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Sábado por la noche y la ciudad parecía más viva cuando la luna iluminaba todo lugar que cuando el sol estaba presente. Jungkook no tenía un rumbo fijo, pues no le importaba terminar donde el aire fresco lo llevara, sólo quería estar lejos de casa.

Cuando ya comenzaba a ser tedioso el estar dando vueltas en el coche, se detuvo en una calle principal, donde se sabía que había bares a montón. Apenas salió del auto y unas letras en neón morado que anunciaban el nombre del sitio "The rusty hook" le recibió, no recordaba haber estado antes ahí. A unos metros de donde había aparcado, estaba la puerta principal, la cual empujó adentrándose al local. Y ahí estaba el ambiente tan conocido: el olor a tabaco le dio la bienvenida, mientras las luces neón le metían en total ambiente, la temperatura ahí era mayor a la del exterior y las personas se amontonaban mientras cada quién se encontraba en lo suyo.

Parecía que sus pies ya conocían el camino y tenían casi vida propia, pues se apresuraron a buscar la barra en cuanto se encontró totalmente adentro. Como era ya bien sabido, el mejor lugar para alguien que vagaba solo en un bar era sentarse cerca de la barra, donde se podía pedir el alcohol que en ese momento le apeteciera. Un shot, dos shots, tres shots, cuatro shots... Esta vez, era el tequila quien tenía el privilegio de pasar del vaso a la garganta de Jungkook y de ahí a su estómago, dejando un camino ardiente por todo su organismo. Aunque bueno, luego del tercer vaso collins bien lleno, el ardor del tequila ni le inmutó.

Vago, se dejó llevar por la música meneando su cabeza mientras veía todo daba vueltas, paseaba sus ojos por el lugar prestándole por primera vez en toda la noche atención a la decoración que ofrecía un estilo grunge, el sitio era bastante grande y parecía lujoso hasta cierto punto. Al fondo de donde se encontraba sentado veía una pareja, parecían felices, bebiendo, bailando juntos, y los recuerdos de su reciente ruptura lo atacaron. Parecía ser ayer cuando le había pedido a Jimin salir al bar que quedaba cerca de su casa, eran de sus primeras citas, aquellas en las que la dulzura, la miel y la pasión sobre saltaban. Habían bebido tanto, que luego de bailar hasta hacer doler los pies, tuvieron que irse, chocándose entre sí, ya que se les dificultaba caminar correctamente, mientras jugueteaban y recorrían las calles de la gran ciudad robándose uno que otro beso, todo esto, acompañado de risas que se volvían carcajadas.

La nostalgia se instalaba en su pecho una vez más, con un sentimiento lleno de tristeza apretó el puño que yacía recargado en la barra, en un intento de contener las ganas de llorar en aquél preciso momento. Apartó rápidamente su vista de aquella pareja feliz, y por mera coincidencia cayó en un chico, el cual estaba sentado sobre una silla de mimbre que colgaba del techo. Ni siquiera notó que  su cabello estaba teñido de un color rojo intenso, pues se concentró más en que su apariencia y manera de vestir era similar a la de Jimin. Parpadeó repetidas veces en busca de enfocar su visión pero debido a la distancia y la tenue luz no alcanzaba a observar su rostro. Tambaleándose se levantó y se aproximó al solitario chico, y como ya lo venía venir la similitud era mínima entre él y su ex pareja.

(...)

El pelirrojo le sorprendió la repentino compañía pero al final le pareció bien, pues le había echado el ojo al peli cafe desde que lo vió entrar, así que, honrado se sentía de que fuera el otro quien se acercara.

Jungkook observó que entre sus manos sostenía un vaso adornado, a la mitad de una bebida tropical color celeste, parecía que ya llevaba muchas de ellas pues su aliento era a mora azul. El muchacho de sonrisa amplia y brillante se presentó como Hoseok, un nombre bastante original que le asentaba bien. Al rato, entre una cálida plática y vasos que llegaban hasta ellos gracias al mesero, la confianza se dio y ambos se acomodaron en la silla que daba para estar dos personas sentadas, aunque sin distancia alguna.

Entre los chistes que se soltaban, ambos aprovechaban para recargar la cabeza en el hombro ajeno, dar codazos y una que otra vez rozar sus piernas. Jungkook notó más de una señal de su parte, que le decía simplemente bésame y ¿por qué no? debía aprovechar que sus labios le recordaban a alguien. Alzando su mano, con cuidado la depositó en la mejilla contrario, la sentía tibia debajo de su palma debido al alcohol que había consumido, fue bajando hasta su cuello, lo tomó de la nuca y con sutileza juntó sus labios con los suyos: Hoseok no tardó en corresponder. El beso era sutil, pero no dejaba de ser pronunciado. Sus labios congeniaban casi a la perfección, moviéndose uno sobre el otro, mientras sus manos traviesas pasaban de su cuello a sus hombros, dejando caricias a su paso.

Él pensaba que era un buen beso, lo creía de verdad aunque, en ese momento sus labios estaban adormecidos por el alcohol y simplemente no sentía nada especial, aunque por un momento, por un jodido segundo se imaginó que a quién besada era a su deseado y no a un desconozco.

A los minutos rompió el beso a falta de oxígeno. Él estaba tan cerca que aprovechó para preguntarle, de una forma muy educada:

Por favor ¿puedo llamarte por su nombre?

El otro abrió sus ojos con gran sorpresa, y ni siquiera lo pensó antes de negar con la cabeza.

cornerstone ; ⾦ jjkWhere stories live. Discover now