CAPÍTULO 3

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El día domingo volví a ver a los chicos en la Casa, es complicado para mi ir entre semana así que trato de ir sin falta los fines de semana. Con Will intercambie un par de mensajes el fin de semana, me dijo que vendría el viernes y que iríamos a comer esta vez.

Con Harry platique un rato mientras almorzábamos en la Casa, trato de integrarme con los chicos, pero fue algo raro, actuaron con recelo como si yo fuera a decir todo lo que dijeran o los juzgara por lo que piensan. Aun así, pase un buen rato con Harry y a la hora de salida nuevamente me llevo a casa, afuera estaba Max, pero no dijo nada al respecto, solo pregunto quién era y le dije que un amigo que ayudaba en la Casa.

El lunes paso con normalidad en la Universidad, almorcé bajo la jacaranda tras el edificio de derecho. Fue un día relativamente tranquilo.

A la hora de la salida me encontré a William afuera de mi aula, recargado de la pared junto la puerta, esperándome para ir a comer, tal y como habíamos quedado el día anterior

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A la hora de la salida me encontré a William afuera de mi aula, recargado de la pared junto la puerta, esperándome para ir a comer, tal y como habíamos quedado el día anterior. Me saluda con un abrazo y un beso en la mejilla, siento un empujón en la espalda y al voltear esta Jane pasando atrás de mí. William pasa un brazo sobre mis hombros y me guía lejos del aula.

Caminamos hacia el estacionamiento de la universidad, en donde esta aparcado su automóvil y en ese momento suena su celular. Él emite una queja, pero atiende el teléfono, me hace una seña de esperar y se aleja un poco, le doy su privacidad. Me quedo en el lugar en donde estábamos antes de que su celular sonara y miro fijamente mis converse.

—Hola Mer —dice una voz ronca la cual reconozco con facilidad, es Harry.

—Hola Harry, ¿cómo estás? —digo amablemente y me giro hacia él, lo tomo por sorpresa dándole un abrazo.

—Bien ahora que te veo, ¿estudias aquí? —pregunta veo genuina curiosidad en su mirada.

—Si, es mi primer semestre, estudio Psicología. ¿Tu?

—Estoy en mi quinto semestre, derecho. No te había visto aquí.

—Bueno, teniendo en cuenta de que la Universidad es enorme, es normal que no nos hayamos visto antes —omito el detalle de comer tras su edificio.

—¿Vas a la Casa? Si quieres puedo llevarte —niego con la cabeza apenada.

—Lo siento, Harry, tengo un compromiso, supongo que mañana podría ir —le regalo una pequeña sonrisa.

—Oh, está bien, comprendo —se rasca la nuca y veo como con el movimiento se tensan sus músculos bajo la camisa básica.

En eso lo observo, va vistiendo un pantalón entubado negro, una camisa básica negra, botas de cuero negro, en su brazo trae una chaqueta de cuero y cruzado trae una mochila. Su cabello esta desordenado, pero al caer en ondas lo hace atractivo. Me doy cuenta de que sus ojos también me están evaluando. Me sonrojo.

—Si puedes ir mañana nos vemos aquí, salgo a esta hora, me tengo que ir a la Casa.

—Está bien Harry, muchas gracias.

Se despide de mí y se aleja. Veo a lo lejos regresar a William. Me guía a su auto, abre la puerta para mí, rodea el auto y sube.

—¿Dónde vamos? —pregunto después de un rato de ver a Will estar manejando.

—Vamos a Gordon Ramsay Bar. Un amigo es el dueño y tenemos reservación.

Sorprendida lo veo, es un lugar bastante caro, pero me tranquiliza que sea el bar y no en un restaurante elegante. Llegamos en poco tiempo al restaurante, apaga el motor del auto, baja de él y rodea el auto para abrir la puerta del copiloto. Bajo del auto y me ofrece su brazo, el cual acepto.

Nos adentramos al bar-restaurante y William saluda al anfitrión, nos dan la bienvenida y nos dirige a una mesa apartada del resto. Nos dejan con el menú y empezamos a ver que pediremos.

—¿Qué se te antoja, Mere? Puedo hacerte recomendaciones del menú.

—¿Qué tal es la pizza de aquí? Nunca había venido.

—¿Pizza? Eh, no sé, supongo que es deliciosa, yo siempre pido platillos. Lasaña, filetes, mariscos —me apeno de pensar en comer pizza en un lugar caro.

—¿La pasta es opción? —pregunto sonrojada.

—Oye lo siento, no quería ser brusco, puedes pedir lo que deseas, somos amigos sabes que no importa la clase social, a mí me importas tu.

Eso me tranquiliza, llega el camarero y toma nuestra orden. Pido Lasaña al final y me alegro de la decisión, es deliciosa.

Para cuando salimos del restaurante son las 5 de la tarde, William decide llevarme a casa para descansar, así que lo voy guiando en dirección a casa

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Para cuando salimos del restaurante son las 5 de la tarde, William decide llevarme a casa para descansar, así que lo voy guiando en dirección a casa. Llegamos en 20 minutos a casa y lo invito a pasar. Mamá está en el trabajo al igual que papá y Max. Entramos y lo dirijo a la sala. Toma asiento en uno de los sillones y veo como con curiosidad mira mi hogar.

—¿Gustas algo de tomar? ¿Agua, jugo? —pregunto nerviosa, es la primera vez que traigo un chico a casa, es la primera vez que estoy a solas con uno.

—Un vaso de agua, te agradecería —me dirijo a la cocina.

Sirvo en un vaso de vidrio un poco de agua fría, y me giro para volver a la sala, pero me asusta el ver que William esta tan cerca de mí. Toma el vaso de mis manos y bebe de su contenido. Después deja el vaso en la barra de la cocina.

William se acerca, coloca sus manos en mi cintura y me acerca más a su anatomía. Coloco mis manos tras su nuca y acaricio las hebras de su cabello, él baja su rostro y con su nariz deja una pequeña caricia en la mía. Siento como su mano derecha sube por mi costado y después siento como toma mi barbilla para alzar el rostro.

Y entonces me besa. Es un beso tranquilo, que él va guiando. Afianza su agarre nuevamente en mi cintura, estoy aturdida por un momento. En mi vida solo me han besado tres veces, y debo decir que todas fueron un desastre, pero este beso es el mejor que me han dado. Me alejo un momento de sus labios en busca de un poco de aire.

—Lo siento, fue demasiado atrevimiento de mi parte, debí preguntar antes...

Lo interrumpo con un pequeño beso en los labios.

—Tranquilo, Will, no te estaba rechazando, es solo que no me habían besado así nunca y... —me detengo antes de empezar a balbucear—. Si, me han besado antes pero solo piquitos —digo tapando mi rostro con mis manos.

—Bueno, tengo la solución a eso —dice acercándose a mi—. Pero depende de ti si sigo o me detengo.

Retiro las manos de mi rostro y en un acto de valentía, atraigo su rostro hacia el mío.

Soy Meredith con M de MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora