— ¿Cómo mierda está vivo? ¡Yo mismo me aseguré de dispararle! —Gruñe furioso apretando el teléfono más de la cuenta, en ningún momento quita su penetrante mirada de JiSung.
— No lo sé, SeungMin me ha dicho que est en el hospital porque un chico castaño lo encontró.
— ¿Qué chico? Dímelo ahora.
ChangBin suspira desde la otra línea demorando en responder, sabia del comportamiento bipolar de MinHo Cuando no obtenía lo que quería.
— No lo sé, MinHo.
— Quiero que lo averigües ahora y si no me das lo que quiero, sabes que va a ocurrir con tu querido SeungMin —Le amenaza con la mandíbula apretada de la rabia para después de unos segundos finalizar la llamada sin siquiera dejarle objetar alguna de sus palabras.
MinHo guarda su móvil de vuelta a su bolsillo y se dirige nuevamente a la habitación tratando de calmarse, se dedica a observar al chiquillo que permanecía inmóvil en cuanto llega, se acerca de manera cautelosa hasta él agachándose a su altura y sin pensarlo lo toma de las mejillas para robarle un suave beso.
— JiSung, tienes que recordarme, házlo por favor. Susurra con una expresión dolida en su rostro, era tan rápida la forma en la que su humor cambiaba—. Maldita sea.
El castaño frunce sus cejas confundido cuando observa al hombre sollozar y aún más cuando MinHo lo abraza con tanta fuerza como si temiera que se fuera.
— Debes de pensar que soy un maldito loco, ¿Verdad?
JiSung lo mira sin saber que exactamente responder, posa sus manos en el rostro del pelinegro quien lo mira impresionado por la acción.
— No lo creo, tú eres un buen hombre que sólo... necesita ayuda.
Sigue mintiéndole, lo que sea para evitar que te haga daño y puedas huir.
— Yo sólo te necesito a ti.
— Entonces yo te ayudaré pero no me hagas daño, ChingByul me espera en casa al igual que mi mamá y Jeonginnie —Balbucea sintiendo la terrible opresión en su pecho al hablar de las personas que tanto amaba y extrañaba.
MinHo se tensa cuando menciona el último nombre, Yang JeongIn sólo quería separarlos también. Todos querían hacerlo.
— Sigues siendo un ángel, el mismo de hace ocho años —Habla limpiando sus saladas lágrimas con fuerza, aprieta con suavidad las manos de JiSung que aún estaban posadas en sus mejillas—. Te conozco desde que naciste, Sungie. Fuimos inseparables, me amabas tanto como yo a ti pero luego tu jodido padre y Hwang me jugaron una mala pasada—. ¿De qué hablas?
— Tu padre me entregó a la policía la última vez que nos vimos tú y yo, él te siguió e hizo que me arrestaran —Le dice mientras sus gestos cambiaban a unos sombríos a medida que contaba el relato, JiSung lo mira sin comprender absolutamente nada de lo que dice—. Tu padre era un maldito gusano falso.
— Tú, ¿Qué...es lo que dices? HyunJin nunca haría algo malo —Defiende con las lágrimas resbalando por sus mejillas, el pelinegro suelta las manos de JiSung para limpiarle las lágrimas con su pulgar.
— Tu padre y Hwang te drogaban sin que tu madre lo supiera, todo para que te olvidaras de mi existencia —Le confiesa mirándolo directamente a los ojos de manera gélida, la cólera resaltaba claramente en el azabache —Desde que eras niño, Hwang metía las pastillas en tus alimentos cuando estabas en la escuela. ¿Sabes por qué lo sé? Porque tu padre me lo dijo mucho antes de que le metiera una bala por el cráneo.
— ¡Mientes! ¡Estás mintiendo!
— ¿Crees que miento? Hace dos años Hwang HyunJin me visitó al maldito sanatorio mental para decirme que tú me olvidaste, que ahora encontrarías consuelo en su polla. Por esa razón apreté su jodido cuello hasta que dejara de respirar, para mi mala suerte sólo se lastimaron sus cuerdas vocales o eso escuché.
— Por esa razón HyunJin no hablaba... y llegó con marcas a mi casa, por eso mi padre estaba furioso.
— No soy el único malo del cuento, JiSung —El pelinegro se coloca de pie con las pupilas extremadamente dilatadas, ese destello de saciar su sed de sangre se veía nuevamente—. Y no todos los príncipes son los buenos.
Y sin decir más, MinHo sale de la habitación cerrando con seguro, después repite la misma acción cuando sale de la casa aunque no le preocupaba en realidad que JiSung escapara. La casa en la que estaban era tan lejana, ubicada en la nada.
— Hey, ¿Cómo te sientes? Estás mejor? —Cuestiona Felix con una pequeña sonrisa mientras observa al chico pálido, en sus manos tenía un café para evitar cualquier rastro de sueño.
— Lo estoy aunque aún me duele un poco el abdomen, no sé si una patada en las bolas dolería menos que esto.
— Vas a mejorar pronto, los doctores lo han dicho, no te estreses.
HyunJin lo mira con una sonrisa en su rostro que sólo dura una milésima de segundo, era extraño porque sólo sonreía con JiSung.
— Hey, no deberías estar aquí. ¿Qué le sucederá a tu puesto de helados mientras no estás? Tienes que atenderlo —Le recuerda con angustia, Felix se acerca a él y aprieta su mano con suavidad eliminando cualquier rastro de preocupación.
— No te preocupes por eso, alguien está encargándose de mi negocio.
— ¿Y Yang? ¿En dónde está?
El rubio se tensa un poco por la pregunta, sin embargo, jamás perdió su sonrisa carismática ya que ese chico no arruinaría su lindo día.
— Se ha marchado hace unos momentos. ¿Todo el tiempo es así de grosero y gruñón?
HyunJin soltó una carcajada ante las palabras dichas por el rubio, Felix le miró con anhelo disfrutando de la bonita melodía de su risa.
— Más de lo que te imaginas.
— HyunJin... ¿Qué era el chiquillo rubio que te acompañaba para ti?
El rostro del mencionado se torna sombrío ante la pregunta y cuando estaba a punto de responderle el sonido de la puerta siendo abierta bruscamente lo interrumpe.
Era Lee MinHo en la puerta mirándolos fijamente con una sola idea en su cabeza y esa idea era terminar lo que inició pero esta vez eliminando a todos los cabos sueltos.
Nadie le arrebataría a JiSung.
ESTÁS LEYENDO
ᴍᴇɴᴛᴀʟ sᴀɴᴀᴛᴏʀɪᴜᴍ / ᚒ໑᮫۫ຳེ᳕ᴍɪɴsᴜɴɢ༣᮫ࣤᤳᚒ
Horror𝘓𝘦𝘦 𝘔𝘪𝘯𝘏𝘰 𝘩𝘢 𝘦𝘴𝘤𝘢𝘱𝘢𝘥𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘴𝘢𝘯𝘢𝘵𝘰𝘳𝘪𝘰 𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢𝘭 𝘺 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘦 𝘢 𝘏𝘢𝘯 𝘑𝘪𝘚𝘶𝘯𝘨 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘯𝘨𝘢𝘯𝘻𝘢 𝘵𝘢𝘮𝘣𝘪𝘦́𝘯 𝘴𝘶𝘦𝘯𝘢 𝘣𝘪𝘦𝘯. ︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿ │ │ │ │. ;; [☼] 'MinSung' - :;'. │ │ │ ✧ │ │ ◆...