I : Prólogo

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Se sentó con su taza de té en el sofá junto a la ventana de su cuarto

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Se sentó con su taza de té en el sofá junto a la ventana de su cuarto.

De acuerdo a la hora, y también a la oscuridad, eran cerca de las tres de la mañana, y él seguía ahí despierto.

Después de todo, sólo la luz de la luna le iluminaba el lugar.

Sus vecinos pensaban que estaba loco.

Estar despierto, a la mitad de la noche, bebiendo té, con la ventana abierta, diciendo hablar con la luna, no era algo normal para ellos, pero sí para Felix.

—¿Otra vez no puedes dormir?— Chan se acercó a él, sentándose en frente.

Felix le dedicó una mirada suave, sonriendo.

—Nada fuera de lo normal, hyung— dijo, casi obvio.

—¿Sí sabes que los vecinos comienzan a creer que estás loco?

—Es que ellos no lo entienden.

—Claro— dijo, desviando su vista hacia la luna, al igual que Felix.

Cayó todo en un vacío, un silencio.

Felix bebió otro sorbo de su té de manzanilla, con una sonrisa en sus labios.

Involuntariamente, rió, muy suavemente.

Pero sin darse cuenta, dejó caer una lágrima.

Christopher lo notó al instante, dedicándole una mirada suave, tocando su mejilla, tratando de limpiar aquella gota que resbalaba por la mejilla llena de pecas de Felix.

Sonrió melancólicamente, devolviéndole el gesto al pelinegro.

—Perdón— dijo, bajó su cabeza, tratando de evitar que el otro viera sus lágrimas—. Yo no-

—No, no empieces de nuevo, por favor— pidió, o más bien, suplicó, acariciando su mejilla—. Ya te he dicho miles de veces que no te disculpes por ello.

El rubio elevó su vista al pelinegro frente a él tratando de objetar—. Pero-

—Felix— lo detuvo antes de que siguiera hablando—. No te disculpes, estoy bien.

Felix asintió, mas sabía que aquello no sería fácil de borrar de su memoria.

Volvió su vista al astro, limpiando sus propias lágrimas bajo la mirada de Chan.

Bebió otro sorbo, pero le supo más amargo de lo normal.

Sintió la calidez de sus labios en su cien; Chris trataba de arrancar todos aquellos malos pasos en su mente, todo aquello que no merecía estar ahí.

Quiso abrazarlo, pero en su vez, tomó su mano, dejando caricias leves con sus pulgares, sin dejar de mirarlo.

Apreciaba su rostro como si fuera la primera vez que lo hacía. Y siempre era así, siempre que volteaba a verlo, trataba de grabar cada detalle de su rostro; cada facción, cada tono, cada peca, todo quería guardarlo en su mente y tenerlo siempre.

Sonrió, porque a pesar de todo, de verdad lo seguía amando.

—Lix— llamó, recibiendo la mirada cansada del rubio—, es mejor que vayas a dormir— comentó Chris, con sus ojos suplicativos—. En unas horas debes ir a la escuela, y además debes ensayar tu baile.

El rubio ladeó su sonrisa—. Ve tú primero, yo terminaré mi té— dijo, levantando la taza.

El pelinegro asintió, levantándose y dejándolo ahí en el sofá frente a la ventana y la luna.

Antes de irse a la cama, besó la cabellera rubia del pecoso.

—No te duermas tarde, por favor— lo vió asentir suavemente—. Descansa.

—Descansa también— dijo de espaldas.

Dió un sorbo más, sintiendo la misma amargura.

Suspiró pesadamente bajando su cabeza, aguantando aquellas terribles ganas de llorar nuevamente, pero no debía hacerlo, ya que Chris estaba con él.

Levantó el rostro, dispuesto a hablar.

»Sé que estás en algún lugar ahí afuera...

Hablaba mentalmente con la luna, para no despertar a Chris, quién ya dormía.

»Quizás en algún lugar muy lejos,
así que sólo espero que estés al
otro lado tratando de hablar
conmigo también.

Miró de nuevo a la taza, notando que estaba ya vacía.

Dió una última mirada y sonrisa al astro, y se levantó del sofá.

Pasó por la cama, notando el cuerpo de Chan, a espera de que fuera a dormir con él, pero con los ojos ya cerrados.

Caminó nuevamente a dejar la taza en la cocina, dejándolo lavado, y devolviéndose a sus habitación.

Justo antes de acostarse en la cama, y meterse entre los brazos de Chan, cerró la ventana, despidiéndose de su fiel amiga de todas las noches.

Se metió entre las sábanas, enrollándose en los brazos del pelinegro, sintiendo su calidez, aunque un poco frío, pero era ambiental.

No podía creer que a pesar de todo, seguían juntos.

—Descansa— susurró antes de caer dormido.

hellooo, ¿a quién más le gustan las rolitas de bruno mars?

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hellooo, ¿a quién más le gustan las rolitas de bruno mars?

yo salgo con mis cosas, espero les guste esta historia <3

talking to the moon ✧ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora