CAPÍTULO 4

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Pasamos un rato más juntos William y yo en la cocina cuando después de varios minutos nos vemos interrumpidos por su teléfono, el cuál sonaba con bastante frecuencia notificando mensajes. Me alejo un poco de él.

-Quizás es importante, deberías responder -realmente siempre nos interrumpía su teléfono, creo que quién fuera que estuviera mensajeando o hablándole sabía que estaba en el momento menos indicado para interrumpir.

-Espera un momento, ahora vuelvo -y dándome un beso corto se alejo hacia la sala para atender la llamada.

Mientras él hablaba, aproveché a tomarme el agua que aún tenía servida en la barra de la mesa y revisar mi celular por si tenía algún mensaje de mamá o Max pero brillan ambos por su ausencia, le escribo a mamá un corto mensaje avisando que ya estoy en casa y bloqueo mi cel al escuchar pasos acercarse.

-Lo siento Meredith, surgió algo en casa y tengo que volver. Hablamos luego para vernos, ¿vale? -dice sosteniendo mi cintura y acercándome a su anatomía.

-Tranquilo, ve a casa, después hablaremos -le doy un corto beso y nos separamos, nos encaminamos a la puerta y sale él rápidamente hacia su automóvil, desde la puerta me despido de él y veo como se aleja rápidamente de casa.

Me embarga un cierto malestar porque se tenga que ir tan pronto pero debe ser importante lo que pasó como para que se fuera abruptamente. «Siempre está ocupado cuando se trata de estar contigo» murmura la insidiosa voz en mi cabeza pero empujo este pensamiento al fondo de todo.

Al fin de cuentas, no fue tan mal la tarde con William. Fue... intenso, nunca me había sentido de esta manera con nadie. Saliendo de mi ensimismamiento, empecé a hacer mis tareas, ver que llevaría mañana a la Casa Hogar, quizá pueda donar nuevamente un poco de ropa después, ponerme de acuerdo con Max para que me acompañe. Y así paso mi tarde, organizando actividades para el día siguiente, entre tareas y actividades que necesitaba avanzar para tener desocupada la tarde de mañana.

Para cuando llego la noche, Max subió a hablarme para bajar a cenar, papá y mamá ya estaban en casa. Cenamos en tranquilidad, hablamos de nuestro día, pero omití el detalle de haber estado en casa sola con Will, para ellos solo salí a comer con unas compañeras de la Uni, amigas. Y anuncie a mis papás que mañana no estaría hasta la noche pues me iría a la Casa Hogar saliendo de la Universidad.

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Tal cual había dicho Harry, a las 3 nos encontramos en el estacionamiento de la Universidad, recargado en el capo de su auto estaba él, con mirada indiferente viendo salir a los demás alumnos de los edificios. Me acerque a él mientras analizaba mi vestimenta, sintiéndome demasiada arreglada para ir a la Casa con mi falda de mezclilla entallada, mi camisa de vestir rosa pastel y mis zapatos de meter rosa; él vistiendo unos pantalones desgastados, botas y una camisa a cuadros desabrochada, sobre una camiseta blanca.

Aunque vestía sencillo no pude evitar sentir que aún así se ve condenamente apuesto. Apenas me vio Harry, se enderezó y terminé de acercarme a él y su auto.

-¿Cómo ha estado tu día, linda? -dijo abriendo la puerta de copiloto para mí.

-Cansado, pero aún tengo energías para derrochar con los peques -dije con una sonrisa ladeada-. ¿Tu qué me dices?

-Que yo no tengo que derrochar energía con niños como tú, así que no me preocupo por ello -dijo dándome un guiño, espero a que terminara de acomodarme en el asiento y cerró la puerta por mi.

Rodeo el auto y subió al asiento de piloto, mientras se concentraba maniobrando su auto para salir del amplio campus universitario, emprendimos camino a la Casa Hogar, o eso creí hasta que lo ví aparcar fuera de un supermercado y apagar el motor.

-Compraré algunas cosas para los chicos, ¿vienes conmigo? -Me miró dudoso, esperando una respuesta de mi parte.

-¿Y dejarte a ti elegir los snacks para mis pequeños? No lo creo -dije bromeando, para aligerar el ambiente.

Una sonrisa torcida apareció en sus labios y fue toda la respuesta que necesito de mi para salir del auto, imitando su acción me baje del auto para acompañarlo.

Nos adentramos al supermercado y fuimos a la sección de golosinas para tomar unas cuantas bolsas de Sabritas, unos cuantos refrescos y algunos dulces para compartir hoy con los niños y adolescentes del lugar.
Ya en la caja él sacó efectivo y rechazó que le diera dinero para dividir la cuenta entre ambos, aún cuando habían algunos dulces de más para mí que quería comprar. Y así como entramos al establecimiento, salimos rápidamente aunque cargando nuestras bolsas llenas de recursos para compartir.

El trayecto a la Casa fue demasiado corto entre la charla ligera de trivialidades que mantuvimos, hablando de música y un poco de la Universidad. Prometió que un día me presentaría a sus amigos, que aunque son personas humildes podría entrar en ambiente con ellos con facilidad y ellos estarían bien conmigo entre ellos.

La tarde fue muy divertida, Harry se las ingenió para hacer de una sala de la casa una sala de cine, vimos con todos en la Casa Hogar la película El Lorax, mientras comíamos frituras y bebíamos refresco, disfrutando de una tarde en casa y la compañía. Lo mejor fue que al final ellos decidieran que en la casa hacían falta más árboles por plantar para cuidar el planeta, pero ya veríamos más adelante que podíamos hacer para ayudarles y enseñarles de la naturaleza con Harry y los adultos de la Casa Hogar.

-Mere, creo que ya se está haciendo muy tarde, vamos, te llevaré a casa -dijo Harry tratando de separarme del abrazo de oso de los más pequeños.

-Bu, ya no me caes bien Haddy -dijo la pequeña Jade mientras trataba de apartarme de él y se aferraba a mi pierna.

-Jade, mi amor, vendré en dos días si me sueltas, lo prometo -dije agachándome hasta su altura, le ofrecí mi dedo meñique en una promesa, y así de fácil fue convencerla de dejarme ir a mi hogar.

Me terminé de despedir de los demás, demorando un poco más con los niños que los demás miembros en casa, y finalmente salimos con Harry de la Casa Hogar para que él pudiera al fin llevarme a casa.



Al fin vuelvo a escribir, a quienes me lean, gracias y espero sea de su agrado.

~Annie

Soy Meredith con M de MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora