Capítulo 3

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El plan parte I

Sus ojos no creían lo que veían, el interior de aquella mansión era magnífico e inexplicable, era como entrar a otro mundo, a otra dimensión, no se notaba nada de aquella horrible y putrefacta mansión que se veía desde afuera.

Las paredes estaban pintadas de blanco haciendo que todo se viera más iluminado de lo que en verdad estaba, el suelo era de losas negras con algunos detalles blancos y estaban tan limpias e impecables que podía ver el reflejo de cada objeto en el lugar, los muebles y la decoración eran muy modernas y lujosas, habían detalles de oro y gemas por todo el lugar, estaba maravillada. Se notaba que aquella mujer no escatimaba en gastos si de lujos se trataba, pero para eso debía de trabajar.

─Solo los que han entrado la verán como en realidad es─ habló al ver la cara de estupefacción de Ariel─ desde ahora la veras como es incluso desde afuera, Ariel asintió asombrada, aquello era increíble.

─¿Como es que…

─Es un hechizo─ la interrumpió─ al grano niña ¿qué te trae por aquí?
Ariel cambió su expresión de asombro por una de seriedad absoluta ,le había molestado el tono autoritario con que la bruja le hablaba, sino fuera porque la necesitaba la hubiera matado ahí mismo.

─Necesito una poción o un hechizo que me permita cambiar de cuerpo.

Ursula no se inmutó, no cambió su expresión ni siquiera se sorprendió, no era la primera vez que le pedían hechizos así, aunque sabía lo peligrosos que eran y que posiblemente morirían antes de que el hechizo tomara todo el efecto, pero eso no le importaba, su trabajo estaba hecho y el dinero se encontraba en sus manos, y los muertos no piden devoluciones.

─Y ¿qué me daras a cambio?─ habló finalmente luego de mucho pensar, se notaba a leguas de Ariel no tenía dinero para pagarle─ es un trabajo complicado y…

─No importa─ interrumpió─ te daré lo que pidas menos dinero porque no tengo, aunque eso ya lo sabes─ la bruja asintió─ lo necesito.

Por primera vez la bruja sintió curiosidad sobre el por qué alguien necesitaba una poción o algún hechizo, aunque no preguntó nada por el momento.

─Sigueme─ ordenó y la pelirroja la siguió.

Pasaron por un pasillo que había debajo de las escaleras que conducían al segundo nivel, Ariel notó que habían unos estantes con frascos que contenían unas luces brillantes de distintos colores flotando en medio de este.

¿Serán lamparas?─ se preguntó a si misma y siguió caminando por el largo e interminable pasillo.

Pero la curiosidad pudo más que ella así que tomó uno entre sus manos, en el interior flotaba una luz azul brillante y rara, lo revolvió bruscamente y una melodiosa voz comenzó a oírse, provenía del frasco, era raro.

Aquella voz la prevenía de algún peligro, Úrsula al percatarse le arrebató el frasco de las manos.

─No vuelvas a tocar nada o te vas sin poción, ¿entendiste?─ preguntó mientras colocaba el frasco en su lugar.

Ariel se estremeció y asintió asustada, le daba un poco de miedo, debía comportarse sino quería fallos en el plan.

Llegaron al final del tedioso pasillo y Ariel suspiró aliviada, parecía un pasaje al infierno. Úrsula tocó un lugar específico en la pared y esta de deslizó lentamente dejando al descubierto una puerta, detrás de dicha puerta había una habitación llena de frascos de cristal, en cada uno había un líquido diferente, también habían muchos estantes con libros y pergaminos en las paredes, a diferencia del aire moderno de toda la casa esta habitación parecía muy antigua.

La malvada Sirenita [+18].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora