Nadie los comprende...
Creen que están locos y quizá tengan la razón
Pero quién diría que una chica podría hacerles aspirar esperanza.
Alguien que no proyectaba venganza o querer dañarlos...
Alguien que de verdad se veía preocupada
Que sabía hablarl...
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Sus ojos reflejaban impacto, Aizawa estaba jadeando un poco mientras la observaba con atención este suspiro aliviado mientras la ayudaba a poner al rubio cenizo sobre su hombro.
—Todo bien ¿Verdad?— los ojos azabache la tenían embobada, esta pego un pequeño salto de exalte y sacudió su cabeza de arriba hacia abajo asintiendo con una pequeña gota de sudor resbalando de su mejillas.
—¡Ochako-chan!— Mina tenia un pequeño color rosado en sus mejillas mientras miraba con un montón de brillos en los ojos a la castaña.
Aizawa no perdió tiempo y al sostener el peso del chico desmayado por el efecto de una droga tranquilizante fijo las orbes negras en la de hebras rosadas.
—Ashido, ayudame a llevar a Katsuki a su habitación... — Mina hizo caso y se puso a otro lado del d rojos rubí poniendo el brazo que tenia libre sobre sus hombros, nuevamente Aizawa llamo la atención de la avellana —Uraraka, encargate de Chisaki, sus heridas no son muy graves y además es de la sección A— la pelimarron asintió y con determinación corrió hacia el castaño tendido en el piso.
La fémina se agacho volteando a el chico mientras jalaba el brazo ajeno y lo ponía sobre sus hombros arrastrándolo lentamente hasta quedar ambos de pie lastima que el de ojos amarillos no estaba consciente.
Después de una larga caminata teniendo que cargar a el de hebras marrones por medio del pasillo noto a otra persona lo cuál hizo que al principio se pusiera tensa, pero al observar con claridad todos aquellos nervios se convirtieron en dudas.
—¿Kirishima-kun?— pronuncio al ver a el pelirojo sonriente que se acercaba interesado a la escena.
—¡Uraraka-san! Me alegra verte escuche lo que paso con Bakugō, no fue nada varonil de su parte— comento pero al ver como ella casi resbala al sostener a Chisaki sin querer dejarlo caer Eijiro se acerca y rápidamente toma el otro brazo de Kai haciendo que rodee sus hombros para compartir el peso ajeno.
—¿He-e? — El castaño empezaba a abrir los ojos con levedad a lo que la enfermera lo nota en una segundo.
—No hagas fuerza Chisaki-kun, llegaremos pronto a la enfermería allí podrás hablar — dijo empezando a caminar mientras Kirishima hacia lo mismo ayudando.
Eijiro no pudo evitar sentirse conmovido por lo buena que era la de cabellos cortos, podía sentirse libre de admirar cualquier acción que ella hiciera y le alegraba saber que ella se encargaría de sus cuidados. Aunque la alegría se tiñe de verde al pensar que también ella lidiaría con un morboso como Denki, sí, Kirishima ya conocía a ese chico desde hace mucho.
