IX

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Los dos salieron del salón de baile

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Los dos salieron del salón de baile. Como todos los días, listos para dirigirse a casa, y disfrutar de sus tardes haciendo nada.

O bueno, Felix quería repasar su baile nuevamente.

La presentación anual sería la semana entrante y él aún no se sentía cómodo con su baile; a pesar de que ya le salía perfecto.

Chris iba con él, como siempre.

Sabía, y además sentía las vibras de Felix con sólo pensar en aquello.

Le aterraba, principalmente entrar en pánico en medio escenario, o hacerlo mal, caerse, olvidar algún paso, lo que sea, le causaba mucho temor.

Por eso el mayor trataba de alejarlo de aquellos pensamientos lo más posible, aunque Felix se resistiera, quería que bloqueara su mente para que no se desgastara tanto mental y físicamente.

—¿Quieres ver una película hoy?— Chris acomodó mejor su mochila. Felix lo observó—. Podemos comprar palomitas o-

—¡Felix!— el mencionado frenó en seco al escuchar aquella voz, realmente no tenía muchas ganas de hablar con nadie.

Nadie más que Chan, por supuesto.

Se dió la vuelta, recibiéndolo con una sonrisa. Claramente forzada.

—Hey, Lix, ¿cómo estás?— SeungMin rascó su nuca, algo nervioso—. Yo, ehh-

—No digas nada, yo debo disculparme, está bien— sonrió suavemente.

Chan estaba a su lado, expectante a la pequeña conversación que se generaba.

—Es que siento que fue muy pront-

—Seung— sonrió nuevamente de la misma forma, llamando la atención del pelinegro, colocó una mano en su hombro—. Está bien, ¿sí? No pasa nada.

Chris se dirigió al lado del pelinegro, con una pequeña cara de sorpresa por estar presenciando aquello.

Parpadeó rápido viendo como un minúsculo brillo de reflejaba en sus ojos, pero no estaba seguro de si era su vista, o el reflejo de un poco de sol que había.

Y esperaba que no fuera ni una ni otra, esperaba que Felix realmente lo sintiera.

SeungMin asintió.

—... ¿Te... gustaría entonces intentarlo... otra vez?— volvió a rascar esta vez su brazo, viendo hacia sus zapatos.

El pecoso sonrió de lado, asintiendo—. Sí, está bien.

—¡Genial!— alzó su mano en un puño, en manera de celebración, haciéndolo reir. El pelinegro al darse cuenta, bajó su mano, un poco avergonzado—. Eh... ¿te parece si paso por ti mañana?

El chico de la cabellera rubia asintió, aún con una sonrisa en su boca.

—Entonces nos vemos mañana— SeungMin sonrió fugazmente, mostrando una muy linda y tierna mueca. Felix asintió.

Con un saludo, se despidió de Felix, y continuó caminando a paso más apresurado hasta que Felix y Chan lo perdieron de vista.

Cuando dejaron de observarlo, la vista de Felix cayó, al igual que su sonrisa.

Chan se posicionó al frente de él, viéndolo con una extraña sorpresa y un poco de confusión.

Parpadeó varias veces antes de poder hablar, y darse cuenta de que aquello no se sintió tan bien para el rubio.

Y entonces se dió cuenta de que había hecho eso únicamente por él.

—¿Qué fue todo eso?— preguntó al fin, cuando comenzaron a caminar para volver a dirigirse hasta su casa.

—Saldré con Seung, es todo— acomodó su mochila en la caminata.

—No, de eso ya me dí cuenta, pero... ¿Por qué te decaíste cuando se fue? Te veías feliz.

—Es muy diferente fingirlo a sentirlo, ¿no crees?— frenó viendo a los lados antes de cruzar.

—Claramente sí, pero si no estabas feliz, ¿por qué aceptaste?

Felix suspiró, un poco cansado. Ya no quería responder, aún así, Chan siguió.

—Me prometiste que no te estancarías y seguirías siendo feliz.

Felix lo ignoró una vez más, suspirando, y esperando a que el mayor dejara de hablar.

Sólo quería llegar a casa y poder meterse entre las cobijas.

Y sintió un alivio cuando estando frente a su casa, colocó las llaves mientras se quitaba los zapatos con sus mismos pies, entrando cuando dejó de quitar el seguro.

Chan seguía detrás de él.

—¡Felix!— lo llamó, ya perdiendo un poco de su paciencia—. No me ignores.

—¡Entonces vuelve conmigo!— dijo y arrojó su mochila en el sofá, dejando de darle la espalda, y volteándose a verlo, rompiéndose en llanto—. Si tanto quieres verme feliz, entonces vuelve conmigo, a como todo era antes, donde sólo éramos los dos. Vuelve conmigo y vivamos eso de nuevo, y entonces seré feliz.

Chris suspiró, cerrando sus ojos, apretando sus puños y mandíbula, reteniendo aquellas horribles ganas de llorar que se intensificaban en un nudo en su garganta, sintiéndose una completa basura.

Felix estaba frente a él, se había acercado llorando mientras le hablaba.

Él también quería volver, mas no podía.

—Sabes que no puedo...— dijo de la misma forma, escuchó como Felix sollozaba un poco más fuerte.

Antes de seguir rompiéndose frente a él, caminó hasta llegar hombro a hombro, tomó una profunda bocanada de aire, para poder hablar en un tono suave y bajo, sólo para que Chan escuchara.

—Entonces nunca seré feliz— murmuró por encima de su hombro, dirigiéndose hasta su cuarto.

—Entonces nunca seré feliz— murmuró por encima de su hombro, dirigiéndose hasta su cuarto

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talking to the moon ✧ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora