Chanyeol

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Habían llegado a Hondae por la noche del 14, justo a tiempo para encontrar un pequeño lugar donde asearse y arreglarse. Al menos quería tener listas las camisas que usarían al día siguiente. Chanyeol eligió un pequeño hotel cerca a la autopista 64 que era la que daba entrada a la zona financiera de Hondae. Solo tenían oportunidad de encontrarlo ese día, así que era imperativo que hubiera la menor cantidad de obstáculos posibles para la misión. Ya se lo había explicado a Cheolsoo y aunque no disfrutaba levantarse temprano, la inminencia de ver a su madre lo mantenía alerta.

Después de despertar de la desidia, Chanyeol había tratado de buscar a Kyungsoo por todos los medios, pero primero, él no era tan versado en la tecnología y segundo, Kyungsoo era muy bueno para esconderse cuando quería. Después de las primeras ínfulas, perdió la voluntad de buscarlo, pero eso cambió con Cheolsoo. La única pista del paradero de Kyungsoo era la misma que lo convenció del propósito de su misión y esta era que Kyungsoo vivía en Hondae y que todos los meses, sin falta, en el día 15, él visitaba el banco Unión. El resto lo había calculado él solo. Si conocía a Kyungsoo tan bien como creía, no, si Kyungsoo aún conservaba algunos rasgos o vestigios de su vida compartida, sería probable que lo encuentre al día siguiente.

El banco Unión tenía pocas sedes en Hondae, así que era más probable que Chanyeol descifrara en qué banco aparecería Kyungsoo a que encontrara su casa. Kyungsoo siempre había soñado con vivir en la ciudad, lo que eliminaba algunos lugares de la arboleada ciudad, además no confiaba en los cajeros o los puntos de agente, así que lo más probable sería que vaya por la sede central en la zona financiera. Finalmente, sabía que esa sede era la que abría más temprano y algo muy característico de Kyungsoo era que se levantaba casi al alba, era una persona de mañanas y madrugadas, por lo que tendrían que hacer guardia desde antes que el banco abriera, solo tenía que reconocerlo. Ese era el plan. Rudimentario, más basado en suerte que otra cosa, pero era el único intento que tenía por ahora.

La impaciencia no los había dejado dormir, habían pasado gran parte de la noche hablando de los bosques de Hondae, de la antigua granja y de Kyungsoo. Se habían aparcado afuera del banco y esperaron, pero abrieron y nadie parecido a Kyungsoo venía, por lo que pronto se acomodaron en una cafetería con estilo de los 50s que tenía una gran ventana con dirección al banco. Chanyeol ya estaba pensando que iban a tener que pasar todo el día en los comercios de la cuadra, cuando de pronto Cheolsoo señalo a un hombre delgado, de mediana estatura, con unos grandes lentes de sol. El hombre llevaba un suéter rosa, el color que más odiaba Kyungsoo, y el cabello a la altura de los hombros, y si había algo que odiara Kyungsoo era la idea que los omegas debían llevar el cabello largo, por lo que más de una vez se había rapado el pelo como producto de discusiones con autoridades alfa en el pueblo. Tal vez por eso, por lo que creía saber de Kyungsoo, al comienzo ignoró su parecido con el omega. Sinembargo mientras más lo miraba, más se convencía de que tenía que ser él. Tendríaque jugársela. 

Se apresuraron a la camioneta, pero el chico de rosa había sido rápido. Justo cuando comenzaba a perder la fe en el plan, Cheolsoo logró ver el auto del chico rosa, de Kyungsoo, tomando el carril en frente de ellos. Tuvo que dar una gran vuelta en U, pero pronto se halló a tres autos de él, tenía tanto miedo de perderle el rastro, de que en alguna vuelta o camino inesperado se desvaneciera de su vista, de que desapareciera tan rápido como esa vez. Al mismo tiempo estaba nervioso como nunca, por primera vez en cinco años se hallaba cerca de presencia etérea, el omega que era suyo, pero al mismo tiempo no lo era. Sus manos sudaban y el timón de la camioneta bailaba suelta entre ellas, era otro de sus miedos inmediatos, soltar el rumbo de la camioneta y perecer antes de verlo de nuevo.

Lo siguieron por alrededor de media hora a través de su recorrido por la ciudad bulliciosa hasta llegar a los angostos vericuetos de un suburbio desolado. El lugar no parecía muy seguro para Cheolsoo, por lo que Chanyeol le pidió que lo esperara bajo una manta en los asientos posteriores, aseguró bien el auto y siguió el camino a la puerta por la que vio desaparecer a Kyungsoo.

La hora azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora