Capítulo 9. Es hora de continuar.

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Fue una espera larga.

Tenían curanderos en espera, por supuesto, y la tía Kairi se había llevado a Riku tan pronto como aterrizaron antes de despedirse de todos excepto a Mei y Nox de la habitación, los únicos dos aprendices de Riku que también estudiaron curación con Aerith de Radiant Garden.

Max miró a los demás mientras se preocupaban a su manera. Zephyr caminaba de un lado a otro, levantando los brazos en el aire de vez en cuando mientras murmuraba para sí mismo sobre cosas que podrían haberse hecho de manera diferente. Creon miró por la ventana y tamborileó con los dedos en el alféizar. Rose sacó un libro para leer, aunque Max sabía que la página no había pasado al menos media hora, mientras que Briar ...

Max estaba bastante seguro de que Briar estaba durmiendo después del agotamiento.

Max había subido las rodillas hasta el pecho, apoyando la cabeza contra ellas. Medio quería sacar su teléfono, pero todos los que enviaba mensajes de texto todavía estaban en el campo de batalla, limpiando a los Heartless restantes y a los Nobody y demás. Descubriendo cómo restaurar los mundos que fueron tomados por los Heartless bajo el alboroto de Maléfica. Recuperando a las personas que habían perdido.

Y Roxanne ...

No habían encontrado a Roxanne en dos años. Pero Max todavía tenía esperanzas.

Supuso que Kairi tenía razón, hace tanto tiempo.

Max era como Riku. Manteniendo la esperanza de que el que más le importaba todavía estuviera ahí fuera.

Un rayo de luz se filtró a través de la ventana abierta que aterrizó en la mano de Max. Podría haber sido solo el calor del sol, pero Max decidió creer que era Sora diciéndole que estaría bien.

-Maxie.

Su cabeza se disparó, encontrando la mirada preocupada de Goofy. 

-Padre.

-¿Cómo estás, Maxie?

Max se encogió de hombros. 

-Aliviado, supongo. Sin embargo, preocupado.- Miró hacia la puerta.

Goofy asintió. 

-Puedo entender eso.- Envolvió un brazo alrededor del hombro de Max.

Dejando escapar un profundo suspiro, Max se inclinó hacia el abrazo de Goofy. En su otro lado, vio a Rose dar una pequeña sonrisa ante la vista, y se alegró de que ninguno de los otros aprendices se burlara de él por seguir apoyándose en su papá. Pero supuso que no lo harían.

-Estuviste increíble, Max.- dijo Goofy.- Allá en el campo de batalla.  Definitivamente una pinta entera de un maestro keyblade.

Max soltó una risita. 

-No era solo yo. No podría haberlo hecho sin Harmony ... y Sora

Goofy se apartó un poco para mirarlo. 

-¿Max?

Max suspiró, mirando a los demás que también miraban con curiosidad. 

-Él es verdadero papá. No es mi amigo imaginario. Sora me ha estado ayudando durante todo mi aprendizaje. Siempre está siguiendo al Maestro Riku y protegiéndolo. Él fue quien detuvo las llamas de Maléfica en el campo de batalla.

Vio que su padre no le creía del todo, pero tampoco podía culpar de esto a la imaginación hiperactiva de Max.

-Cabello puntiagudo, ¿verdad?-  Preguntó Rose. -¿De color marrón, ojos azules?

The Things You Don't Come Back From [SoRiku]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora