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Fayrus era increíble y nosotros estábamos muy orgullosos de vivir y reinar dicho reino, todos los reinos eran únicos y cada uno a su modo imponía poder y obediencia, nuestra ciudad estaba rodeada de hielo y nieve y los edificios eran cubiertos de un cristal casi transparente, día y noche pequeños copos delicados caían sobre estos, yo adoraba montar a nuestros renos bajo ese clima tan encantador, era algo que me hacia sentir libre y me hacia olvidar el estrés.
En esos momentos el frío y el tiempo no importaban, esa libertad que se sentía

La dimensión tenía un lugar sagrado en el se festejaban las reuniones y la alianza de los reinos, ahí vivía nuestro abuelo "Hades" el padre y Dios de todos los reyes, y ese era nuestro futuro punto de ubicación.

-"¿No crees que nuestra dimensión es increíble?" dije tratando de hacer algo de conversación "nuestro abuelo trabajo demasiado para lograrlo"

"Puede ser magnífica pero es muy peligrosa hermanita, no quieres romper la paz nunca, créeme" dijo Lea acariciándome la cabeza, ella era una hermana responsable y cariñosa

"Nuestro reino es el mejor" dijo Félix

"No desprecies los demás reinos" hablo mi padre "todos tienen el mismo tamaño y riqueza"

"Por eso tenemos la paz ¿Por qué otra cosa seria? La paz no va a durar mucho"
Interrumpió mi madre con dureza y desprecio, la entendía ella al igual que mi padre habían sufrido demasiado por la guerra, pero a diferencia de él, ella si sentía rencor por los otros reyes, ella extrañaba el Olimpo donde la luz iluminaba día y noche, y en nuestra dimensión muy pocas veces se veía la luz

"Engel..."

"Ya llegamos" volvió a interrumpirlo

Genial, después de casi dos días habíamos llegado a Argos la ciudad de la eterna oscuridad, tenía un control de seguridad máxima, era magnifica y por fin la podía ver con mis propios ojos

"¿Estas viendo lo que yo veo?" dijo Félix asombrado

"Si" le respondí emocionada, estaba aun mas sorprendida que el, todos los edificios eran enormes  y estaban rodeados de una niebla grisácea, las calles parecían no tener llegar a un cierto nivel y estaban iluminadas solo con antorchas

Pero al mirar arriba lo vi, el castillo mas grande y sorprendente que jamás haya visto e inspiraba tanto poder como respeto que por un momento se me quedo la piel chinita con solo pensar en entrar.

"Miren esas caras largas" se burlo de nosotros Lea

Un mayordomo abrió la puerta de nuestra limusina y los anfitriones de esta corte: el rey Adexe, rey de los vampiros y el rey Amón del clan de los demonios estaban ahí, Amón volteo a vernos.

"Bienvenidos a Argos"

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