ALINE ANDERSE...
Desperté sobre algo frio, me acurruque hacia atrás, la pared estaba un poco mas tibia y entonces desperté. El lugar parecía un calabozo pero algo mas grande como un salón pequeño por la estructura parecía ser que seguía en el castillo de Argos seguro en alguna de todas las piezas del subterráneo
Me levante y deje que mi vista se acostumbrara a la oscuridad y me dirigí hacia las rejas pero estaban cerradas y de pronto me encontraba en la sala del trono, enseguida me di cuenta, no era la sala del trono que conocía era parecida pero mas antigua y el trono si tenia un ocupante
Me solté del agarre que una mano metálica y curiosa me acerque hacia este.
El dueño de este era alto y pálido, con larga cabellera negra y sedosa y era demasiado perfecto para ser real parecía un dios vivo pero no lo era vestía como nosotros, tenia alas como nosotros pero el tenia colmillos el era un vampiro el debía ser Adexe el rey de la corte exiliada, el rey que había provocado incontables de muertes
''Querida tu debes ser Lady Winder'' me miro con esos ojos rojizos y me hablo con esa voz de fuego
Asentí y me pare delante de el
''A mi lado''
Hice lo que me ordeno y vi de las puertas frontales surgir a su hijo al príncipe Alex
''Hijo mío''
El pelirrojo de ojos dorados se inclino frente a el
''Tributo al Príncipe niño'' ambos se giraron a verme y en esos momentos mi cuerpo casi sale huyendo, sus miradas eran intensas y mas aun el poder que desprendían
Alex se acerco a mi sin decir nada, podía admirar que realmente era apuesto pero que lo mismo era de peligroso
''Ven conmigo'' me ofreció una mano y yo la tome ''tengo algo que mostrarte''
Lo seguí mientras ponía la otra mano en mi hombro y me dirigía por una serie de laberintos que jamás me hubiera imaginado que existían hasta una precioso biombo de rosas y ahí mi mas descarado enemigo
Eleanore
Mi hermana
''¿QUE ES ESTO ALEX?'' estaba encadenada por el mismo rosal que ya empezaba a desgarrar sus muñecas ''¿y porque esta Aline aquí?''
La observe parecía que la habían golpeado y por momentos ni siquiera la podía reconocer yo misma, si se parecía mucho a mi hermana pero a la vez era muy distinta, ya no era una belleza como siempre lo había sido y incluso su voz se notaba mas ronca
Alex la ignoro y me sentó frente a ella
''Es tu regalo por estar tanto tiempo esperando querida'' tomo a mi hermana del cabello y lo jalo hacia atrás haciendo que el cuello de Lea se doblara levemente hacia atrás
''KYCT'' murmuro
De repente el biombo cobro vida y guio una de sus enredaderas alrededor del cuello de Lea, las espinas se acercaban cada vez mas a ella buscando a su presa, y dieron con ella, mi cuerpo estaba paralizado no podía despegar los ojos de esa escena
Sentí como Alex se inclinaba junto a mi y acariciaba una de mis mejillas limpiando las gotitas que resbalaban por esta, quería quitar su mano de mi rostro pero no podía, no cuando estaba viendo como el cuello de mi hermana se abría mas cada vez y mostraba la sangre que escurría por este mientras ella se ponía mas pálida y su cuerpo se convulsionaba desesperado por la rápida y continua perdida de sangre
Su cuerpo fue rodeado por mas enredaderas y lo fueron despedazando poco a poco y cuando todo termino no pude mas, voltee a ver a Alex a la cara para reprocharle, pero lo que vi fue aun mas impresionante.
En sus ojos se reflejaba a una chica que parecía ser débil por lo pequeña y delicada que era pero estaba repleta de sangre la tenia por el rostro, por las manos , el torso......y además portaba una espada real
Enfoque mas mi vista y vi que por el dragón que tenia gravado era de Alex
Fue hay cuando lo note
Cuando me di cuenta
De lo que había pasado
De lo que era
El biombo no podía estar vivo....mi mente me había pasado una mala jugada
La peor de todas porque aunque yo quisiera negarlo
Yo había matado a Lea
ESTÁS LEYENDO
El Otro Lado
Science Fiction-Acaso haz visto todo lo que hice por ti? -Ya no importa. Me haz destruido. Ganaste el juego Izan Mi cuerpo cedió y se acurrucó sobre la única persona que me quedaba. Era acogedor, cálido y cómodo, pero era un maldito infierno