Los tres chicos se encontraban sentados en la mesa, uno al lado del otro, Shane y Damen agarrando sus manos, Damen se encontraba en el medio así que Adrian acariciaba su pierna. Comían de sus desayunos rezando que la mamá y hermano de Shane no les digan nada por lo que ocurrió por 7 días seguidos.
Ninguno de los tres sentía sus piernas.
Se aclararon la garganta y levantaron la cabeza para ver a la persona. La mamá de Shane estaba cruzada de brazos mirándolos.
-Y tienen el descaro para comer en esta casa. -miró molesta a los chicos.
-Ma... no te enojes, por favor... yo entré en celo y...
-Pero tienes quince años. Mira si dejas embarazado a Damen.
-¿Qué? -levantó una ceja Adrian indignado.
-¿No lo hiciste solo con Damen? -abrió sus ojos como platos-. ¡Shane! ¡Mira si a ambos los dejas embarazados!
-Señora... Si fuera ese el caso... los tres estaríamos embarazados. -apretó los labios Damen mientras bajaba rápido la cabeza, dijo eso en un impulso.
-No lo puedo creer. -se tocó la frente mientras se sentaba en una silla-. Chicos esto es grave, ¿se cuidaron? Son muy jóvenes para tener cachorros...
-No... no sé... -habló asustado, Shane.
-Vayan a la escuela, ahora. Si ya terminaron váyanse. Hablaré con sus madres.
Los tres se levantaron rápido y soltaron quejidos de dolor, eso hizo que la mujer cierre sus ojos horrorizada.
-Y la próxima vez, no griten, estuvimos siete días escuchando sus gritos y no eran nada suaves...
Damen recuerda los gritos y cierra sus ojos avergonzado.
Al llegar a la escuela muchos los miraron curiosos, el olor a sexo se sentía en sus cuerpos. Por más que se hayan bañado, no se fue el olor.
Shane estaba asustado, temblaba cada vez que pasaba una persona por al lado y los miraban. Damen agarró su mano y lo detuvo, se acercó a su cuello y mordió fuerte, creando una marca temporal. Adrian vio eso y se acercó por la espalda y dejó su marca en el cuello del menor. Shane cerró sus ojos soltando un gemido, su alfa se había removido inquieto, estaba tratando de controlarse para no entrar en celo otra vez.
Lamieron la sangre y se separaron, no olvidaron dejar un beso en los labios del alfa.
Al separarse de Adrian, vio como todos de alejaban de ellos. Su corazón latía rápido, sentía el rechazo de las personas en ellos. Se aferró a su alfa y llevó su mano a la camisa para apretarla y ocultarse en su cuello.
-Alfa, nos miran raro...
-No importa, alfa. Si de verdad nos quisieran, no nos estarían rechazando. -lo apretó contra su pecho y tomó del brazo a Damen para acercarlo y abrazarlo.
Las personas empezaron a susurrar. Reían por las burlas que decían, importandoles poco los sentimientos de esos Alfas.
Shane comenzó a llorar, su alfa se sentía rechazado.
-Alfa... no pienses en los demás, estamos contigo, somos tus alfas, estamos para protegerte.
Tocó el timbre y todos volvían a clases, yendo por los pasillos y alejándose de ellos.
Shane se calmó cuando los alfas olían las marcas temporales, lo mimaban para que se le pase la tristeza, y si funcionó.
Secó su cara con sus manitas y sintió como agarraban éstas para separarlas de la cara. Damen dejó un beso en sus labios y Adrian besó sus manos diciendo que todo iba a estar bien.
-Alfa... te amamos, ¿está bien? Recuérdalo siempre que te sientas mal, nosotros estamos y siempre vamos a estar a tu lado. No importa que nos rechacen, no importa si nos echan de la escuela, siempre vamos a protegerte.
-Los comería pero estamos en la escuela. -hizo un puchero aún con lágrimas en sus ojos, su alfa se estaba tranquilizando.
-Ya nos comimos muchas veces, alfa. -rió, Adrian.
-¡Ustedes! A clases, ahora. No es tiempo de besuquearse. -habló una profesora y los tres corrieron a sus clases.
Tocó el timbre del recreo y todos los estudiantes salieron atropellando a cualquiera que se le pasaba. Iba saliendo de su clase cuando un alfa lo tiró al piso, el rubio intentó levantarse pero sintió un ardor es su hombro, lo tocó y su omega empezó a soltar lágrimas de dolor.
Soltó un quejido de dolor sintiendo el dolor más fuerte. Comenzó a llorar más fuerte tocando el lugar herido, el alfa le había pegado muy fuerte con su brazo cuando pasó por su lado.
Nicolás se hizo bollito en el piso para no ser pisoteado por más Alfas, no sentía su brazo, le estaba dando un calambre.
Sentía hormiguitas en su brazo, pero muy fuertes.
Su omega chilló bajito llamando a su alfa.
Escuchó gritos, como una pelea. Levantó su cabeza y vio como un alfa le gritaba a otro enojado.
-¡¿Por qué no te fijas por donde vas?! ¡Mira si ensucias mi ropa! -agarra bien el café en su mano y sigue su camino enojado. Uff, si que los alfas se molestan por cualquier cosa...
Miró al alfa que se dirigía a él y se agachaba a su lado, conocía a ese alfa, no paraba de seguirlo a todos lados.
-Nicolás, ¿estás bien, omega? ¿Te hicieron algo? -tocó su brazo con sumo cuidado y el omega rubio chilló dolorido-. Omega... -movió su campera hacia un lado y vio el hombro izquierdo morado-. ¡Te descalzaron el brazo! Quédate quieto, hay que llevarte a la enfermería. -lo cargó y lo llevó rápido.
Damen, que seguía siendo voluntario en la enfermería, tocó el brazo masajeando.
-Tranquilo, solo piensa en otra cosa, ¿está bien?
El otro alfa se acercó al omega y tomó su mano derecha acariciando. Nicolás se aferró a su cuerpo cuando sintió que su brazo ser calzado. Chilló de dolor abrazando al alfa con su otro brazo.
-Te pondré una crema para el dolor y podrás irte será mejor que vayas a casa. El dolor será muy fuerte así que te daré unas pastillas para el dolor. -pasa una crema por el hombro pasajeando despacio y se separa-. ¡Muy bien! Como te portaste muy bien, te daré caramelos. -le da diez caramelos y sonríe- Shane me contó que son tus favoritos.
-Gracias, Damen. -sonríe tiernamente y siente como lo abrazan.
-Me asustaste, omega. Nunca más dejaré que te suceda algo.
-Gracias... alfa. -abrazó el cuerpo de su alfa aceptandolo como suyo.
El alfa sonríe sintiéndose cálido, su alfa comunicándose con su omega y Nicolás aceptandolo.
Nicolás estuvo mucho tiempo pensando sobre si dejar al alfa, que ya descubrió su nombre, Jackson, ser suyo pero faltaba conocerlo. En esos días tuvo muchas complicaciones, su madre, lo echó de casa. Así sin más, estaba drogándose en la cocina y, cuando lo vio, lo sacó de la casa golpeandolo hasta dejarlo sin aire.
Jackson lo había ayudado porque justo pasaba a su casa para ir a la suya, ya que el omega vive muy cerca de su casa. Lo había curado y dejado dormir en su habitación, le había dado mimos y cuidado muy bien... ¿cómo no dejarle la oportunidad de ser su alfa? Sí un hombre se enfrenta a su padre para dejar a un omega quedarse en su casa, dado de comer, dado mimos y calor, obviamente es aceptado por su omega.
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three soulmates
WerewolfTres Alfas que se conocen por coincidencia... más bien, por estar destinados. Tres Alfas que esperaban a su omega, grande sorpresa fue haber encontrado algo inesperado. - ¿Yo tuve la culpa de que te cortes con un vidrio y te golpearas con el balón...