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Despierto cerca del mediodía. Ruedo en mi cama y busco su cuerpo en ella. Sé que no está. Estaba completamente seguro de que se habría ido apenas despertó, pues tiene una esposa que atender.

Considero que fue amable de su parte el habernos limpiado luego de que me quedé dormido sin remedio anoche. Me siento en la cama, apoyándome en el espaldar y respiro. Lucho por no llorar. He tratado todos estos años de resistirme a esta horrible sensación de culpa e insuficiencia. No me es suficiente el ser su amante; ya no. Quiero revelar nuestra relación al mundo entero, pero es mi culpa el haberme enamorado de un hombre que cuida el rostro que enseña al mundo.

Salgo hacia la sala y lo primero que escucho es un fuerte golpe de algo contra el suelo.

Por un segundo pensé que era ese gato que entra a mi casa por las noches, fue peor cuando me di cuenta que si rompía algo, ninguno de sus dueños pagaría el daño. Corrí allá, listo para atrapar a ese animal; no estaba el gato, pero si otra bestia.

- ¿Jung-Jungkook? — tartamudeé

- ¿Tae-Taehyung? — remedó. Él llegaba a ser infantil a veces; Jeon tenía una personalidad única. — Lo siento, estaba tratando de preparar desayuno, pero creo que te desperté.

Mi mirada le dice "obvio que me despertaste con tremendo ruido" y él lo entiende, ya que pasa su mano tras su nuca, avergonzado. Recoge el utensilio y cuando no me ve, yo sonrío.

Es gracioso verlo en la cocina; no hemos estado aquí más que para follar, ahora está tratando de cocinar y causa revuelo en mi interior. Siento como si en realidad fuéramos una pareja. Mi sonrisa se desvanece, yo no puedo tener un solo momento de felicidad sin que piense en que Jeon Jungkook tiene pareja y yo soy el simple amante idiota.

Él coge unos huevos de la nevera y yo sigo sus movimientos. Le es fácil encender la llama de la cocina y coloca la sartén (antes en el suelo) sobre la hornilla.

Rose es linda. Ella es bonita. Por lo que he visto en televisión, ella es adorable con una personalidad agradable. Tiene un lindo cuerpo con un rostro precioso y personalidad destacable. No puedo evitar compararme con ella y sentir que salgo perdiendo. Por esto, me sigo preguntando, ¿por qué Jungkook sigue aquí, cuando debería estar con su esposa?

La respuesta es un consuelo para mi, pues la única razón que encuentro es que yo soy mejor. Yo soy mejor en algo; no importa lo que sea, sexo, personalidad, carisma, incluso pena. Jungkook siente algo por mi que no encuentra en ella.

Mientras él saca también el tocino, con los huevos en un plato al lado, yo recuerdo la conversación de más temprano.

¿Rose no está esperando un hijo? Yo le creí, pero fue más por las ganas de tener relaciones y la calentura, que por verdaderamente confiar en él.

- Jungkook. — lo llamo.

Él voltea y se quema con una gota de aceite que salta. Su rostro se deforma por el dolor y corre a echarse agua fría. Yo oculto mi risa con la palma de mi mano y él me vuelve a mirar.

- ¿Qué decías?

- Lo de tu esposa — pregunto — ¿no...no es real? ¿Decías la verdad antes o solo era para tener se-?

- Yo hablaba en serio. — interrumpió. — Es imposible. Rose y yo siempre usamos protección, además de una pastilla. La prensa cree que fue así luego de que nos vió llorando abrazados. Yo tomaba su vientre y lo acariciaba pero no, ella no está embarazada.

Me alegro solo por un segundo, antes de escuchar lo de "abrazados". Los celos me inundan y ahora los reconozco a diferencia de antes. Estoy celoso de su esposa. Tal vez ese "algún día" nunca llegará. Me enfado conmigo mismo por seguir siendo tan idiota de esperar, pensando que algún día, si me querrá en el lugar de su pareja.

Mi enfado aumenta de once a mil en un segundo cuando él pregunta.

- ¿Estás celoso?

- ¿Qué? — digo incrédulo.

Estaba impotente. ¡Obviamente estoy celoso! Celoso de ella, que lo puede tener cuando se le de la gana. Celoso de él, que no siente nada hacia mi y no le molesta nuestra situación. Y me odio a mi mismo, por seguir amándolo.

- No, no lo estoy. — respondo y ruego porque se quede callado, pues no estoy seguro de si podré controlarme si dice otra estupidez.

- Porque, no deberías estarlo ¿sabes?

¿No debería estarlo? Después de dos años de sufrimiento y martirio, ¿no debo sentir nada? Si, al inicio fui un insensible que no vió el posible daño luego de nuestra continua convivencia, ¡pero él tampoco! Ese "no deberías estarlo, ¿sabes?" me carcome.

Me enamoré de él, estoy ilusionado viviendo en una falsa expectativa y él no se da cuenta.

- Son dos años de mentira, ¿esperabas que no tuviera corazón?

- ¿Qué cosa dices Taehyung?

Extiende dos platos en la isla de la cocina, donde yo estoy sentado. Los tocinos están cortados de manera que parece una cara y sé que los cortó estando calientes; debió haberle dolido y verlo así, herido de alguna manera, me hace querer destruirlo igual que como hizo conmigo.

- Me tiene harto ser un amante y tú un infiel hipócrita.

- Taehyung...

- Taehyung nada. — sé que él trata de calmarme, pero no va a funcionar — Fui un idiota al aceptar tener sexo contigo, esperando nunca llegar a tener sentimientos. Me arrepiento, pero tú también eres un imbécil; no quieres que tenga ningún rayito de esperanza, pero llegas cuando quieres a prepararme desayuno con caritas graciosas y despertarme dulcemente. Pensé que solo me querías para ser una puta; para esperarte con las piernas bien abiertas, así tal vez no tendría sentimientos. ¿Todo lo que querías no era meterme el pene hasta saciarte? ¿Tienes que mant-?

- ¡Cállate Taehyung! — grita.

Me quedo callado, pero no por él. Solo ahora soy consciente de lo que acabo de decir. Siento un peso que me aplastaba, fuera de mi. Lloro de felicidad y tristeza al mismo tiempo, porque creo que, ahora que sabe la verdad, me va a dejar y a alejarse de mi.

- No vuelvas a hablar así de ti. — dice.

Lo veo regresar al cuarto y yo caigo al suelo desconsolado. Sale mal vestido, con su ropa a medio poner. Sé que si sale de esa puerta tal vez nunca regrese, pero no sé como sentirme al respecto.

- Jungkook. — sollozo.

Él me mira y veo tristeza en sus ojos, tristeza y decepción. Yo lo he decepcionado.— ¿Qué quieres Taehyung?

- No m-me dejes ir...

Comencé a contar los cuatro segundos antes de que se vaya, pero solo duró dos. Cerró la puerta y los llantos que traté de ocultar salieron a toda prisa. Tomé los platos del desayuno y los tiré al suelo, quería que todo a mi paso quedara igual de roto que yo.

𝐷𝑜𝑛'𝑡 𝑙𝑒𝑡 𝑚𝑒 𝑑𝑜𝑤𝑛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora