☆ s ᴇ ɪ s ☆

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-Che, me prestas el baño? -le susurró apenado Tiago a Thomas.

-Es a la derecha, por allá -le señaló Thomas -. Te cayó mal algo del almuerzo?

-El jugo estaba hecho en leche? -Thomas asintió -. No puedo consumir lácteos.

-Uh, para la próxima vez me avisas, ahora andá al baño que vas a estar allá un buen rato.

Tiago lo miró mal y se fue con las manos en el estómago hacia el baño. Thomas se rió y fue a la cocina a ayudarle a su mamá a organizarla. Tiago estaba vomitando en el baño, la comida le había caído mal y se sentía pésimo. Por fin desapareció el dichoso dolor de estómago y salió tosiendo del baño. Thomas le preguntó porqué estaba tosiendo, Tiago, ahogado, le respondió que había vomitado y pero que ya se sentía bien.

-Seguro que vos estás bien?

-Que sí, dejá de preocuparte tanto por mí, Thomi.

Se abrazaron y se sentaron en la sala, mientras Tiago recorría todo el lugar con sus ojos. Thomas lo miraba, le gustaba observarlo mientras él estaba distraído. Tiago se sonrojó apenas se dio cuenta de que Thomas lo estaba mirando.

-Qué tanto me miras?

Thoma se levantó del sillón pequeño y se sentó en el grande, al lado de Tiago. Apoyó su cabeza en el hombro de Tiago, quien trataba de evitar contacto visual con el otro chico. Thomas se levantó y fue al baño. Regresó y le habló a Tiago.

-Vení te enseño mi habitación, y de paso podés terminar de copiar los apuntes de hoy.

Tiago siguió a Thomas hacia su habitación, que estaba medianamente ordenada y tenía decoraciones que parecían hechas a mano.

-Dale, podés caminar sin pena -le dijo Thomas a Tiago, cuando él entró un poco apenado y se sentó en la esquina de la cama cerca a una mesa.

-No es que esté apenado, sino que nunca nadie me había invitado a su casa y me siento un poco incómodo con esto -dijo Tiago mirándolo nervioso.

Thomas le dio una palmadita en el hombro y lo hizo sentar en una mesa cualquiera de madera que funcionaba como escritorio para que pudiera escribir con mayor comodidad.

-¿Dónde compraste ese platito? -Tiago le señaló un pequeño plato de arcilla en el que había varios anillos. Al lado de este, había otro plato un poco más grande que tenía cadenas.

-Los hice yo, querés que te haga uno después?

Tiago asintió sonrojado y Thomas le dio un beso en un cachete. Tiago apretó los labios y lo tomó de la mano, haciendo sentar en el borde de la cama para que estuviera cerca suyo. No eran nada más que amigos pero sentían una conexión especial entre ellos. Cada vez que se daban muestras afectivas, en los ojos de cada uno tenían un brillo que reflejaba muchos sentimientos del uno hacia el otro. Tiago copió los apuntes sin soltar la mano de Thomas, quien estaba encantado de verlo tan concentrado, así podía deleitarse mirándolo. Thomas soltó la mano de Tiago y se acercó a la mesa, tomó un collar que tenía una piedra de color naranja y se lo puso en el cuello a Tiago.

-¿Qué signo sos?

-Creo que Leo, por? -preguntó Tiago viendo de reojo el collar que Thomas le estaba poniendo.

-La piedra que tiene el collar es una calcita naranja, te va a dar más confianza en vos y optimismo.

-¿La puedo tocar? -preguntó Tiago refiriéndose a la piedrita que tenía colgada en su cuello, a lo que Thomas asintió. Tenía una textura algo rugosa, y ciertas partes eran suaves.

ᴀʟɢᴏ ᴍÁꜱ; ᴛɪᴀɢꜱʜᴇʀ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora