Si dos tontos se enamoran - TanjiKana

Extra

—Fuwah...

Tanjiro se estira y mira a la persona frente a él.

Kanao también lo mira, luego sigue mirando su plato de comida, que ya estaba casi terminado.

—No esperaba que esto saliera bien, la verdad.

Kanao lo mira, frunce el ceño.

—Tan bonita...

Verla con su ceño fruncido era realmente un espectáculo.

—No soy mala cocinera. Tú casi te cortas un dedo.

Tanjiro ríe.

—Lo siento, lo siento. Lo decía por mí, nunca he sido el mejor para esto.

—Yo siempre les cocinaba a mis hermanas.

—¿Oh? ¿Enserio? ¿Ahora no lo haces?

Kanao asiente.

—Shinobu-nee se mudó hace poco a otro lugar, así que ya no cocino para ella.

—Oh... ¿Vives... sola?

Eso le sorprendió.

—Hm. Mis padres pagan el alquiler, así que es cómodo.

—Oh...

Tanjiro se recuesta en sus brazos y queda mirando hacia el techo.

—Mi apartamento tiene dos habitaciones...

Pero no tenía en coraje para pedirle que se mude con él.

—¿Tú también vives solo, Tanjiro?

Tanjiro asiente.

—Se supone que viviría con mi hermana Nezuko, pero ella tomó una beca en otra preparatoria y terminó viviendo en los dormitorios de esa preparatoria.

—Oh...

Kanao mira su plato.

Su apartamento tenía una habitación libre, pero no tenía el coraje para preguntarle si podía mudarse con él.

Su mente maestra empezó a trabajar en excusas.

Si alguna la convencía quizás-

—Me sorprendió ver que tenías tan pocas cosas.

Eso realmente le había sorprendido.

No tenía televisor, ni computador, todo su apartamento era Lite.

—Oh... sí, es que... entre los servicios y el alquiler...

Un bombillito se prende en la cabeza de ambos.

—Kanao.

—Tanjiro.

Ambos se miran.

—Di lo tú.

—No, no, dilo tú.

—Vamos, dilo, dilo.

—Insisto, mujeres primero.

Kanao asiente.

—Ya que... bueno, tienes problemas con eso... ¿Qué-, Qué...?

—¿Mm?

—¿¡Q-, Qué te parece la idea de venir a vivir conmigo!?

[ · · · ]

—¡Buen trabajo!

Ambos chocan sus palmas y ríen.

Al día siguiente de la idea de Kanao, Tanjiro ya vivía con ella.

—Tu apartamento es muchísimo mejor que el mío...

Tanjiro seca su sudor y mira a Kanao, que lo miraba fijamente.

—¿E-, Eh? A-, Ah, sí, un-, un poco.

El pelirrojo alza una ceja.

—¿Pasa algo?

—¿M-, Mm? N-, No. No.

Por supuesto que ella no pensaba en nada erótico, claro que no.

Haber mirado sin querer cierta caja de Tanjiro no fue para nada el impulso para ello.

Para nada.

—No puedo volver a verlo igual...

Mira hacia otro lado.

—Bueno, se supone que es normal ¿No?

Sacude su cabeza.

—Imagino que ya pasaste los papeles ¿Verdad?

—Hm.

Tanjiro asiente y camina hacia la cocina.

Kanao solo lo miraba.

—Kanao.

—¿¡S-, Sí!?

El pelirrojo la voltea a ver.

—L-, Lo siento, es que...

Queda callada.

Tanjiro traga saliva.

—¿Tú viste...?

—¡Ah! ¡Lalalalala!

Kanao camina rápidamente hacia la cocina.

—¡K-, Kanao! Espera, espera.

Tanjiro se pone frente a ella.

Las caras de ambos estaban rojas.

—Las botaré.

—N-, No, no, no hay necesidad...

—No, enserio ¡Dejaré de comprarlas! ¡Lo siento!

Kanao sacude su cabeza.

Tanjiro tenía sus manos en ambos hombros de ella, así que no podía moverse.

—No. No. No te preocupes.

—Kanao, mírame.

Kanao niega.

—¡P-, P-, PEGAJOSO!

—¿¡PEGAJOSO!?

No había sentido en ese grito.

Desde ese momento empezaron a vivir juntos.

Dos tontos enamorados, viviendo juntos ¿Qué podría salir mal?

[ F I N ]