disculpas

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alguien nos frenó en el camino.

Pov Amelia:
Escuchamos a alguien gritar nos, Lucía simplemente lo ignoró, pero yo me intenté girar. Vi 2 sombras negras acercarse, intenté enfocar mi vista pero fue imposible estaban muy lejos, Lucía me tiró hacia delante para evitar problemas pero nos alcanzaron, cuando estuvieron suficientemente cerca distinguí las cabelleras verdes de mis hermanos. Lucía lo notó, lo pude ver en su cara sería y fría, se pusieron delante nuestro para evitar que siguiesemos caminando.

Ed: Oye...

L: No quiero saber nada Edric.

Em: Escuchanos Lucía porfavor.

L: No.

A: Lu, oye, déjales una oportunidad.

Lucía me miró y suspiró, miró a mis hermanos y asintió.

Ed: Bien bueno el caso es, que Jerbo y Viney nos dejaron claro un par de cosas con esa chica, lo de que era muy tóxica y que llegaba a los extremos. También que nunca le dirías nada a nuestra hermanita, aún que estuvieras muy cabreada...

Em:...y por eso hemos venido a pedirte perdón, nos hemos equivocado y hemos recapacitado. Lo sentimos mucho de verdad Lucía.

L: Vale.

Ed: ¿Solo vale?

A: Lu, ¿qué tal si vamos a comer todos juntos y lo hablamos?

L: Si tú quieres princesa.

Ed y Em nos miraron muy sorprendidos y me agarraron de los hombros.

Ed/Em: ¡¿ESTÁN SALIENDO!?

Lucía río incómoda y yo solo me sonrojé. Mis hermanos creo que se confundieron, no estamos saliendo todavía y no quiero ser yo quien se lo pida, sé que es egoísta pero siempre he soñado con que me pidan salir. Y espero que Lucía lo haga. Ed y Em nos llevaron a una taberna del centro, Jerbo y Viney llegarían luego, el aire era tenso, Lucía acariciaba mi mano muy suavemente en completo silencio, Ed nos miraba atento y Em intentaba pensar algo para conversar. Entre todo el silencio Lucía recibió una llamada.

L: Voy a responder, ahora vuelvo princesa.

Me dió un beso en la mejilla y se alejó de la mesa. Cuando estuvo medianamente lejos Edric dio un golpecito en la mesa llamando mi atención.

Ed: ¿Entonces, estáis saliendo o no?

A: No.

Em: Pero si te trata como su novia, te dice hasta princesa.

A: Ya...en realidad no sé que somos.

Ed: Pues dile que se aclare

A: Que más te da Ed, es nuestra "relación" no la tuya.

Em: Hay tiene un punto.

Ed: ¿Tú no estabas de mi parte?

Em: Si pero, Amelia tiene razón, es SU relación no la nuestra.

A: Solo dejemos de hablar de esto, y encargaros de arreglar el problema importante.

Ed: Siiiii.

Rodé los ojos y vi a Lucía volver mientras guardaba el móvil en el bolsillo, se volvió a sentar y agarró mi mano. Esperamos pacientemente a Jerbo y Viney, llegaron justo a tiempo para poder comer.

V: Bueno...Ed, ¿Empiezas?

Em: Es muy fácil Viney, nos equivocamos y hay que rectificar.

Ed: Exacto.

L: Pues vale.

A: ¿Eso era todo?

J: Lucía es razonable en estos casos.

L: Bueno, tengo irme tengo cosas que hacer.

Ed: Pero...¿Todo bien?

L: Claro,no os preocupéis.

Lucía parecía muy calmada, supongo que lo dirá de verdad, ella soltó mi mano y se levantó, se arregló la ropa y me miró.

J: ¿Quedamos luego?

L: Claro, nos vemos chicos.

A: ¿Puedo ir contigo?

L: Claro princesa, ¿Nos vamos?

Me levanté y me despedí de los chicos, volvimos a la casa de Lucía, su madre ya se había ido. Entramos con normalidad, me quedé en el salón y ella subió a su cuarto. Al bajar llevaba una camisa de baloncesto, unos shorts y unas pesas.
Se sentó a mi lado y empezó a preparar las cosas.

L: Te vas a aburrir un poco.

A: Verte es algo entretenido.

L: Supongo que gracias princesa

Empezó a hacer varios ejercicios, no podía evitar mirarla, era muy atractiva entrenando aún que tenga el pelo empapado, y la camisa sudada. Me sonrojé ante mis pensamientos. Lucía no paraba ni para beber agua se ve que estaba acostumbrada a hacer ejercicio.

L: ¿Ves algo que te guste?

A: Uhm, emm no no tranquila.

L: ¿Seguro?

A: Si si.

L: ¿Quieres hacer algo de ejercicio? Siempre andas diciendo que estás gorda y que no te importaría hacer ejercicio.

A: Si, espera..¿Me acabas de llamar gorda?

L: Nop, eso lo dijistes tu.

La miré y suspiré, me levanté de mi sitio y me acerqué a ella. Soltó las pesas y me colocó delante de ella, dándole la espalda. Me hizo inclinarme 90° y coger las 2 pesas, ella se pegó a mí y me agarró de la cintura. Me indico cómo hacer el ejercicio pero no duré ni 2 minutos, mis brazos se cansaron y no tenía ganas de nada. Lucía me cargó y me tiró al sofá haciéndome reír.

L: No aguantas nada princesa.

A: Tú solo dejame doña culturista.

Ella me ignoró y siguió haciendo ejercicio. Al terminar me llevó a mi casa para que no tuviera que ir andando.

L: Buenas noches princesa.

A: Buenas noches Lu.

L: Llamame mañana si quieres.

A: Claro, adiós.

Me acerqué y le di un beso en la mejilla dejándola roja, corrí y entré en mi casa sin mirar atrás.












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