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—¡Maldita sea Carmín, levántate! ¡Carmín!—unos toques con rapidez en la puerta lograron que la chica se despertase.

—¿Si?—pregunta medio adormilada.

Nadie contesta. Con pereza se levanta de la cama, se coloca la casaca que tenía cerca y abre la puerta. Una Mara super apurada y ansiosa entra al cuarto y Carmín voltea a mirarla mientras cierra la puerta.

—Buenos días para ti también.

—¡Carmín! Dios, ¿Qué te pasó?

Se mira al espejo, está toda despeinada.

—¿Dormí? —responde sonriendo intentando hacer reír a su amiga

—Tus ojeras, por el amor al maquillaje, ¿A qué hora te dormiste? 

—Eso no importa. ¿Por qué estás tan apurada?

—¿No leíste lo que te escribió Guillermo anoche?

Se acerca hacia su celular y lo intenta prender, sale sin batería. Mara suspira.

—Marcus ya llega, tienes una entrevista en menos de media hora y estás hecha un desastre.

—Pero Guillermo dijo que no había nada...

—A Guillermo se le pasa todo y lo sabes. Bueno, entrevista no es, mas bien Marcus te ha citado. 

Ella suspira intentando no mostrarse nerviosa. Cuando voltea nuevamente a ver a su amiga, ella se encuentra rebuscando en su maleta.

—¡Mara! —un brasier cae en su cara y ríe. 

—Perdón, perdón, estamos con la hora. Quédate con eso y ponte esto también. —le acerca una blusa negra de un hombro, unos jeans y saca unos tacos azules.

—Pero..

—¡Pero nada! ¡Dúchate que estamos contra la hora!

******

—Buenos días para ustedes también. —dice Guillermo sonriendo. 

Carmín le dedica una mala mirada y se sienta frente a él. 

—¿Mara?

—Se fue a cambiar. ¿Por qué no me avisaste que había algo hoy?

—Si te avise y me leíste, pero parece que te olvidaste de nuevo. —él ríe.

—Ajá, muy gracioso.

—¿Piensas comer algo? —el chico señala con la mirada el buffet para el desayuno.

—No tengo hambre.

—Carmín....

—¿A qué hora viene? 

—Ya debería estar llegando. —asiente. —Te va a citar arriba, en las oficinas del piso cinco creo. Igual yo te espero afuera. Por cierto, lindo look.

—Agradécele a Mara.

—Hasta aquí veo que el maquillaje está por las ojeras. ¿No dormiste bien?

—Prefiero no hablar de eso. 

Guillermo asiente, y al ver que la mexicana no piensa comer algo ve por algo de comer y se lo pone en frente. Ella agradece y come un poco. 

Sigue teniendo en la mente a Alex, el café anoche y cuando cantaron... fue tan hermoso. Hermoso fue todo.. ¿O más Alex? Tenía un nudo en la garganta con la llegada de Marcus. 

Cristina ;; A short Carmilex storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora