²|Nacimiento del Rey

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La sala se había convertido en una batalla de miradas, la mayoría de estas eran dudosas, confusas e incluso emocionadas.
Nadie sabía que decir ni mucho menos que hacer. Pues vamos, de un momento a otro, una completa desconocida les dice que verán el futuro. ¿De qué otra manera reaccionarían?

—¡Dahahaha! Yo si quiero ver eso señorita-san.— Gritó alegremente un pelirrojo, este al ya estar sentado, solo estaba esperando que comenzara el show.

—¡Baja la voz, capitán!— Bociferó uno de los nakamas del de sombrero de paja.

—¿Alguien tiene algo más que decir?— Preguntó la chica de cabellos blancos con voz más autoritaria. —¿O decidieron que no quieren ver el futuro?

Algunos dudaron pero finalmente se empezaron a sentar en el suelo o simplemente aceptaban su destino y relajaban su cuerpo aún estando de pie.

Los pueblerinos y la realeza -entre ellos Tenryuubitos- decidieron acercarse a soldados de la Marina en busca de protección.
Piratas no tan famosos decidieron acercarse entre ellos por si la Marina intentaba hacer algo y así pelear entre todos, eran criminales pero no idiotas.

Un trío de hermanas, aprovecharon que los Tenryuubitos parecían no importarles que algunos esclavos también habían aparecido en esa sala, y se alejaron lo más posible de estos.

La banda de los Piratas del Sol se acercaron a otros gyojin y aunque lo disimiluaban, se pusieron a proteger a los realeza de la isla Gyojin -ordenes de su capitán, Fisher Tiger-.

Una niña pelinegra con capucha oscura, se escondió entre los aldeanos para no ser notada por los marines.

Finalmente los más difíciles, Big Mom, Kaido y Barbablanca, después de estar a punto de matarse entre ellos y también de asesinar a la chica encargada de toda la situación; desistieron y decidieron ver lo que sea que aquella mocosa iba a mostrar, al fin a cabo no podían salir de esa habitación -Ya lo habían intentado-.

Barbablanca les ordeno a sus hijos que no se separaran de él y que estuvieran atentos a todos los alrededores.

Big Mom le ordeno a su primogénito que le creara un trono de caramelo para que se sentase, ya que antes muerta que sentarse en algo que no es de dulce.

Kaido simplemente se quedó de pie y se cruzó de brazos, quería matar a todos pero sabía que esta vez no tenía mucha ventaja. Detrás de el se encontraba una niña de cabellos blancos y puntas verdosas, esta se encontraba algo confundida pero también feliz porque había salido de aquel lugar que la había estado aprisionado desde hace unos pocos meses.

Los Almirantes y los soldados con puestos más inferiores, -a orden del Almirante de Flota- dejaron de intentar pelear con los piratas y se concentraron en ayudar a los civiles.

El Gorosei intentó no llamar la atención junto con cierta persona, la cual se encontraba extremadamente enojada y más al ver a cierta mujer en los brazos de un hombre.

—Por favor, pongan atención.— Habló la de peculiares ojos con mucha más tranquilidad.

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—Mi bebé hermoso~.— Se escuchó la voz de una mujer.

La figura estaba borrosa pero se podía distinguir a la dueña de la voz, esta se encontraba meciéndose en una silla mientras que en sus brazos se hallaba lo que parecía ser un bulto.

—Me hubiera gustado tenerte un poco más entre mis brazos.— Dijo en un tono melancólico a la vez que se empezaban a escuchar balazos, explosiones y golpes en el exterior de aquella habitación.

Toketoú | Watching One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora