24 de junio del 2019
Voy tan jodidamente tarde a la entrega de documentos de la Universidad, me tomo un momento para apreciarme en el espejo de mi ropero y satisfecha con el pantalón de mezclilla azul claro, mi blusa de botones suelta color negro, tenis converse negros y tomo mi mochila con todo dentro listo para ir a la universidad.
Le doy un beso a mamá en la mejilla antes de despedirme de todos y encaminarme a la parada de autobús para ir al centro de la cuidad. No tardo esperando el transporte, subo y pago mi pasaje, tomo asiento y buscando en mi mochila audífonos y celular los conecto y busco mi playlist en Spotify, me pongo los audífonos permitiendo que estos se escondan en mi cabello suelto y me pierdo en la música.
Cuando veo que se aproxima a la universidad el autobús, me preparo para no perder la parada y bajar rápidamente. Estoy del lado opuesto a la Universidad, así que miro el semáforo para comprobar que sea turno de cruzar y espero pacientemente mi turno.
Veo el semáforo cambiar de color y me encamino a cruzar cuando escucho un derrape de llantas aun a través de los audífonos y siento el impacto de un cuerpo chocar con el mío para evitar un posible accidente.
Ambos (la persona que se arrojó contra mí y yo) caemos en la acera, no sé cómo, pero la persona me gira y termino cayendo de espaldas, mi mochila evitando el impacto de mi cabeza y espalda con la acera y su cuerpo encima de mí, nos quedamos viéndonos un momento y parece que salimos de la extraña burbuja personal cuando un chavo se acerca y lo ayuda a levantarse.
El muchacho se endereza y me permito evaluarlo un momento, es guapo, tiene unos ojazos color chocolate, cejas un poco pobladas, es de tez un poco bronceada, cabellos ondulados color chocolate que caen hacia el lado derecho, labios gruesos y rosados, y un leve rastro de barba de unos días. Viste pantalón de mezclilla negro, una camisa blanca de botones y trae consigo un maletín.
Es curioso que, vista como para ir a la oficina, pero luce mayor que yo por dos o tres años, le doy una ultima mirada, viendo que realmente no se haya lastimado en su intento de protegerme y suspiro con alivio al notar que está bien. Parece que me habla, pero no escucho nada de lo que me dice, y es ahí donde recuerdo que aún tengo los audífonos y que sigo escuchando a Abel cantando Secrets.
Me quito los audífonos y esto detiene lo que sea que el estuviera diciendo, me mira estupefacto.
—Y eh ahí el motivo por el cuál casi causa un accidente, por su falta de responsabilidad —dice luciendo claramente molesto y con una voz ronca.
—Disculpe, pero yo no iba a causar un accidente si el semáforo estaba en rojo, el irresponsable es quién manejaba a una velocidad alta sabiendo que esta es zona escolar y que hay obviamente semáforos —digo ahora yo molesta de la estupidez que dice. Mi vida fue la que peligro por la imprudencia de alguien que se creía Toretto para andar jugando al rápido y furioso—. Bueno, gracias por la ayuda, espero este bien y no tenga que estar rescatando más muchachas de ser atropelladas.
Dicho esto último, me encamino a la universidad y pregunto por el edificio de Psicología. La universidad a la que entre es un Campus Universitario de paga, pero por suerte mis buenas calificaciones de la preparatoria me permitieron adquirir una beca y así poder costear mi carrera.
Difícilmente en casa se puede estudiar, mi hermano que Max decidió que fuera Marck quien tuviera la posibilidad de estudiar primero y si, termino su carrera de Medicina. Lamentablemente, él es un maldito malagradecido que una vez termino su carrera desapareció de casa para no tener que ayudar y hacer su dinero propio.
Max esta tratando de buscar carreras universitarias en línea para estudiar pedagogía, pero es difícil con su trabajo como mecánico mantener el ritmo de las clases y hacer sus tareas, difícil, más no imposible. Y eh aquí a la menor de ellos, entrando a una universidad privada y costosa con una beca del 70% que es lo mejor que ha obtenido de la vida.
Me adentro al edificio que tiene la letra griega psi Ψ de Psicología, subiendo las escaleras me encuentro nuevamente con el muchacho apuesto y nuestro casi choque hace que me tambalee, en busca de espacio y estabilidad, él parece notarlo y sin pensarlo posa sus manos en mi cintura dándome esa estabilidad faltante.
—Gracias nuevamente, permiso —digo y me hago a un lado para pasarlo y llegar a mi destino, él sigue su camino sin decir nada.
Ordeno mis papeles según el orden que piden para entregarlos a un practicante de dirección, y en ese momento entra el muchacho que me ha salvado dos ocasiones para la mayor de mis suertes, el practicante es el idiota guapo. Vaya suerte la mía de este día. Lo único bueno es que no hay muchas personas por la hora y termino todo rápido, así que me dirijo a la salida.
Siento una mano en mi hombro y alarmada me giro para encontrarme con el apuesto muchacho frente a mi luciendo avergonzado. Frente a los demás pasantes lucia serio e imperturbable, pero ahora se ve completamente lo contrario.
—Quería disculparme contigo por cómo te hable esta mañana, no era la forma, y tenías razón, el imprudente fue el conductor no tu por cruzar en rojo —dice y aparece un leve rubor en sus mejillas, su voz ronca me eriza los bellos.
—Er, no hay problema, y gracias de nuevo por salvarme en la mañana de ser atropellada y de caer por las escaleras, espero y no nos encontremos nuevamente en esas situaciones, digo tampoco es como que vayamos a coincidir, digo es una universidad enorme, tantos alumnos es poco probable coincidir —digo y termino divagando, me detiene su risa ronca y lo miro sorprendida—. Lo lamento, suelo ser muy parlanchina y divagar mucho.
—Bueno, si estudiaras Psicología es probable que, si nos encontremos seguido, pero que tal si en vez de se coincidencias, ¿lo hacemos que sea algo planeado? —dice y me da una sonrisa ladeada.
—Em, la verdad es que no te conozco y eso sonó tanto a algo con doble sentido —digo entrecerrando los ojos.
—Oh, si es cierto, que malos modales los míos que no me he presentado. Soy William Lewis, pasante de Psicología, tengo 22 años, cumplo 23 en octubre y soy libra. ¿Así está bien o necesita mi currículum para conocerme, señorita? —cuando termina de hablar no puedo contener más la risa por su peculiar presentación.
—Me llamo Meredith Thompson, tengo 19 años, mucho gusto —digo ofreciéndole mi mano. Él la toma entre las suyas y para mi sorpresa la lleva a sus labios y deposita un beso en el dorso de mi mano. Mis ojos no dejan de ver mi mano entre las suyas y su rostro, que tiene cierta chispa de una emoción que no logro reconocer.
Bueno, aquí esta el prologo, espero poder hacer actualizaciones seguidas, así que les dejo esto aquí por mientras <3
Recuerden que esta en edición, así que si ven errores de gramática no sean duras :(
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Soy Meredith con M de Maldita
Novela JuvenilSinopsis Todo era sencillo y sin dramas en mi vida, hasta que conocí a William Lewis y Harry Jones, o por lo menos recuerdo que si lo era antes de ellos. Primero conocí a William, en el proceso de inscripción a la universidad, después en clases cono...