The Things You Don't Come Back From [SoRiku]

Capítulo 2. Amigos.

-Allí están los campos de entrenamiento.- el Maestro Riku señaló un campo grande con varios objetivos de práctica, tanto fijos como móviles. -No estoy seguro de si estarás listo para eso a finales del verano, pero si alguna vez me necesitas y no estoy en mi oficina o en el jardín, probablemente iré allí.

-¿Pero por qué no puedo bajar allí ahora?- Max pensó que el objetivo del entrenamiento con llave espada era entrenar con la llave espada. Sobre objetivos reales.

-Primero debes familiarizarte con la invocación de tu espada y establecer una postura cómoda. Como eres joven, es posible que tu llave espada no salga de inmediato, y está bien. Los Maestros Terra y Ven construyeron varias espadas de práctica en varios tamaños.

 Distraídamente, Riku miró hacia el jardín conmemorativo por el que había llevado al chico antes. Max sabía que la espada del Maestro Terra ahora descansaba allí, junto a la Maestra Aqua. Un lugar sagrado para muchos portadores donde descansaban las armas de los maestros que habían dejado este mundo y continuado su camino a una infinita aventura. La muerte era algo distante y que muchos no hablaban como el final, sino como un nuevo comienzo.

Max solo recordó brevemente haber conocido a los dos mayores portadores de llaves espada, y su papá le había explicado que algunos aspectos de ser un portador de llaves espada podrían tener un costo más alto. No dijo cuáles eran esas cosas, pero debe haber sido malo ya que todos se veían tristes al hablar de eso.

Sintió la mano de Riku en su hombro para llevarlo de regreso al castillo. 

-¿Tienes alguna pregunta hasta ahora?

Max se encogió de hombros y luego pensó en uno. 

-Sí, ¿dónde están todos los demás?

Riku soltó una carcajada.

-Están en una especie de viaje de estudios en el extranjero a Radiant Garden para entrenar con otros maestros que ya no viven aquí, así como para estudiar algo de diplomacia.

-¿Puedo ir el año que viene?- Max se preguntó. Había oído hablar de Radiant Garden, por supuesto, pero nunca había ido.

-Cuando seas mayor. Como dije, por ahora solo estamos en las etapas iniciales del entrenamiento.

-¿Maestro Riku?

Ambos se voltearon para encontrar a otro Maestro haciendo señas a Riku. Riku soltó su mano del hombro de Max. 

-Vuelvo enseguida, ¿de acuerdo?

Max asintió y aprovechó la oportunidad para mirar a su alrededor, inclinándose sobre la pared baja que separaba el patio de los campos de entrenamiento. Era mucho más verde aquí que Disneytown, y le recordaba más a las colinas y los campos donde él y su papá solían ir de campamento.

-¡Hola!

Max se sobresaltó, estuvo a punto de caerse de la pared y se contuvo en el último momento. Miró a quien hablaba, encontrando a una chica humana tal vez un poco más joven que él, pero de su tamaño. Ella se rió entre dientes mientras él trataba de enderezarse.

-Lo siento. No quise asustarte.

-Está bien.- Max se frotó la nuca.

La chica sonrió. 

-Soy Harmony. ¿Eres nuevo aquí? Yo también comencé a entrenar. Mi abuela me dijo que la gente se da la mano cuando se presenta.- Ella extendió su mano.

Max parpadeó sorprendido por un momento antes de estrechar su mano. 

-Soy Max.

-¡Hola Max!- La sonrisa de Harmony solo pareció crecer. Una repentina ráfaga de viento sopló sobre ellos y dejó escapar un chillido de sorpresa, su pelo rojo brillante volando por todas partes. -¡Ah! ¡¿Qué fue eso?!