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Delora

Domingo, 21 de febrero. 05:30 AM

Habitación de Delora en el Área 0

Se abren las luces de la habitación y la compuerta de la puerta también, dejando ver un guardia.

—Despierta. En unos minutos traerán tu desayuno.

Delora frota sus ojos con las yemas de sus dedos para ver mejor. Aunque no vaya a ver más que su colchoneta azul medio destrozada y las cadenas colgando a su izquierda. Los de esta área no tienen comodidades, por lo que una de esas es que no pueden usar pijama. Los obligan a ponerse unos trajes parecidos a los de los prisioneros, pero estos son blancos.

Se vuelve a abrir la compuerta pero esta vez es una enfermera.

—Buenos días, Delora. —Es Elizabeth.

Delora se acerca a la puerta para poder hablar con ella.

—Buenos días, Liz. ¿Qué haces aquí? No puedes estar aquí—la mira confundida.

—He convencido al señor Taylor de poder venir a darte el desayuno y avisarte de que él quiere hablar contigo. —El señor Taylor es el director del psiquiátrico.

—Pero tú no estás sólo por eso ¿verdad?

—No, también vine a decirte que tengas cuidado con el director. Creo que quiere sacarte de esta área.

Delora sonríe.

—¡Pero eso es bueno! Por fin podré salir de este infierno.

—Claro que sí, reina. Pero sólo ten cuidado las próximas semanas, no confíes en nadie que trabaje en este psiquiátrico.

—Tienes que irte ya. —Aparece el guardia que siempre vigila la puerta.

—Come el desayuno, sabes qué pasará si no lo haces.

Elizabeth cierra la compuerta después de darle la bandeja con la comida a Delora.

Ella fue la única que se preocupó por esa chica desde que llegó aquí.

En la bandeja hay huevos fritos, dos rodajas de pan, leche caliente y una manzana verde.

Al menos hay una manzana verde.

No le gusta la leche caliente sin cacao. No hay cubiertos, tiene que comer con las manos. Es obvio que no iban a darlos ya que creen que son capaces de suicidarse con una cuchara de plástico.

Empieza por los huevos, que acompaña con pan, y leche. Los acaba y va por la manzana, lo bueno para el final.

Escucha cómo abren otra vez la compuerta y mira hacia la puerta.

—¿Has acabado de desayunar? —Pregunta el guardia.

—Sí.

—Entonces ya puedes ir hacia el despacho del director.

Se levanta e intenta arreglar su pelo rojo sin conseguir nada ya que está lleno de enredos y nudos.

El guardia abre la puerta y Delora sale por primera vez en meses. Caminan por el largo pasillo blanco. Ella intenta ver las personas que hay detrás de las puertas a través de las compuertas, pero es difícil ya que el vidrio es pequeño.

Gira la cabeza hacia el frente y ve salir del ascensor a 4 guardias alrededor de un paciente. Este paciente mide metro noventa, tiene el pelo blanco como la nieve, con ligeras ondas, abierto por la mitad tapándole la parte de arriba de las orejas y las cejas, que al igual que su pelo y pestañas son blancas.

Delora [SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora