☆ ᴜ ɴ ᴏ ☆

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—Uh dale, tenés que estar ahí. Va a estar mundial ir a acampar a un bosque —le habló Lit a Rusher por el teléfono.

—En diez te caigo a la casa, chau —Thomas cortó la llamada y se dispuso a medio organizar su bolso antes de ir a la casa de Mauro. Llegó más rápido de lo planeado, y continuaron hablando de las indecisiones de Thomas.

—Igual no estoy seguro de ir —dijo Rusher jugando en su celular cuando puso su bolso en la cama de Lit.

Thomas, Mauro, María y un tal Tiago, se iban de campamento. Había sido idea de María, secundada por Lit. Desde el jueves a la tarde hasta el domingo a la tarde iban a estar en la naturaleza. Habían invitado a Enzo, pero no pudo ir debido a que tenía un cumpleaños y un asado familiar.

—Dale boludo, tenés que ir. Aparte tengo que presentarte a Tiago —dijo Lit mientras terminaba de guardar sus cosas en un bolso.

—Que pesado que sos, cuál es el afán?

—Vas a ver que cuando lo conozcas me vas a dar la razón —Monzón le guiñó un ojo y salieron de la casa; María y Tiago los estaban esperando.

Tobar rodó los ojos cuando se subió al auto de los padres de María y para su buena-mala suerte, tuvo que sentarse al lado de Tiago. Rusher miró de reojo al chico sentado al lado suyo, tenía los auriculares puestos y estaba mirando por la ventana. Su piel era algo morena y tenía tatuajes. Tiago se dio cuenta de que lo estaba mirando fijamente, se volteó y clavó sus ojos oscuros en los de Thomas quien le quitó los ojos de encima de inmediato. El ambiente era algo incómodo y Becerra puso música para alivianar un poco la situación, pero se distrajeron cantando y se perdieron del camino.

—Yo digo que nos devolvamos y sigamos por la carretera del otro lado —dijo Mauro.

—Estoy segura de que tiene que ser por acá.

—No es mejor que usen el GPS? —propuso Tiago.

—Es una buena idea —finalizó Monzón.

Thomas no hablaba. Solamente miraba a Tiago y a la ventana, estaba aburrido. María y Mauro cantaban y se guiaban con el GPS para no volver a perderse en el camino. Así pasaron todo el viaje hasta que llegaron al lugar del campamento.

—Bueno, yo armo carpa con Mauro y vos con Tiago —le dijo Becerra a Thomas.

—No podés estar vos con él? —Thomas se encogió de hombros —. Ni siquiera lo conozco.

—Cuál es tu problema? No podés compartir carpa con Tiago tres noches?

—Me sentiría incómodo.

—Son excusas tuyas, andá con Tiago.

—Pero Mari —suplicó Thomas.

—Pero nada, andá con él y fin de la discusión.

Tobar se quería matar. Cuando María decía algo, no había forma de hacerla cambiar de opinión. Thomas se resignó y sacó la carpa del auto para armarla antes del anochecer. Tiago se acercó para ayudarle y el otro le respondió con tres piedras en la mano.

—No necesito tu ayuda, amigo —dijo Thomas juntando las varas para armar la base —. Puedo solo.

—Bueno, yo sólo quería ayudarte —respondió Pacheco desanimado y Rusher no supo cómo arreglar su cagada.

Al fin y al cabo, Rusher armó la carpa bajo la atenta mirada de Tiago, que estaba sentado en el pasto con los bolsos a su lado y ya lo estaba poniendo nervioso. Tiago metió un colchón inflable y los bolsos adentro, luego se fue hacía donde estaban Lit y María, y Thomas lo siguió cabizbajo.

ᴀʟɢᴏ ᴍÁꜱ; ᴛɪᴀɢꜱʜᴇʀ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora