III

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Los rayos del sol traspasaron las cortinas, poco a poco se iba iluminando aquella habitación que había sido testigo de otro encuentro apasionado la noche anterior, las ropas en el suelo y la cama sin hacer abrigaba a una joven pareja que dormían apaciblemente.

Tres meses habían pasado desde que se conocieron, tres meses de salidas y noches dónde marcaban sus cuerpos con fuego.

Ninguno de los dos parecía ser conciente que esas llamas terminarían por consumirlos.

Los ojos esmeraldas abrieron lentamente mostrando una severa mirada, sujetó con fuerza a la joven de cabellos cobrizos que dormía entre sus brazos, le dió un casto beso sobre su cabeza y se levantó sin hacer mucho ruido.

Después de tomar una ducha, se colocó un traje azul marino y una camisa blanca, abrochó los gemelos dónde cada uno tenía una "H" grabada y se amarró la corbata roja.

Peinó sus cabellos platinados y se colocó los anteojos.

Al salir del cuarto de baño, unos ojos curiosos lo miraban sin vergüenza alguna

-¿Hay algo que te guste?- preguntó con sorna mientras se acomodaba el saco azul

-Definitivamente te ves igual de atractivo con ropa como sin ella- la joven soltó una risa llena de picardía

-¿Sí?- le regresó la sonrisa -Debo irme, tengo junta con el bastardo de Cronos- comentó escuetamente -Puedes quedarte si así lo deseas- no había expresión en su rostro

-El joven Greek uno de los solteros más codiciados ¿Me está pidiendo a mi quedarme en su apartamento?- preguntó con burla

-Sí- reafirmó -Volvere esta noche y saldremos a cenar-

-Creo que debo meterme más seguido entre tus sábanas para que seas así de amable- soltó una carcajada

La verdad es que Perséfone se había metido entre los pensamientos de Hades, el mayor se rehusó a buscarla, pero mientras más tiempo pasaba sus ganas de verla acrecentaba. Eso terminó por convencer al platinado de buscarla casi todas las noches

-Perséfone- llamó con seriedad

-Ya sé, sólo es sexo- bufó y Hades asintió

El platinado se despidió de su amante y salió del apartamento con dirección a la empresa.

Sus pensamientos sólo se centraban en negar la atracción que sentía por la joven que se encontraba en sus aposentos

Sólo es sexo y una buena química

Sí, una buena química que hacía reacción cada que estaban juntos y aún en contra de todo pronóstico llevaban tres meses juntos y la había dejado entrar en sitios que nadie más tenía permitido tan siquiera acercarse.

El auto llevo hasta el estacionamiento, bajo de este y tomó el elevador, su celular empezó a sonar y vibrar indicando la llegada de una llamada.

Con hastío vio el nombre de Cronos y dejó pasar la llamada hasta que se perdiera.

Sus pasos resonaron por por la duela del pasillo, su secretaria de unió a su lado para informar sobre sus reuniones del día mientras Hades escuchaba atentamente cada palabra dicha por la pelinegra

-Joven Greek, su padre lo espera- la secretaria de su padre se había acercado con cierta impaciencia plantada en su rostro

Con cierto fastidio Hades abrió la sala de juntas encontrando a un platinado mayor leyendo un mano escrito, su mirada indicaba burla absoluta. Cerró la puerta de golpe provocando que su padre alzará la vista mientras mantenía su mirada burlesca

PerséfoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora