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POV Omnisciente

La madre de la niña entro al cuarto de la susodicha para poder llevarla a su rito de iniciación.

—¡oye levántate!— dijo la mujer pateando un poco a su hija quién estaba dormida.

La podre niña tosió un poco, por la parada se quedo por un momento sin aire.

La mujer la tomo del brazo y la llevo a rastras a un pequeño templo, su madre la dejo al lado de una de sus primas.

Quién miraba con desprecio a la niña, esta no se percató de lo sucedido ya que la pequeña estaba más sumida en sus pensamientos.

POV ____

Estaba tan nerviosa, ¿Que era esa tal iniciación? Más importante era ¿Nii San estaría bien? No quería que le pasará algo por mi culpa.

Un ruido me saco de mis pensamientos, un grupo de mujeres llevaban a Oba Kun al centro del templo, me alegro que estuviera bien.

Por unos momento nuestras miradas se conectaron, el tenía algunos moretones en la cara, yo no me quedaba atrás, fue el castigo de mamá por romper las reglas.

Mamá se puso al frente del bicolor con una mirada de asco, Obanai no se quedo atrás, la mirada de odió que le daba a esa mujer estaba llena de veneno.

—es una vergüenza para mi ser la mujer que dió a luz a un varón, en un linaje perfecto de mujer por más de 100 años— dijo con sorna.

Mis ojos se volvieron platos, ¿En cerio hacían todo esto por qué era un varón? Me pregunto incredula.

— tu nacimiento solo podía terminar en un sacrificio a nuestra amada diosa— dijo extendiendo las manos con una sonrisa cínica.

Ya en estas alturas tenía miedo, las mismas mujeres que tenían a Oba Kun le bajaron la mitad de su kimono, no entendía lo que asían.

—¿Porque hacen esto?— dije llorando, mi prima a mi lado no dijo nada y solo se quedó viéndome fría.

Mamá tomo un látigo y fue detrás del niño, un sonido sordo se escucho seguido por un lamentó.

—¡¡No!! ¡Nii San!— dije queriendo ir donde el pero dos de mis primas de tomaron impidiendo que fuera.

Así que solo pude ver como golpeaban la espalda a Oba Kun causando gritos de parte de el.

Apesar de que trataba con todas mis fuerzas no conseguí safarmé, pasaron al rededor de dos horas para que por fin pararan con los golpes.

Mamá se apartó de Obanai tomando una daga, su mirada se posó en mi.

Al instante un gran escalofrío me recorrió la columna, trate de apartarme en el momento en que ella se acerco a mi pero mis primas lo evitaron.

—ven aquí— dijo mamá tomandomé de la mano.

Me arrastró donde Obanai y puso la daga en mis manos, poniendo las suyas enzima de las mías uniendo que soltara el objeto punzante.

Voltearon a Obanai quedando frente a frente, tomaron del mentón al azabache obligándolo a ver al frente, hay fue cuando mamá guío mis manos a la boca de Nii San.

Trate de safarmé pero me di cuenta que si lo asía Obanai terminaría más lastimado.

Así que solo cerré mis ojos con fuerza, cayeron un río de lágrimas cuándo escuche el grito desgarrador que soltó el bicolor cuando la hoja filosa paso por la comisura de sus labios asta el final de su mandíbula.

La hermana de Obanai (Kimetsu no Yaiba y lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora