VIII

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-¿Está el señor Hades?- preguntó una joven de cabellos cobrizos y una hermosa sonrisa plantada en el rostro. Persefone había ido a ver al platinado, quería darle una sorpresa y visitarlo, había pasado un tiempo desde que habían ido almorzar así que pensó que tal vez podrían ir a algún lugar cercano.

La rubia secretaria suspiró y negó con la cabeza

-Se reportó enfermo esta mañana- había preocupación en su mirada -Realmente es necesaria su presencia, todo aquí está de cabeza, el joven Poseidón está muy molesto- confesó con pesar

-¿Poseidón?- preguntó confundida ¿Por qué él estaría molesto? Eso no tenía sentido, debería estar aprovechando la oportunidad de poder hacer lo que quiera sin la necesidad de estar supervisado, incluso podría tomar el mando en lo que su hermano mayor no estaba... Pero entonces ¿Por qué?

-Los empleados no piensan seguir las órdenes del joven Greek- explicó con brevedad -Dicen que no tiene ni pies ni cabeza- resopló -Eso le molestará al señor Hades- jugó con algunos papeles que llevaba en las manos como si buscará algo importante -Tampoco los accionista quisieron reunirse con él- negó con la cabeza -Prefieren esperar a que el señor vuelva y eso fue la gota que derramó el vaso- por fin encontró una pequeña tarjeta -el joven Poseidón es un energúmeno

-Veo que le tienen mucho aprecio al segundo hermano Greek- una voz habló a las espaldas de Persefone sacándole un respingo a la secretaria y a ella. Voltearon y se encontraron con el rostro molesto del pelinegro

-Joven Poseidón- murmuró la chica con preocupación

-¿Así que soy un energúmeno?- cuestionó el pelinegro mientras fruncía el entrecejo y se cruzaba de brazos

-N...no j...jo...joven- la joven rubia se atoró con sus palabras, realmente no quería problemas. Tal vez no perdería su trabajo pues le trabajaba directamente a Hades, pero estaba claro que en ese momento se llevaría una fuerte reprimenda por sus comentarios imprudentes

-Si tienes tiempo de hablar sobre mi entonces deberías de tener tiempo para revisar todos los libros de contaduría de este y el año pasado- dictaminó

-Poseidon- llamó la chica de cabellos cobrizos

-Eso no forma parte de su trabajo- alegó alguien a sus espaldas

-¿Quién te crees tú para decirme cuál es o no su trabajo?- Poseidón volteó encontrándose con su hermano mayor viéndolo con severidad y frialdad

-¿Que te parece el dueño de la empresa?- cuestionó mientras se acercaba, no iba vestido formalmente como diario lo hacía, con esos trajes sastres de colores oscuros hechos a la medida sino que iba causalmente junto con su calzado siempre bien lustrado sino que portaba una gabardina café claro, una polera blanca y un pantalón de mezclilla con un par de botines cafés. En su rostro se podía ver el cansancio y la fatiga propia de la enfermedad.

Persefone se acercó con una sonrisa mientras su cabello se balanceaba de un lado a otro, trató de darle un beso, pero el platinado se negó

-Bombon- comentó con picardía

-No me gustaría enfermarte a días de que inicies tu investigación- la tomó de la cintura y se acercó hacía su hermano y a su secretaria

-¿Qué haces aquí?- Bramó el pelinegro

-Eso mi empresa ¿Acaso debo pedir permiso para visitar lo que es mío?- había ironía en su voz y sus ojos esmeralda se posaban en la joven rubia sin dirigirle la mirada a su hermano -¿Tienes lo que te pedí?- habló rápidamente y la secretaria asintió con timidez mientras le extendía la tarjeta

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⏰ Última actualización: May 18, 2021 ⏰

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