no es necesario que lo digan mil veces— interrumpió, hastiado

Luego de la pequeña discusión, ambos permanecieron en silencio, Vladimir se alejó para confirmar que todo estuviera en orden, y cuando Sophie iba a hablar, su hermano le entregó un llavero.

—Guárdalo, por favor.

—Aquí no estará seguro, ya sabes como son nuestros hermanos, si respetan muy poco tu privacidad si estas aquí, en tu ausencia buscarán mil maneras para abrir cada puerta y cada cajón. Es mejor que te las quedes.

—Está bien— contestó Alexander, luego de suspirar, rendido

Apenas los hermanos dejaron de hablar, se escucharon unos golpes en la puerta, por lo que Hans se dirigió al objeto y jaló la manija.

—¿Si?— preguntó extenuado

—¿Cómo estás?— cuestionó Aleksander, al otro lado del marco de la puerta

—Como una soberana mierda.

—¿Puedo saber por qué?

—Nuestra querida madre, lo único que hizo fue sermonearme y recordarme lo decepcionada que está de mi.

—Contigo no es raro.

—No entiendo qué hice para que me desprecie de esa manera.

—También me gustaría saber.

Por los siguientes minutos, ninguno pronunció nada, hasta que por el corredor apareció un guardia, recordando la condena.

—Y acaba de llegar la razón de porqué estoy aquí.

Y como respuesta, lo único que escuchó fue un suspiro.

{...}

Luego del arresto, Hans fue conducido hacia el barco, y por suerte, el trayecto fue en un carruaje, porque si se iban a pie, era seguro que terminaría con mínimo un tomate en la cabeza, pero no me estuvo exento del odio de los guardias, quienes le miraban con sumo desprecio, y lo lanzaron en dos ocasiones, una cuando bajaron del vehículo, y la segunda, cuando lo dejaron en la celda de madera.

Un rato después de la "amabilidad" de los guardias, Vladimir pudo escuchar a varias personas hablando y pudo reconocer palabras y voces, tales como que su madre dijo algunas como "problemas", ''responsabilidad" y "buen nombre".

Con el pasar de los minutos, algunas continuaban, otras se detenían, varias aumentaban su volumen y otras lo disminuían, los dueños de las voces que aumentaban subieron al barco, y en cuanto la puerta se cerró, el capitán del navío empezó a hablar con ellos, pero, para Hans era imposible oír la conversación, debido al ruido a su alrededor, provocado por los múltiples marineros.

Aburrido, se acostó en la "cama" hecha de madera, con una cobija y una almohada, y en menos de nada, terminó profundamente dormido. Sólo que no se fijó en que todos los que habían abordado, ahora lo estaban mirando.

—Anna, ni se te ocurra— habló en Charles voz baja, porque la susodicha estaba preparándose para lanzarle tomates al dormido.

—Perdón— respondió la joven, antes de irse a recorrer el barco.

Mientras, Aleksander buscó a unos guardias que le dejaran entrar a la celda.

—Disculpen, majestades— pidió un joven guardia

Ante la llamada de atención, varios se alejaron de la puerta, y William pudo entrar.

—¿Qué va hacer?— preguntó Lars

Con pasos tranquilos, el primogénito movió sus manos, y unos segundos después, tenía entre sus manos una manta acolchada color verde, que empezó a desdoblar, y cuando se encontró con su hermano, empezó a cubrir.

Ante el tierno gesto, varios prefirieron irse, Idunn y Elsa se quedaron un poco más, pero al sentir el ambiente bastante privado, prefirieron irse.

¡Buenas!

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¡Buenas!

Ha pasado un tiempo desde la última vez que actualicé, y créanme que pasaron bastantes cosas: mis padres se divorciaron, nos mudamos, me dio gastroenteritis, mi madre se casó, me gradué, me postulé a una universidad dos veces, me rechazaron las dos veces, me diagnosticaron TDA y TEA, mi bisabuelo falleció y tuvimos que dormir a nuestra gata de 18 años.

Volviendo a la historia, tengo buenas noticias, a partir de ahora publicaré cada capítulo el 22 (además porque hoy 22 de octubre es mi cumpleaños), tengo que ver que tan posible es publicar cada mes o cada dos meses, dependiendo de lo que ocurra, adicionalmente trataré de colocar mayor información sobre cada personaje (headcanons, fanarts, memes, etc).

Además es probable que si vuelven a leer algunos capítulos encuentren algunos cambios, no se preocupen, estoy corrigiendo algunos detalles que no afectarán casi a la trama (y si lo hacen, no serán cambios radicales).

No siendo más, muchas gracias por leer hasta aquí y si todo se da nos vemos en un mes.

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⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

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