La Profecia No Contada

capitulo 13 interludio: reunir un ejercito

Naruto se sentó en su oficina temporal con una bebida con cafeína lista. Sus manos, temblando sutilmente, se llevaron la bebida a la boca, solo para darse cuenta de que el recipiente estaba vacío. Gruñendo, Naruto arrojó la lata a la creciente pila de otra docena de suplementos energéticos.

Habían pasado casi dos semanas, doce días, para ser exactos, desde el inicio oficial de las Guerras Clon, y las cosas seguían siendo extremadamente caóticas. Cientos de sistemas más sentados en la valla se habían separado de la República en apoyo de la Confederación, sin duda gracias a las maniobras políticas expertas de Dooku. Las rápidas incursiones de los separatistas en las instalaciones de suministro y las fábricas habían pillado desprevenidos a los Jefes de Estado Mayor.

Las asignaciones de Mace en Geonosis se mantuvieron casi sin cambios y sin cuestionar, pero los kaminoanos habían autorizado otro millón de clones para el servicio activo poco después de la batalla. Había muchas más legiones que formar, ejércitos que organizar y comandantes y oficiales que asignar. Por no hablar de los cientos de buques de guerra que debían construirse para llevar a cabo cualquier ofensiva real contra los separatistas. Por ahora, las legiones Clon existentes se desplegaron con el ejército regular en los territorios de la República para actuar como guarnición contra posibles incursiones Separatistas.

"Tantos archivos…" murmuró Naruto mientras miraba los doscientos archivos que llenaban su datapad. Como General de todo un ejército de sector, era su responsabilidad saber qué recursos tenía listos, quién estaba bajo su mando y en qué eran mejores.

Suspirando, decidió hacer esto más temprano que tarde. Recogiendo el primer archivo etiquetado como Ejército del Sector 10. Al abrirlo y desplazarse más allá de su nombre, se encontró con el segundo al mando del 10º Ejército. Un hombre de mediana edad con cabello castaño oscuro y ojos a juego le devolvió la mirada. El título de Almirante se mostró de forma destacada en su perfil. Era el hombre con el que iba a trabajar más cerca. Él iba a estar a cargo del cumplido naval del décimo.

"Almirante Ross Darahan". Dijo Naruto en voz alta mientras comenzaba a leer el perfil del Almirante que le sería asignado. Hojeó la breve descripción.

Ross Darahan, un ex cazador de piratas, es bien conocido por ser un excelente estratega, el mejor en enfrentamientos a pequeña escala y muy bien adaptado para asaltar asentamientos y puestos de avanzada. Darahan está muy por encima de la gran mayoría de sus compañeros y está más que ansioso por demostrarlo si lo desafían o lo menosprecian. Las tácticas del almirante Darahan son eficientes y efectivas, ya que cree que el sacrificio a veces es necesario para lograr la victoria.

En otras palabras, el fin siempre justificó los medios para este triunfador consciente de sí mismo que claramente carece de ética.

"Eso va a ser un problema. Ya puedo decir que no me va a gustar este tipo". Naruto murmuró para sí mismo mientras pasaba a la siguiente parte del archivo. Fue recibido con una lista exhaustiva de logros. Varios de los archivos tenían fotos adjuntas del Almirante recibiendo numerosos premios, medallas y placas. Naruto quedó sorprendentemente impresionado con su historial militar. Naruto repasó brevemente su descripción personal e hizo una doble toma.

"Tiene treinta y cinco años y que es un rango Almirante ya ?" Naruto se sorprendió por esta revelación. Este tipo no era una broma. La mayoría no alcanzó ese rango hasta que cumplieron al menos los cincuenta. Este tipo era apenas diez años mayor que él y ya estaba al mando de toda la armada de la República. Había sido la pesadilla de los piratas en toda la galaxia durante la última década. Naruto dejó escapar un suspiro desconcertado. Como mínimo, sus flotas tendrían un comandante sumamente competente.